My life began when I met you (23.5 tomo 2)

Etapa cinco: aceptación

Ongsa

Estábamos acostadas en la cama en ese silencio cómodo en el que siempre solemos conversar o reírnos sin parar... pero hoy había algo diferente. Sun estaba acostada a mi lado y un brazo rodeaba mi cintura.

-Sun -dije en voz baja viéndola-

-¿Hmm? -respondió sin moverse-

-He estado pensando en lo del bebé -confesé-

Giró la cabeza hacia mí, con los ojos bien abiertos y esa cara que significa que está prestándome atención. No dijo nada, solo me observó

-Sí-dije finalmente-

-¿Sí qué? -preguntó-

-Sí de sí, tengamos un bebé. -sonreí-

Sus ojos se abrieron un poco más, y una sonrisa pequeña apareció en sus labios.

-¿Sí? -preguntó, como si quisiera asegurarse de que no estaba bromeando-

-Sí, cielo. -afirmé-

Sun se apoyó en codo mientras me miraba.

-¿Y quién... quién lo tendría? -preguntó-

Me reí un poco porque, por supuesto, iba a llegar a eso.

-Habíamos dicho que tú, pero... -empecé, y ella ya estaba negando con la cabeza antes de que terminara-

-Ongsa, no quiero cargar con eso. Ya te lo dije, no tengo paciencia para estar embarazada. Me da miedo hasta cómo me voy a comportar si alguien me empuja en el metro con la panza -bromeó, pero supe que lo decía en serio-

Rodé los ojos, pero sonreí.

-Entonces me toca a mí.

-¿Estás segura? -preguntó, y su mano buscó la mía bajo las cobijas-

-No.  -confesé sonriendo- pero creo que si vamos a hacerlo, quiero intentarlo yo.

Sun no dijo nada por un momento, pero pude notar que estaba procesando mis palabras. Luego dejó un pequeño beso en mis labios.

-Entonces tendremos un bebé -dijo-

Nos acomodamos mejor y la abracé, sintiendo su calmada respiración.

-Cielo. -susurró-

-¿mmm? -respondí-

-¿Alguna vez imaginaste que terminaríamos aquí?... si no hubieras mandado esa solicitud en Instagram nada de esto habría pasado. -murmuró aferradose más a mi-

Me quedé callada.
Tenía absoluta razón.
Ese fue el efecto mariposa más grande de mi vida.

¿Y si ese primer día de clases la moto si hubiese parado? ¿Y si Alpha o Aylin me hubieran regalado la moto que paró para ellas?
Yo no la conocería.
No habríamos sido novias.
No estaríamos casadas.

-Me alegro de haberlo hecho, me alegro de ese día no haber conseguido moto y me alegro porque el destino nos hizo unirnos... te amo, Sun. No me imagino una vida sin ti. -murmuré también, besando su cabeza-

Y entonces hablamos un poco de todo. De los miedos, de cómo cambiarían nuestras vidas, de los detalles que no entendíamos aún.

Sun se quedó dormida primero, como siempre. Y yo la observé un rato, sintiéndome extrañamente tranquila, como si el caos en mi cabeza por fin hubiese disminuido; ayudándome a notar cómo desde que éramos unas pequeñas adolescentes que no sabían de la vida hemos logrado todo por estar juntas.