Capítulo 9

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En la penumbra del bosque, donde las sombras susurran secretos olvidados, Selena Gomez emerge como una figura seductora, su esencia cargada de provocación. Con un aire de despreocupada lujuria, atrae a Justin Bieber hacia un abismo de deseos inconfesables, donde las reglas se desvanecen en la oscuridad. A su lado, Rosalía se presenta como una tentación viviente, su vestimenta escasa y provocadora la transforma en un ícono de seducción que desata los instintos más primitivos en Maluma. Sus ojos brillan con malicia mientras lanza miradas furtivas, arrastrando a Maluma a un juego peligroso que desafía la razón.

Maluma, consumido por la gratitud y el deleite, observa cómo las parejas, Justin y Selena, acompañados por la enigmática chica de la luna con su lámpara titilante, avanzan con determinación por un sendero que los llevará a un destino incierto. La luz de la lámpara, un faro en la negrura, ilumina el camino a través de pasadizos ocultos y senderos prohibidos, un recorrido hacia la libertad, pero también hacia lo desconocido. El aire está impregnado de una mezcla de emoción y tensión, como si cada paso que dan resonara con ecos de advertencia.

La sonrisa de Harry Styles, una expresión de alegría oscura, brilla mientras observa a Justin y Selena avanzar, su paso repleto de confianza y un ardor que desafía las sombras que los acechan. Sin embargo, su risa esconde una inquietante mezcla de admiración y preocupación. Sabe que el amor y la valentía los impulsan hacia adelante, pero también que lo que buscan podría tener un costo mucho mayor de lo que imaginan.

La chica de la luna, con una voz que parece fluir como el eco de antiguas advertencias, se vuelve hacia el grupo. "Estamos iluminados, pero no debemos olvidar la oscuridad que nos rodea", dice con firmeza, la luz de su lámpara centelleando ominosamente. "Nada de autobuses ni trenes. Cualquier señal puede ser nuestra perdición. Debemos mantenernos en las sombras."

Sus palabras caen como un velo de temor, recordando la fragilidad de su misión. Cada frase lleva consigo el peso de la responsabilidad, una llamada a la cautela en un camino que podría llevar a la salvación o a la perdición. Con determinación, el grupo asiente, conscientes de los peligros, pero decididos a enfrentar el destino que les espera.

Rosalía, atrapada en un torbellino de emociones, se encuentra con Maluma en medio del sendero. Con un grito ahogado de sorpresa y alegría, se lanza sobre él, atrapándolo en un abrazo apremiante. El asombro lo deja aturdido, una mezcla de dulzura y desesperación se apodera de su ser. "S-Siempre fuiste un perro fiel", murmura Rosalía, lágrimas brotando de sus ojos, su voz resonando con un lamento profundo. "Lo siento."

El abrazo de Rosalía lo abruma, su aliento se vuelve escaso en medio de la intensidad del momento. Aunque sus palabras son un bálsamo para su alma herida, la fuerza del abrazo lo deja tambaleándose, incapaz de encontrar la respuesta adecuada. Pero antes de que pueda recuperarse, la chica de la luna irrumpe, su mirada ardiente como el fuego.

Con un movimiento repentino, golpea a Maluma con su lámpara, la sorpresa transformándose en un estallido de dolor. "¿Te atreves a llamarte perro? ¿Eres un idiota?" grita, su voz resonando con indignación. La lámpara brilla con un fulgor amenazante mientras exige una explicación, y Maluma, aturdido, balbucea una disculpa incoherente, incapaz de procesar el caos que lo rodea.

Rosalía observa la escena con una mezcla de sorpresa y confusión, su mente enredada entre el remordimiento y el desconcierto por la súbita ira de la chica de la luna. La tensión se cierne en el aire, pesada como una nube oscura, mientras la chica de la luna se vuelve hacia Rosalía. "No podemos dejarla ir. Debe seguir el camino o todo será sospechoso."

Maluma, sintiendo la angustia de Rosalía, se acerca a ella, buscando consolarla. "Camina", susurra, su voz suave y reconfortante. "Lo siento. Prometo que volverás a casa." Sus palabras son un consuelo en medio del tormento, y aunque Rosalía duda, su determinación crece.

Mientras avanzan, el frío se apodera del aire, la brisa helada acechando entre los árboles. "¿Tienes frío?", pregunta Maluma, notando su temblor. Se quita el abrigo, un gesto de protección en un mundo cruel.

Rosalía se sorprende por su generosidad. "Pero, ¿y tú?" murmura, entrelazando gratitud y preocupación en su mirada. "No te preocupes por mí", responde Maluma, desechando las dudas. "Lo importante es que estés abrigada."

Con un susurro de gratitud, Rosalía acepta su abrigo, sintiendo el calor que irradia. La noche se cierne sobre ellos como un manto oscuro, mientras la chica de la luna prepara el refugio, su lámpara proyectando sombras danzantes en la oscuridad.

El grupo se sienta alrededor de una fogata tenue, donde la chica de la luna comparte una manta con generosidad. Rosalía, agradecida, murmura su gratitud, mientras la conversación fluye entre risas y ecos de lo que está por venir. Sin embargo, la historia de Maluma lo pesa, un secreto que ha cargado demasiado tiempo.

"Rosalía, hay algo que debes saber", comienza, la incertidumbre resonando en su voz. "No siempre fui humano. Empecé como un perro." Sus palabras, cargadas de revelación, atrapan su atención, y sus ojos se abren al asombro mientras él desentraña su historia.

Con cada palabra, Rosalía siente la conexión creciendo, la dulzura de sus colmillos que aparecen sutilmente al hablar, recordándole su origen, y en lugar de asustarla, la atrae más a su ser. La conexión entre ellos se intensifica, iluminando la oscuridad.

Mientras Harry Styles y la chica de la luna comparten una complicidad silenciosa, Maluma, con el corazón acelerado, se acerca a Rosalía. La anticipación llena el aire, y cuando finalmente sus labios se encuentran en un beso tierno, el mundo a su alrededor se desdibuja.

La noche se llena de murmullos de deseo y temor, un momento que quedará grabado en sus corazones. Mientras el eco de su beso se apodera de la oscuridad, Rosalía siente que su destino se entrelaza con el de Maluma, listos para enfrentar lo que el futuro les depare bajo el manto de las estrellas, dejando atrás lo que una vez conocieron.

Almas Gemelas RenacidasWhere stories live. Discover now