Capítulo 14

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Justin Bieber y Selena Gomez se encontraban en su hogar, disfrutando de un breve respiro tras una semana abrumadora. La luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas, tiñendo la sala de estar con tonos dorados y cálidos, aunque había algo ominoso en el aire, como un susurro de lo que vendría. Sentados en el sofá, compartían una cubeta de helado de vainilla con trozos de chocolate. La risa de Selena resonaba, pero incluso esa alegría parecía enmarcada en una atmósfera extraña.

"¡Vaya, este helado está delicioso!", exclamó Justin con una sonrisa, disfrutando cada cucharada mientras la tristeza acechaba en sus ojos. "Definitivamente tenemos que hacer esto más a menudo."

Selena asintió, pero una sombra cruzó su rostro. "Sí... es increíble cómo algo tan simple puede hacer que el día sea especial, aunque siempre haya un eco de lo que hemos perdido."

Después de terminar, decidieron ver una película, pero el tiempo parecía estar en su contra. Se acurrucaron juntos, y aunque Justin envolvió su brazo alrededor de los hombros de Selena, había un silencio que no podían ignorar. Sus miradas se cruzaron, y en esos instantes de complicidad, un vacío se hacía más evidente.

"Gracias por este día," dijo Selena, apoyando su cabeza en el hombro de Justin con un suspiro que parecía cargar todo su dolor.

"No hay nada que prefiera más que estar contigo," respondió él, pero sus palabras eran un canto melancólico a lo que podría haber sido.

En otra parte de la ciudad, Rosalía caminaba lentamente, el collar de Maluma pesado en su mano. Cada paso era un recordatorio de sus decisiones pasadas. Se detuvo frente a un contenedor de basura, sintiendo que el nudo en su garganta la ahogaba. Con manos temblorosas, dejó caer el collar, y el sonido del metal chocando contra el plástico resonó en la oscuridad, como el eco de un corazón roto.

Bad Bunny se acercó, sus ojos reflejaban una mezcla de comprensión y deseo. "¿Por qué esa cara triste?" preguntó, su voz suave, casi como un canto hipnótico. Rosalía se quedó sin palabras, luchando contra el torbellino de emociones que la invadía.

"No es nada," respondió finalmente, aunque sabía que mentía. "Solo estoy tratando de procesar todo."

"Pero estoy aquí para ti, pase lo que pase," dijo Bad Bunny, acercándose, su calor envolviéndola como una sombra protectora.

Mientras tanto, en un mundo paralelo, Maluma y Harry Styles exploraban un paisaje vibrante. Las plantas exóticas se alzaban como guardianes de secretos olvidados. Harry, majestuoso y noble, observaba a Maluma con una mirada de complicidad, compartiendo un vínculo más allá de lo físico.

"Esto es vida, sin preocupaciones," murmuró Maluma, pero en su corazón sabía que la libertad siempre tenía un precio.

La Luna, desde su alto trono, iluminaba la historia de Harry, el león cautivo convertido en protector. Su voz resonaba con una mezcla de tristeza y esperanza, recordando a todos que incluso en las sombras más profundas, la redención es posible.

"Y así, Harry dejó atrás las cadenas de su pasado," concluyó la Luna, mientras Maluma y Harry continuaban su danza bajo la luz plateada. "En este mundo etéreo, se dieron cuenta de que la verdadera libertad se encuentra en el amor, incluso cuando el eco del pasado resuena en cada susurro del viento."

Almas Gemelas RenacidasWhere stories live. Discover now