𝙱𝚊𝚍 𝚁𝚘𝚖𝚊𝚗𝚌𝚎 ||𝗖𝗵𝘂𝘂𝘆𝗮 𝗡𝗮𝗸𝗮𝗵𝗮𝗿𝗮|| +18

°4°

Él es el verdadero:
"Respondo con acciones,
no con palabras"
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El abrazador calor de la mañana proporcionado por el sol le es agradable, buscando por ese medio recolectar la mayor de paciencia y objetividad posible para lo que restaba del día, totalmente consciente de lo ajetreado que sería.

Estacionado su moto en los pasillos bajos de la sede donde todavía llegaba la luz, ajusto los guantes de cuero a sus manos, antes de hacer usó de su habilidad respiro hondo, sintiendo la frescura del aire en sus fosas nasales y por un instante se lamento el hecho de que no lo podria disfrutar hasta la noche si bien le iba.

Con la gravedad activada en todo su cuerpo llego a lo alto del edificio donde dejo a su nueva subordinada el día anterior, encontrando la escena de ella colgando en su totalidad con peso muerto y con un pájaro en la cabeza picoteandole.

—Oye, ya despierta.

Chasqueo la lengua al no ver acción alguna de su parte, con una minima cantidad de delicadeza le dio un par de cachetadas en las mejillas.

—¡Levántate ya o te baño en agua fría, maldita!

_________ parpadeo un par de veces, acostumbrando su vista a los potentes rayos del sol que le alcanzaron a llegar, frunciendo los labios al ver a Chuuya enfrente.

—Buenos días para ti también, Chuuya—hablo con sarcasmo, dejando que el aire la mene como candelabro.

—¿Quieres que te vuelva a dejar colgada?

De inmediato replico—. Obvio no, perdóname por la mala educación de mi parte a su persona, comandante.

—Tampoco exageres.

En silencio, Chuuya la sostuvo por debajo de las axilas rompiendo de un solo apretón de su mano las esposas, llevándola finalmente en su hombro. ________ no busco protestar de nada, pues el cansancio y dolor de su cuerpo no la dejaban.

Por una ventana lateral que se encuentraba abierta entraron, con un poco de cuidado Chuuya la dejo en el sillón y camino a su escritorio. Suspiro, sintiendo el frío en su cuerpo y el ardor de las heridas abiertas en sus muñecas.

—Supongo que la piel se te reventó.

Hace un sonido de afirmación, Chuuya agacho el tronco para buscar en un cajón un par de objetos curativos, pero _________ alcanzo a rescatar una pisca de preocupación en su rostro, sintiendose confundida por eso. Acercándose con lo necesario para tratar las heridas en sus manos, abrío la tapa de una botella y derramo el agua en una gasa limpia entendiendo la intención de Chuuya.

—Puedo curarme sola.

La mira con severidad—. Lo voy hacer yo y te callas.

—No es necesario, estoy lastimada más no estúpida— respondio segura, sosteniendole la vista.

—Eres estúpida— con un jalón acerco su mano a su pecho, ignorando el enojo que muestro el rostro de ______—. Porque de lo contrario no me hubieras retado.

—Y tu no me hubieras dejado colgada como piñata— tiro de su brazo con fuerza, con la convicción firme de no dejarse tratar—. No trates de limpiar lo que cagaste, Chuuya.

La agarro por la quijada, la fuerza era tal que ______  tuvo la sensación de que le arrancarian la mandíbula.

—Te dije que no me llames por mi nombre, una última vez lo haces y te revocó de tu mando— aumento la dureza de su agarré—, me vale mierda si crees que hago esto por remediar lo que hice, mientras yo sepa la razón de mis acciones podrá la gente decir lo que quiera y no me va afectar. Vivo de lo que pienso que es mejor para mí, no para basuras como tú, ¡Así que como tú comandante cierras el puto osico y haces lo que te digo!