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Cuál sería la definición exacta para describir a un omega:

¿Un segundo género? ¿Un rasgo? ¿Una condición peculiar? ¿Un hombre que podía quedar embarazado?

Yeon Ji-ho se quedó en blanco. Era lógico, en su mundo no existía una sola persona que no supiera sobre alfas, betas y omegas. Por lo tanto, asumió que en [La Estrella de Hadad] también existía gente con este segundo género.

"Alfas, betas y omegas... ¿nunca ha escuchado nada sobre eso?"

Seth negó lentamente con la cabeza. Yeon Ji-ho abrió y cerró la boca repetidamente, incapaz de articular palabra.

Parece que mañana mismo, apenas salga el sol, tendré que buscar quién es el autor de [La Estrella de Hadad.] ¿Qué clase de escritor se olvida de incluir un mundo omegaverse en su novela?

Su mente estaba a punto de estallar cuando Seth lo trajo de vuelta a la realidad.

"¿Tú podrías explicarme?"

"Ah... ¡No!"

"¿Qué?"

"Por favor, será mejor que descanse por hoy. ¡Yo... yo lo veré mañana!"

Dicho esto, Yeon Ji-ho dejó al hombre solo en el pasillo y prácticamente salió corriendo hacia su habitación. Justo antes de cerrar la puerta, tuvo la impresión de que Seth lo miraba, pero todo pasó tan rápido que no podría estar seguro de que realmente lo hubiese estado mirando.

Yeon Ji-ho de inmediato se dejó caer sobre la cama, se deslizó bajo las sábanas y, automáticamente, un escalofrío recorrió su cuerpo.

«Maldito omega asqueroso».

«Oye, imbécil, deja de seducir a los hombres».

«¿En serio alguien sería tan asqueroso como para acostarse con él?».

Eran recuerdos muy antiguos, que creía que el tiempo los había desgastado lo suficiente como para no causarle daño. Pero se equivocaba. Al intentar explicarle su rasgo a un extraño que no sabía nada de alfas, betas u omegas, sintió que las palabras se le atascaban en la garganta. Temía que Seth, al enterarse de que era un "hombre omega", reaccionara de la misma forma que los demás.

Esa noche, Yeon Ji-ho se acurrucó bajo las sábanas, temblando hasta que finalmente, logró conciliar el sueño a pocas horas del amanecer. Omega. Esa palabra lo mantenía prisionero como si el solo hecho de mencionarla se sintiera como si le pusieran grilletes alrededor de los tobillos.

* * *

El sol de la mañana brillaba con fuerza. Yeon Ji-ho se despertó con un bostezo, estirando su cuerpo cansado.

Podría haberse quedado dormido hasta más tarde, pero los rayos del sol eran tan intensos que le resultó imposible seguir tumbado en la cama. La razón por la que no tenía cortinas oscuras era por la insistencia de su madre en que se volviera madrugador.

"Veamos... ¿qué preparo de desayuno?..."

Murmuró para sí mismo mientras se dirigía a la sala de estar, sin embargo, notó que algo no andaba bien, sentía una presencia extraña en su casa, como si alguien más estuviera con él.

De pronto, se detuvo en seco y sus ojos se abrieron de par en par, incrédulos ante la escena que tenía frente a él.

"Ah... ya despertaste."

El dueño de la voz estaba haciendo flexiones con una sola mano apoyada en el suelo. No usaba los pies ni la otra mano para equilibrarse, solo la palma de su mano sostenía todo el peso de su cuerpo.

✦ Mi personaje favorito apareció en el armario de mi casa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora