Capítulo 13

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Selena Gomez, una seductora figura envuelta en sombras, sabía cómo provocar; su risa, un susurro cargado de promesas.

Al mismo tiempo, Rosalía, otra figura atrapada en este oscuro juego, caminaba con una actitud provocadora, ataviada con ropa que dejaba poco a la imaginación. Su esencia era como un veneno dulce, una mezcla de deseo y desesperación. Sin embargo, su camino se vio interrumpido por Shakira, quien se acercó con una lámpara que iluminaba el entorno con un brillo etéreo y siniestro.

"No puedes huir, Rosalía. Debes escuchar la historia que se te ha ocultado", dijo Shakira, su tono grave resonando en la penumbra. Rosalía frunció el ceño, su mirada llena de frustración y un deseo de libertad. "Cállate. Solo quiero irme", replicó, su voz temblando entre la ira y la vulnerabilidad.

Shakira, imperturbable, insistió: "No puedo dejarte ir sin que conozcas la verdad". Rosalía, atrapada entre su deseo de escapar y su curiosidad, finalmente se detuvo. "Está bien, pero sé breve", respondió, resignada.

Así comenzó Shakira a desvelar el oscuro pasado de Maluma, un perro perdido entre el sufrimiento y la soledad. "Maluma fue un cachorro querido, pero su mundo se desmoronó. Intentó salvar a la niña de una caída, pero fue acusado de un delito que no cometió. En su desesperación, se convirtió en un vagabundo, acosado y maltratado. Hasta que la Luna, en su fría majestad, lo acogió", relató Shakira, su voz cargada de una tristeza profunda.

A medida que la historia avanzaba, reveló que Maluma había sido testigo de sacrificios amorosos: Juana y Pablo, quienes, como sombras del pasado, aún resonaban en el aire. "Su misión era unirlos de nuevo, y ahora tú, Rosalía, también eres parte de este juego", concluyó.

La revelación cayó sobre Rosalía como un manto oscuro. "¿Yo? ¿En qué me convierto en esto?", preguntó, el horror y la comprensión en sus ojos. Shakira simplemente asintió, dejando que la verdad se instalara en el corazón de Rosalía.

Mientras tanto, en un rincón lejano, Selena Gomez y Justin Bieber compartían un beso. Pero en ese beso había algo más que pasión; era un eco de la oscuridad que los rodeaba, un susurro de lo inevitable. Su conexión era como un hilo de seda que se desgastaba lentamente, desvaneciéndose en la noche como un secreto olvidado.

Con determinación en sus ojos, Maluma se acercó a Rosalía, entregándole su collar con un suspiro. "No lo necesito más", declaró, sus palabras un eco de tristeza. "No te guardo rencor, simplemente amabas a otro". Rosalía lo recibió, sintiendo el peso de la pérdida, pero antes de que pudiera hablar, Maluma se desvaneció en la penumbra.

En el cielo, la figura de Maluma flotaba junto a Harry Styles, ambos prisioneros de un destino que habían aceptado. Harry, con su majestuosa melena, miró a Maluma, sus ojos reflejando la melancolía de una amistad forjada en el fuego de la batalla y el sacrificio.

"No puedo creer que te hayas enamorado de una humana", dijo Harry, su voz resonando en la vastedad del cosmos. "Pero ahora es demasiado tarde para lamentaciones".

Con un último abrazo, ambos se desvanecieron en la eternidad, dejando atrás un legado marcado por el amor, la pérdida y las sombras que acechaban en cada rincón de sus corazones. El eco de sus decisiones resonó en el silencio, mientras el mundo continuaba girando, ajeno al oscuro destino que los había llevado hasta allí.

Almas Gemelas RenacidasWhere stories live. Discover now