Llegando a casa, como predije, mi hermano me estaba esperando con un aire serio. William se mantuvo callado, pero de igual manera estaba como Alekei.
Al entrar, también estaban mis padres dentro de casa. Traté de controlar mi respiración, pero estaba jadeando por aire fresco como si me hubiera sofocado, el hecho de pasar mucho tiempo con Lía no hizo nada bien, pero me contuve, hasta ahora.
—¿Ethan? –pregunto mi hermano con alarma en su voz.
Solo sacudí mi cabeza en negación hacia él. ¡Tan bien pensé que podría manejar mi día hoy! Iluso. Falto solo que ella se presentara de forma física para que todo por lo que lucho se fuera al carajo.
Por supuesto, imagine que debería de haber sido así, nunca la confronte de forma directa, solo escuchándola por medio de otros.No había más que negar, aunque así lo quisiera, yo era un vampiro y Lía tenía la sangre más apetitosa que había olido en estos últimos doscientos años.
—-¿Qué demonios te paso? —exigió Liosha, distraído ante el hecho de no haberse dirigido pacíficamente como era usual en él.
En lugar de responder, solo busque algunos abrigos y pertenencias para mantener mi fachada humana, teniendo en mente donde iría.
Era de urgencia salir de Graycott antes de que a Bianchi se le ocurriera seguirme luego de la iglesia.Al terminar de empacar mis cosas y dejarlas en el baúl del auto, todos se mantuvieron mirando a Alekei. Solo se encogió de hombros, no podía ver lo que estaba pasando, sino lo que pasaría.
El busco mi mirada. Ambos procesamos lo que vio en su cabeza y nos sorprendimos de sobre manera.—¿Te estas yendo? –susurro.
—¿Lo estoy? –gruñí entre dientes fastidiado, ante todo.
Mientras Rose y Liosha me miraban preocupados y William enojado por la situación, me concentre en adentrarme en la cabeza de mi hermano y ahí él lo vio, mientras mi resolución flaqueaba, otra opción hacia girar mi destino hacia una dirección más oscura.
—Mierda…Lía, muerta. Mis ojos con un brillante carmesí por sangre fresca… y la búsqueda que seguiría. El tiempo cuidadoso antes de que pudiéramos salir de Graycott y comenzar una nueva vida, otra vez…
—Oh… –dijo de nuevo. La imagen se hizo más específica. Vi el interior de la sala de catecismo como siempre, y a Lía, en una sección de la biblioteca, más específico en la sección de los mitos románicos de espaldas hacia mi mientras la acechaba entre las sombras. Deje que su aroma me empujara y…
—¡Para ya, con un demonio! –gruñí, mostrándole mis dientes ante la impotencia. No podía, no sería así el futuro.
—-Perdóname, Ethan… –susurro, culpable.
Y la bestia dentro de mí se regocijo.
La visión de su cabeza cambio de nuevo. Una carretera vacía por la noche, los arboles cubiertos de nieve, pasando a casi setecientos kilómetros por hora.—Te echare de menos Ethan. Sé que no te vas porque seas malo, sino porque es mucho para tolerar. No importa el tiempo que estés fuera.
—Nosotros te esperaremos, hermano. –dijo convencido William.
Mi padre y mi madre intercambiaron una mirada comprensiva. Sé que Alekei les explicaría todo mejor y con lujo de detalle. El me toco el hombro.
—Harás lo correcto. –murmuro. Esta vez no era una visión, era una orden–. Ella es la única familia de Jack Bianchi. Eso lo mataría en vida.
—Si… –dije, solo aceptando la última parte.
Se dirigió con los demás, juntando sus cejas con ansiedad.Y dejaron que saliera de la casa, hacia el auto.
Cuando se adentraron a nuestro hogar, subí al auto y giré en dirección contraria por la carretera, saliendo del perímetro de la casa.
Sabía que las visiones de mi hermano pasarían de oscuras a brillantes como una luz estroboscópica mientras salía del pueblo a noventa kilómetros por hora.
En realidad, no estaba seguro de adónde iba. ¿Decirle adiós a mi familia? ¿O para abrazar al monstruo dentro de mí? El camino voló bajo mis neumáticos.
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[Propósito Santo]
مصاص دماء"Que Dios los bendiga ahora, porque los estoy arrastrando al infierno conmigo". Los intrusos estaban sorprendidos. ¿Un cura diciendo aquello? Había algo extraño allí. Y no estaban equivocados ante ese pensamiento que el peli cobrizo pudo leer mient...