Después del entrenamiento tan fuerte que tuvieron, se les otorgó el permiso a los soldados para que entraran a la base, se alistaran y almorzaran. Ya todos dentro, fueron a ducharse en el baño que debían compartir. TaeHyung, por otro lado, se escabulló de todos sus compañeros con sus artículos de aseo personal.
Ya que todos tenían que compartir el mismo baño, a él no le quedaba de otra que ir al pequeño baño que estaba en la parte trasera. Estaba haciendo eso desde hace más o menos un día, y por suerte nadie lo ha visto.
Por la mala relación con los susodichos, él no se arriesgaba a compartir el mismo baño que ellos y no le quedaba otra opción que buscar otro lugar lejos. Pero no es como si quisiera bañarse mientras una gran multitud de hombres lo veían; todos tendrían que estar desnudos, y esa idea no le gustaba para nada al azabache. Menos que nada, no quería que sus acuerpados y musculosos compañeros miraran su cuerpo pequeño, débil y nada proporcionado. No quería que se burlaran de él.
No otra vez.
Cuando tuvo su uniforme limpio, sus artículos, y se sintió lo suficientemente preparado, procedió a correr y a adentrarse en el lugar. Al entrar, como este era pequeño, dejó sus cosas afuera en el suelo porque, si metía la ropa, esta se mojaría; por suerte, nadie lo vio.
O eso creía él.
Jeon tenía una sonrisa malvada posada en sus labios; también lo miraba desde lejos entrar al baño del coronel - en este caso, su mismo baño -.
Sí, exacto. Ese era el baño del Coronel JungKook ya que, por ser un coronel, él no debía compartir baño con los soldados.
Se acercó, chasqueando su lengua en negación.
— Mal, mal, mal... Muy mal, Kim — Se inclinó un poco para coger las ropas de este en sus manos — No debiste entrar a mi baño.
Sonrió y, antes de que este abriera la puerta, se alejó un poco. TaeHyung la abrió solo un poco para agarrar el jabón y volver a cerrar la puerta.
JungKook se fue adentro con una enorme sonrisa de oreja a oreja; de repente, se le ocurrió una brillante idea. Cuando llegó a su oficina, lanzó la ropa de Kim en uno de los sillones y procedió a tirarse cómodamente en su silla de escritorio para poner en marcha el siguiente plan: agarró el micrófono del parlante que se encontraba dentro de la base, lo encendió, dio tres toques con sus dedos para asegurarse de que se escuchara. Ya estando todo listo, habló.
— Soldados, los quiero ahora en sus puestos, frente a la playa.
De esa forma apagó el micrófono y miró en su computadora las cámaras de todo el territorio de entrenamiento, pero cambió solo a una cámara en especial; en este caso, era la que mostraba el pequeño baño - solo por fuera - expectante de cuando Kim saliera para poder ver gustoso todo desde las cámaras.
TaeHyung se sentía más relajado después de la ducha que se dio; era tan delicioso estar limpio después del ejercicio tan cansado de la mañana. Cerró la llave, abrió la puerta solo un poco para poder agarrar la toalla y secarse, pero no sintió nada más que el suelo. Su corazón se aceleró. No podía ser cierto; el miedo lo envolvió. Abrió más la puerta percatándose de que no estaba ni su toalla ni su ropa.
— ¿Ahora qué hago?
JungKook miraba con atención la cámara esperando que Kim saliera y poder disfrutar de todo el show donde él fue la mente maestra. Jeon no podía verlo hasta que no saliera por completo del baño.
TaeHyung acababa de bañarse, pero ahora sudaba frío. De verdad que la vida lo odia.
Pero debía salir y, si su memoria no le fallaba, ahora todos debían estar comiendo el almuerzo. Tomó aire en sus pulmones, se armó de valor, abrió la puerta y se echó hacia afuera en puntillas para no lastimarse sus pies con las piedras. Se dispuso a medio correr.
Cuando llegó a la parte delantera de la base, paró en seco; quedó helado, que lo jodan, ¿¡Qué carajos!?
Sus mejillas se tiñeron de un color carmesí al ver cómo todos sus compañeros estaban formados en sus respectivos puestos. Todas las miradas de estos recayeron en él, haciéndolo desfallecer de vergüenza por el incómodo momento. Nunca nadie lo había visto desnudo y menos más de cien hombres. Se sentía intimidado, la verdad no le quedó de otra que cubrir su hombría con sus brazos y parte del abdomen; se colocó de lado encogiendo sus piernas para no hacerse notar mucho, aunque era casi imposible.
Todos, por alguna rara razón, no podían quitarle la vista a Kim, ¿y cómo no? Pues, el chico que más odiaban en toda la base tenía un cuerpo prácticamente igual al de una chica. Una sexy chica de cuerpo más pronunciado.
De repente, el momento se volvió algo turbio para todos y el calor llegó justo a su hombría. Admiraban su pequeña cintura, su piel con gotas de agua al igual que su cabello permitiendo que varias hebras cayeran desparramadas en su frente, sus delgados brazos, su pequeño cuello, sus piernas, sus muslos bien formados, sus labios que temblaban por el frío, su expresión nerviosa, sus mejillas rojas y su trasero... ese trasero grande y esponjoso.
Todos se imaginaron por un momento tocándolo, con la simple imagen que los hizo fantasear.
El único ruido que se escuchó en ese intenso momento fueron las pisadas de Song abandonando su puesto. Se acercaba al azabache y este solo bajó su cabeza esperando alguna burla por parte del más alto. Cuando estuvo frente a él, TaeHyung se sentía pequeño, pero no podía dejar de sentirse intimidado por todos en ese lugar. Se sentía más pequeño que una hormiga.
Song, por otro lado, sacó su chaqueta - que le quedaba un poco grande - y se la colocó por la parte de la espalda para cubrirlo.
TaeHyung lo miró extrañado.
— No creas que me preocupo por ti o que me interesas, porque no es así, yo solo te estoy devolviendo el favor de aquella noche — Se fue de nuevo a su lugar sin expresión en el rostro.
Kim debía salir de allí lo más rápido posible, así que entró corriendo a la base después del momento más incómodo en toda su vida.
El plan de JungKook había fracasado.
Todos sabían que TaeHyung poseía una cara bonita, pero no imaginaron que esa cara bonita tuviera un precioso y escultural cuerpo justo bajo ese holgado uniforme militar.
Todos se sorprendieron.
Hasta el mismo JungKook quedó con la boca abierta; hasta creía haber babeado mientras lo miraba, y eso que solo era por el computador. No salía del shock.
Pero eso no estaba bien.
Él odiaba a TaeHyung, no toleraba a los gays y le encantaban las chicas.
¡Pero mierda! TaeHyung tenía un cuerpo delicado; de no ser por el miembro entre sus piernas, fácilmente lo confundirían, más que todo por sus facciones suaves.
Algo andaba mal.
ESTÁS LEYENDO
armed forces 𐙚 kooktae
Fanfictionen edición ⋮ las fuerzas armadas: hechas especialmente para hombres fríos, fuertes, aguerridos y de gran caracter. descripción perfecta de jeon jungkook, coronel de las fuerzas armadas con más prestigio en toda Corea del sur. pero este año se ha enl...