LA PRIMERA VEZ (BAJIFUYU)(FINALIZADA)

Epílogo

Dos años han pasado desde que mi vida dio un giro inesperado, desde que las decisiones impulsivas que tomé me llevaron a perder de forma bastante estúpida a una de las personas más importantes de mi vida: Chifuyu.

Cada vez que miro hacia atrás sólo puedo pensar en mí como una persona inmadura y realmente estúpida. Me traicioné a mí mismo y, lo que es peor, traicioné a mi mejor amigo.

Recuerdo el día que todo se vino abajo con bastante amargura. Después de que Chifuyu se enterara de lo que pasó, la decepción en su mirada fue como una bofetada de realidad ¿Qué diablos había estado haciendo? Joder...

Cuando se alejó, sentí que el mundo se desvanecía. Chifuyu era más que un amigo; era mi confidente, mi compañero de vida. Me di cuenta de lo mucho que había estado presente en esta cuando necesité una segunda opinión y sólo pensaba en consultarlo con él, cuando tuve una buena noticia y sólo quería contárselo a él, cuando tuve un mal día y sólo quería apoyarme en él. Chifuyu lo había sido todo, y yo perdí eso porque era idiota.

Los primeros meses fueron los más difíciles. Enfrentarme a Kazutora, quien también había jugado un papel en esta traición, no fue fácil. Ambos éramos conscientes de la carga que llevábamos, una especie de culpa compartida. A veces, nos mirábamos y en lugar de palabras, intercambiábamos silencios cargados de comprensión, habíamos metido la pata hasta el fondo. Sabíamos que habíamos cruzado una línea, aunque al principio ninguno se atrevió a abordar el tema directamente, como si al no mencionarlo se volvía invisible, pero era en vano, sólo era el enorme elefante en la habitación, hacernos los ciegos no borraba el hecho que ambos traicionamos a alguien a quien amábamos.

A menudo, Kazutora intentaba cambiar de tema, desviarnos de la incomodidad. Hasta que finalmente una noche en la que estábamos en mi apartamento, rodeados de botellas vacías y un par de pizzas frías, Kazutora se quedó mirando una foto de nuestro grupo en la mesa y, justo al lado de esa, una foto de Chifuyu y yo sonriendo que no me había atrevido a guardar en un baúl. Aún no quería dejarlo ir pese a lo egoísta que era desear eso.

—A veces me pregunto cómo hemos podido llegar a esto —dijo, su tono era una mezcla de tristeza y frustración.

—Yo también. Fue una decisión estúpida —respondí, sintiendo cómo la culpa me aplastaba de nuevo.

—¿Crees que podamos arreglarlo? —me preguntó. Tomé u largo sorbo de mi botella sin responder

¿Se podía arreglar algo como eso? Sinceramente, no me parecía algo viable.

A medida que pasaron los meses, mi vida se fue acomodando de nuevo, pero la sombra de lo que había hecho me seguía a todas partes, no podía evitar pensar en Chifuyu. En, su dulzura, su mirada cargada de cariño cuando me veía, su toque suave y dulce, la forma en que solíamos reír juntos, las pequeñas bromas que compartíamos, las conversaciones profundas sobre la vida... Todo eso se había desvanecido. Era como si hubiera un hueco en mi pecho que nunca se cerraría. Lo más doloroso era saber que lo había hecho sufrir, que había destrozado lo hermoso que teníamos por una estupidez.

Recuerdo una noche en particular, mirando al techo mientras intentaba dormir. Había salido con Kazutora y algunos amigos hacía pocas horas, pero a pesar de la risa y la diversión, no podía dejar de pensar en él. Kazutora había estado hablando sobre cómo necesitaba seguir adelante y el cómo una charla sincera de frente con Chifuyu nos ayudaría a los tres a zanjar el asunto, así que una vez en la soledad de mi habitación, le mandé un mensaje a Chifuyu.

"He hablado con Kazutora, me gustaría que los tres tengamos una charla ¿podemos vernos?"

La respuesta fue casi inmediata. "Estoy un poco ocupado ahora, en otro momento. Yo te aviso".

No me sentí ofendido por la indiferencia. No nos debía nada y podía tomarse el tiempo que necesite para hacer lo que creyese necesario para dejar todo eso atrás.

Dejarme atrás...

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. La vida siguió, pero el arrepentimiento se convirtió en un compañero constante. Me di cuenta de que el perdón no vendría fácilmente. Ya no se trataba sólo de que Chifuyu me perdonara, sino de que yo tuviera que perdonarme a mí mismo. Este proceso de perdón era largo, doloroso y lleno de episodios de retroceso donde el autosabotaje y la reprehensión hacia mí mismo estaban a la orden del día. Había cometido un error grave y tenía que vivir con ello. La culpa no se iría fácilmente, pero tenía que encontrar una manera de seguir adelante.

Unos pocos meses después, recibí un mensaje de Chifuyu. Fue breve, pero hizo que mi corazón se detuviera: "Podemos hablar". Ese simple mensaje fue como una luz al final del túnel. Acordamos vernos los tres en un café cerca de la universidad. Mientras me preparaba para salir, las mariposas revoloteaban en mi estómago. No sabía qué esperar, pero sabía que era un paso necesario.

Cuando llegué, lo vi sentado en una esquina, Kazutora todavía no había llegado. Su mirada era seria, pero había una calma que me dio un poco de esperanza. Nos saludamos, y por un momento, el mundo se detuvo. Se veía radiante con su cabello negro ligeramente largo, era como si el tiempo hubiera retrocedido, aunque los recuerdos de lo que había pasado aún pesaban sobre nosotros.

—He estado pensando mucho en lo que pasó —comencé, intentando encontrar las palabras adecuadas.

—Yo también —respondió Chifuyu, su voz era firme, pero había un dejo de tristeza en ella—. No ha sido un camino fácil.

Y no la fue, sin embargo, la pequeña sonrisa triste que tenía me dijo que todavía quedaba una larga senda que recorrer para mí, pero que todo iba a estar bien.

La primera vez

Yeiiii !!!!  Ahora sí que se ha acabado esta aventura. Muchísimas gracias por leer, votar y comentar en esta historia. 

Espero que mis otros proyectos les guste tanto como este y les deis el mismo amor. Gracias por la paciencia que tuvisteis con las actus a velocidad de caracol <3

Los quiero un montón.

Key nee-san