vi. lunch by the shore . . .

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franco
05/04/2024





Ni de onda hubiese apostado que me aceptaba el almuerzo, hubiera puesto mis manos en el fuego a que preferiría volverse a su casa a estar tranquila, después de todo parece que viene teniendo un día muy de mierda. Yo solo se la había tirado para quedar bien, pero bueno, al menos no tengo que volver a casa a ver cómo Maitena y Arthur están uno encima del otro, haciéndome sentir completamente solo. Aprendí a quererlo a Leclerc, pero todo tiene un límite, no sé, digo.

—¿A dónde te gustaría ir a comer?—le pregunté viendo cómo ambos nos habíamos quedado duros y en silencio luego de que ella aceptara mi propuesta.

—No sé, ¿a dónde te gustaría comer a vos?—repreguntó ella—. Tengo luna en libra, perdón, me cuesta eso de decidir. Diría que un poco, pero tengo que admitir que me cuesta bastante.

Dios mío, ya empezamos con los signos y eso que ni siquiera estamos en modo encare. Sáquenme de acá.

—¿Te parece ir a la playa a comer algún sanguchito? Conozco un buen lugar de un amigo argentino—le propuse al ver que, si jugaba la de que nos vayamos pasando la pelota de quién elige, no íbamos a llegar a ningún lado.

—Dale, si. Me re copa el plan—respondió regalándometemporad devuelta una sonrisa suya. Dios mío, siendo totalmente objetivo, la mina tiene una de las sonrisas más hermosas que existen en el mundo, es increíble.

Dicho eso, empezamos a caminar por la costa camino al puesto del que le comenté. Íbamos lento, ya que, si bien la doctora dijo que no le había pasado nada, podía ver en su cara que el dolor la estaba matando. Al principio era medio incómoda la caminata, con ambos en silencio, así que decidí tomar cartas en el asunto.

—¿Te vas a quedar bastante tiempo acá?—interrumpí el calmante sonido de las olas rompiendo en la arena.

—¿Ya me querés echar?—repreguntó ella. Creería que en chiste, pero no sabría decir de forma cien por ciento certera—. Llegué hace unos días nada más, no quieras que ya vuelva a cruzar el charco.

—No, no, no quise decir eso—apuré en defenderme—. Preguntaba porque Maite había dicho que te quedabas toda la temporada turística, pero no es una fuente muy confiable la boluda esa.

—Tranqui, te estaba jodiendo. Te informó bien igual, me quedo hasta que la temporada termine en octubre por lo pronto, salvo que me salga algún concierto interesante antes—se rió la rubia. Dios, porqué me mandas a la mina más hermosa del mundo justo el día en el que está lo menos emocionalmente disponible de su vida, ¿acaso me odias?—Cambiando de tema, ¿me explicás un poco más qué concha pasó en las redes que hablabas hoy? Porque si te soy totalmente sincera, estaba con el cerebro en otro lado y te entendí la mitad de lo que dijiste.

—Entrá a tus redes que te voy explicando, así es más fácil—le indiqué. De esta forma iba a ser más digerible, porque realmente twitter era un caos

Apenas entró a la aplicación, su timeline mostraba un tweet con fotos de ambas de nuestras caras y un screenshot del comentario de Maite en la foto de Agustina. Como todos estos tweets boludos, empezaba con una frase boluda en mayúsculas para generar bait, y después decía otras boludeces más que no tenían mucho sentido. Es que, siendo sinceros, la única "prueba" que tenían era el comentario ese, todo lo demás que escribían eran conjeturas y chimentos baratos que se inventaron los medios.

shakes; FRANCO COLAPINTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora