La noche estaba envuelta en un manto de misterio y desasosiego, cuando Maluma, el perro de espíritu errante, yacía bajo el resplandor plateado de la Luna, como un espectro atrapado entre mundos. Aunque la belleza del paisaje lo rodeaba, había en su corazón un anhelo profundo, un vacío que pulsaba como una herida abierta.
"Madre Luna", susurró Maluma, su voz temblorosa, cargada de angustia y confusión, "¿qué me sucede? Siento que me falta algo, como si mi alma estuviera desgarrada". La Luna, con su sabiduría antigua y fría, lo observó con compasión, entendiendo el tormento que lo consumía. Sabía que el corazón de Maluma anhelaba a Rosalía, la compañera que había dejado atrás en un mundo del que ahora estaba desterrado, donde sus caminos se habían bifurcado en la penumbra.
"Maluma", respondió la Luna, su tono suave como un susurro que cortaba el silencio de la noche, "tu corazón arde de amor por Rosalía, un lazo que trasciende incluso la muerte. Aunque vuestros caminos se hayan separado, esa conexión es eterna".
El perro asintió, pero la tristeza lo abrumaba. Aunque estaba rodeado de la paz de este mundo, su ser clamaba por Rosalía, por la complicidad de sus juegos, por la calidez de su presencia. "¿Hay esperanza para nosotros, Madre Luna?", preguntó, su voz un hilo tembloroso. "¿O estoy destinado a vagar por la oscuridad de este mundo, condenado a la soledad?"
La Luna, con una tristeza implacable, le respondió: "Lo siento, pero este es tu mundo ahora. Tu misión se ha completado; el amor es un lujo que no puedes permitirte. No era tu destino enamorarte".
Maluma sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Aunque comprendía la dureza de sus palabras, el vacío en su pecho se expandía, como un abismo sin fondo. Rosalía seguía siendo su deseo inalcanzable, una sombra que lo atormentaba, atrapada en un mundo que ya no era suyo. "Expreso mi deseo de regresar como humano, para estar con ella", lamentó, su voz quebrada por el dolor.
"Lo siento, Maluma, pero este es el mundo que he decidido para ti. Te pido que no te lamentes", respondió la Luna, su firmeza implacable como el acero. Con un suspiro profundo, Maluma aceptó la verdad que se le había revelado. Aunque el dolor continuaba presente, se aferró a la débil esperanza de encontrar consuelo en su nuevo propósito en este mundo sombrío.
"Lo entiendo, Madre Luna", murmuró con voz temblorosa, sus ojos reflejando una mezcla de tristeza y resignación. "Acepto mi destino y haré lo que se espera de mí aquí".
La Luna asintió, reconociendo la valentía y la determinación de Maluma ante la adversidad. Con un destello de luz plateada, lo envolvió en un abrazo reconfortante, recordándole que, aunque su camino estuviera lleno de espinas, no estaba solo en su sufrimiento. "Estoy aquí para guiarte, Maluma", susurró con ternura. "Confía en mí y en tu destino, y encontrarás la paz que buscas".
"Pero no deseo guías; anhelo regresar, ser humano para estar con esa mujer", replicó él, con la determinación de un alma en pena. La Luna mantuvo su mirada fija en él, reflejando la tristeza que la embargaba, sabiendo que su deseo era un fuego que no podía ser apagado.
"Comprendo tu deseo, Maluma", dijo suavemente, su voz resonando en la quietud de la noche. "Pero tu destino en este mundo ha sido sellado, y hay lecciones que aprender aquí, lecciones que van más allá de lo que comprendes".
Con un suspiro pesado, Maluma dejó escapar su frustración, sintiendo que cada palabra de la Luna se hundía en su ser como un puñal. El deseo por Rosalía ardía en su pecho como un fuego eterno, un eco de una vida que había dejado atrás. "Volverás a ese mundo en 150 años", dijo la Luna con serenidad.
"¿Pero Rosalía aún estará viva para entonces?" exclamó Maluma, la furia y la desesperación agolpándose en su voz. La Luna lo observó con tristeza mientras él corría en círculos, su corazón desgarrado por el tormento. "Mejor así; así no te quedarás con ella", susurró, lamentando la cruel ironía de su destino.
Finalmente, exhausto y con las patas lastimadas, Maluma se detuvo, su aliento entrecortado. El deseo por estar con Rosalía aún ardía en su corazón, pero sabía que debía aceptar su destino, encontrar la paz en la tormenta que lo envolvía. La Luna descendió, envolviéndolo en su luz plateada, un consuelo en medio de su desesperación. Con un suspiro resignado, se recostó, permitiendo que la oscuridad de la noche lo abrazara, a pesar de su angustia.
Maluma miró hacia arriba, al brillo del Sol en el cielo diurno, sintiendo la punzada de envidia por la cercanía entre los astros. "¿Por qué tú puedes estar con el Sol y yo solo?", cuestionó, su voz llena de amargura. La Luna suspiró, reconociendo el dolor y la frustración que lo atormentaban. "Cada uno de nosotros tiene su propia luz, Maluma. En este mundo, eres una chispa de luz para aquellos que te necesitan. No subestimes el impacto de tu presencia aquí".
"Todos tienen su amor mientras yo siempre termino solo", lamentó Maluma, levantándose y comenzando a caminar, la tristeza pesando en su corazón. La Luna lo miró con compasión, entendiendo su dolor en un mundo donde el amor parecía esquivo. "Tu amor no es físico, no se trata de estar con otra persona", explicó suavemente, su brillo iluminando el camino de Maluma. "Tu amor es apreciar la felicidad de otros, incluso desde la distancia".
"¿Mi amor es ser un voyeur?" preguntó Maluma, su voz temblorosa de indignación. La Luna lo contempló con compasión, comprendiendo su confusión. "No, Maluma, no es eso", respondió con serenidad, buscando calmar la tormenta que lo asediaba. "Tu amor es la capacidad de celebrar la felicidad de otros, un acto de generosidad y empatía, no de invasión".
La Luna, con su resplandor suave, observó a Maluma mientras una lágrima solitaria se deslizaba por su mejilla, reflejando el dolor que le carcomía el alma. El Sol, con su cálido brillo, se acercó a la Luna, la preocupación palpable en su resplandor dorado. "¿Está así por esa humana, Rosalía?" preguntó, su voz cargada de compasión.
La Luna suspiró, su luz plateada reflejando la tristeza por el sufrimiento de Maluma. "Sí, Rosalía ha dejado una marca profunda en el corazón de Maluma", respondió con pesar. "Su amor por ella es intenso, y el dolor de su separación lo consume".
El Sol, asintiendo, iluminó su rostro preocupado. "Es difícil ver a alguien sufrir tanto por amor. ¿Podemos hacer algo para ayudarlo?" La Luna miró a Maluma, cuya figura solitaria permanecía bajo el árbol, su sufrimiento resonando en cada fibra de su ser. "No podemos interferir en los asuntos del corazón", respondió con suavidad. "Pero podemos ofrecerle nuestra compañía mientras atraviesa esta oscuridad".
Maluma, abrumado por la tristeza y el deseo de reunirse con Rosalía, rompió el silencio con un anhelo profundo. "Quiero irme de aquí, volver a ese mundo. Quiero ver a Rosalía", murmuró con voz entrecortada, rascándose la oreja en un gesto de nerviosismo.
La Luna y el Sol se miraron, comprendiendo la profundidad de su deseo y la lucha interna que enfrentaba. "Entiendo tu dolor, Maluma", dijo la Luna, su brillo plateado llenando el espacio. "Pero hay lecciones que aprender aquí. Tu viaje no ha terminado".
"No me importa, no quiero esperar", gruñó, su voz cargada de frustración. "Una lágrima solitaria cayó de su ojo, una imagen conmovedora de su dolor y anhelo".
Harry Styles, al observar la situación, se acercó a la Luna con preocupación en su mirada dorada. "¿Podemos llevar a Maluma a ese mundo?" preguntó, su voz resonando con empatía. La Luna contempló a Maluma, su corazón enternecido ante su sufrimiento, pero sabía que debía mantener el equilibrio del universo.
Maluma se encontraba en una batalla interna, desgarrado entre el deseo de regresar y la realidad de su situación. La tristeza lo consumía, y aunque la luz de la Luna y el Sol lo rodeaba, su corazón continuaba anhelando a Rosalía, una sombra que no lo dejaba en paz.
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Almas Gemelas Renacidas
FantasyHace años, en un reino sombrío donde los susurros de lo oculto danzan entre las sombras, dos almas jóvenes, Juana y Pablo, ardieron en un amor desquiciado. Pero el destino, un monstruo cruel y despiadado, los despojó de su unión. A medida que el tie...