Christian Horner no había tenido la intención de comenzar el día con una confrontación incómoda, pero sabía que no podía seguir ignorando lo que había escuchado la noche anterior. Después de una noche de reflexión junto a Toto, decidieron que era mejor abordar el tema directamente con Max y Checo para manejar la situación antes de que se les fuera de las manos.
Entonces ahí estaba lo suficientemente temprano en la mañana como para asegurarse que ambos sus pilotos seguirían juntos. Pasó veinte largos minutos insistiendo en la puerta de la suite antes de que finalmente Max abriera, desaliñado, con el cabello despeinado y claramente recién levantado.
—Christian?—preguntó Max, su acento neerlandés más marcado por el cansancio. —Son las 7 de la mañana, ¿pasa algo?
Christian no perdió tiempo y con una firmeza inusitada, empujó la puerta para entrar a la suite, sin dejarle a Max espacio para objetar. Ignoró los intentos nerviosos del joven piloto por detenerlo y se sentó en la sala de estar. Max se movía inquieto, lanzando miradas nerviosas hacia las puertas dobles de la recámara cerrada, sabiendo perfectamente que Checo estaba al otro lado.
—Siéntate, Max—dijo Christian con un suspiro, y luego levantó la voz para llamar al mexicano. —Checo, por favor, únete a nosotros.
Max se tensó aún más, y las puertas de la recámara se abrieron lentamente. Sergio Pérez, aún en pijama, se acercó, lanzándole una mirada de complicidad a Max antes de fijar su atención en su jefe.
Christian los miró a ambos por un momento, tomando un profundo respiro antes de lanzarse directamente al asunto.
—Sé lo que está pasando—dijo, con seriedad. —Y no tengo problemas con lo que hagan en su vida personal, pero si están en una relación amorosa, necesito saberlo. No podemos permitir que un amorío afecte al equipo.
Ambos pilotos intercambiaron miradas sorprendidas antes de que una risa contenida escapara de los labios de Checo. Max le siguió, riéndose también, aunque nervioso. Christian frunció el ceño, confundido por la reacción de los dos.
—¿De qué se ríen?—preguntó, visiblemente irritado.
—Christian...—comenzó Max, tratando de calmar su risa, —no estamos en una simple relación.
Checo, aún sonriendo, continuó, —Estamos casados.—soltó, mirándolo directamente a los ojos.
La sorpresa de Christian fue evidente, su rostro se relajó un poco mientras procesaba lo que acababan de decirle.
—¿Casados?—repitió, casi en un susurro. —¿Desde cuándo?
Max asintió, aún con una pequeña sonrisa en los labios.
—Hace un año.—respondió Checo, finalmente. —Fue nuestro primer aniversario en Junio.
La revelación lo dejó atónito. El hecho de que no solo estuvieran en una relación, sino que ya llevaran un año casados, cambió por completo su perspectiva de la situación.
Christian se recostó en la silla, asimilando la información. De repente, la tensión se disipó un poco.
—Bueno, eso... cambia las cosas,—admitió, sintiendo una mezcla de alivio y resignación.
Y sí que cambiaba las cosas. Christian no podía creer que Max y Checo llevaran un año casados, y que nadie en la Fórmula 1 lo supiera. Esto no era solo una relación pasajera; era algo mucho más profundo y serio. Eran esposos. Lo que le sorprendía más era que, a pesar de lo complicada que puede ser una relación en ese ambiente tan competitivo, ninguno de sus problemas personales... maritales había afectado su rendimiento en la pista no lo suficiente para delatarlos al menos. ¿Cómo nadie había notado nada? Y lo más impactante: tuvieron que haber resuelto sus diferencias después de aquel incidente en Brasil 2022.
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Deja Que Los Perros Ladren
FanfictionCheco está harto de que la prensa y todo el mundo se la vivan cuestionando su posición y permanencia como piloto de RB, está harto de que critiquen todo lo que hace o deja de hacer, entonces, decide que si quieren hablar de el, les dará de que habla...