dos

184 32 38
                                    

El reloj marcaba la mitad de la mañana, y los estudiantes llenaban los pasillos del instituto como un mar de risas y conversaciones. Jessie, Penny y Meg, caminaban juntas planeando lo que sería el comienzo de una misión secreta: juntar a Ash, el malhumorado conserje, con Grom, su torpe pero adorable profesor de Historia.

—¿Cómo hacemos que estos dos se vean más? —preguntó Meg, frunciendo el ceño con concentración mientras jugueteaba con la cremallera de su chaqueta.

Penny, siempre la más traviesa del grupo, sonrió como si ya lo tuviera todo resuelto.

—¡Fácil! Solo tenemos que crear oportunidades para que se crucen. Grom ya parece todo nervioso cuando ve a Ash. Solo tenemos que empujarlo un poco más.

Jessie, que iba a su lado, asintió con entusiasmo.

—Sí, pero tenemos que ser sutiles. Si se dan cuenta de que estamos involucradas, todo se irá al traste.

Penny puso los ojos en blanco y dijo. —Tranquila, guapa. Grom es tan despistado que ni se dará cuenta de nada.

Las tres chicas siguieron charlando mientras trazaban un plan que involucraría pequeñas trampas y bromas que les harían pasar más tiempo juntos. Jessie sabía que con un poco de paciencia, las cosas saldrían justo como lo habían imaginado.


Mientras tanto, en otro rincón del instituto, Gus y Bonnie, dos estudiantes más jóvenes pero igual de curiosos, habían decidido seguir con su propio plan. Siempre habían disfrutado de molestar a Ash con preguntas incómodas, especialmente porque sabían que era fácil irritarlo. Ahí estaba, empujando su carrito de limpieza por el pasillo y barriendo los restos de papeles y envoltorios que los estudiantes dejaban a su paso.

—Ash, Ash, Ash —llamó Gus, acercándose con Bonnie—. ¿Tienes un momento?

Ash levantó la vista, claramente irritado de ser interrumpido.

—¿Qué queréis ahora? —preguntó con su habitual tono áspero.

Bonnie, con una sonrisa inocente, se adelantó.

—Es que estamos muy aburridos —dijo, alargando la "u" de "muy" y fingiendo cansancio— ¡Solo queremos saber más de ti! Por ejemplo, ¿tienes hijos? ¿Una novia, o un novio?

Ash soltó un bufido, dándose cuenta de que esta conversación iba a ser larga y probablemente frustrante.

—No, no tengo hijos. Ni novia, ni novio. No tengo tiempo para eso —respondió sin siquiera mirarlos.

Pero los niños no parecían dispuestos a dejarlo ir tan fácil.

—¿Y mascotas? —preguntó Gus—. ¿Tienes un perro o un gato? Nah, tienes pinta de tener un hámster.

Ash paró un momento, girando lentamente la cabeza hacia ellos con el ceño fruncido.

—No tengo mascotas. ¿Ya habéis acabado?

Gus y Bonnie intercambiaron una mirada rápida antes de seguir.

—¿Cuántos años tienes? ¿Y tu color favorito? —soltó Bonnie, claramente disfrutando del juego.

Ash volvió a suspirar, esta vez dejando de barrer por completo.

—Tengo treinta y dos. Y de color el azul, supongo —respondió con sequedad—. Ya está. ¿Feliz?

Bonnie sonrió, pero Gus tenía una última pregunta que había estado esperando soltar.

—¿Y cuánto mides, Ash?

Ash cerró los ojos brevemente, sabiendo que la pregunta no era inocente. Había soportado bromas sobre su altura desde que empezó a trabajar en el instituto hacía años ya, y aunque intentaba ignorarlas, no siempre tenía éxito.

𝗹𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗶𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼 - 𝗴𝗿𝗼𝗺 𝘅 𝗮𝘀𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora