ocho

158 23 64
                                    

Ash estaba solo en uno de los pasillos del instituto, inclinándose para recoger una basura que alguien había tirado, haciendo que su contenido se cayera al suelo. A lo lejos, podía escuchar el bullicio de los estudiantes, las risas resonando por el edificio. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar. Había pasado días en esa misma rutina; limpiando, arreglando y ordenando todo a su alrededor mientras su cabeza no paraba de darle vueltas al mismo tema: Grom.

Había llegado a un punto en que ya no podía negarlo. Le gustaba Grom. Bueno, no estaba seguro de eso, pero sí de que le atraía. El problema no era aceptar el sentimiento en su interior, sino cómo expresarlo. Nunca había sido alguien abierto con sus emociones, mucho menos cuando se trataba de algo tan importante. Y sin embargo, desde el día del baile, ese sentimiento había crecido en silencio.

Lo sintió en cada pequeño gesto que Grom había tenido con él, desde las veces en que le ayudaba torpemente, hasta cómo lo miraba de reojo. Era como si esos ojos azules que brillaban de más cuando él estaba cerca lo hubiesen hechizado. Ash no era el tipo de persona que valoraba lo superficial, pero con Grom, todo era diferente. Se daba cuenta de que los detalles, los gestos que en otro contexto ignoraría, ahora le importaban más de lo que quería admitir.

Dejó caer la basura en el contenedor y se apoyó en la escoba, mirando por la ventana hacia el patio exterior, donde una clase se encontraba haciendo Educación Física. ¿Por qué seguía resistiéndose? Grom le había demostrado paciencia y cariño. No había razón lógica para no dar el paso, y sin embargo, Ash se encontraba paralizado. Quizá era miedo. Quién sabe...

Mientras tanto, un grupo de estudiantes observaba a Ash desde el otro lado del pasillo. Jessie, Penny, Leon, Bonnie, Nita y Gus, quiénes no tenían clase a esa hora, estaban en su habitual modo conspirativo.

—Tenemos que hacer algo —dijo Jessie, con los brazos cruzados y una expresión decidida en el rostro—. Si Ash no hace nada, ¡Grom va a pensar que no tiene ninguna oportunidad!

—Pero ya lo hemos intentado todo —se quejó Leon, suspirando—. Lo hemos empujado literalmente en su dirección. ¡Hasta los encerramos en la misma habitación!

Bonnie, más creativa, se llevó una mano a la barbilla, pensando.

—¿Y si... le hacemos creer que Grom se va a mudar a otro país? Algo dramático. Seguro que eso hace que Ash reaccione.

—Es una idea ridícula —interrumpió Penny, entrecerrando los ojos—, pero... no perdemos nada intentándolo.


La idea pronto tomó forma, y en cuestión de minutos, el rumor comenzó a circular. "Grom se va", decían unos. "Es definitivo, se muda por trabajo", aseguraban otros. La noticia corrió rápido, y antes de que terminara la mañana, todos estaban hablando sobre la inminente partida de Grom.

Ash, por su parte, lo escuchó una, dos, tres veces, y aunque al principio lo desechó como una tontería más de los estudiantes, el constante murmullo empezó a inquietarlo. Sabía que era una broma, era obvio que era una broma, pero, ¿y si en algún momento esa broma se hacía realidad?

La idea de que Grom se fuera sin que él hubiera aclarado las cosas le revolvía el estómago. Mientras más lo pensaba, más difícil le resultaba mantenerse en su acostumbrada fachada de indiferencia. En algún punto de la mañana, después de oír el rumor por enésima vez, decidió confrontar a los evidentes culpables.

Caminó directo hacia el grupo de estudiantes que solían andar juntos.

—¿Qué es eso de que Grom se va? ¿Ya no tenéis más ideas para esparcir rumores falsos? —soltó Ash, visiblemente molesto.

Los estudiantes se miraron unos a otros, intentando disimular, pero su expresión los delató.

—Oh... eso... bueno... ya sabes... —intentó explicar Jessie, rascándose la nuca.

🎉 Has terminado de leer 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗶𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼 - 𝗴𝗿𝗼𝗺 𝘅 𝗮𝘀𝗵 🎉
𝗹𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗶𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼 - 𝗴𝗿𝗼𝗺 𝘅 𝗮𝘀𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora