Cinco

47 8 0
                                    

George

—Entonces, ustedes se masturbaron el uno al otro, y luego él se escapó en medio de la noche. Odio decir que te lo dije... — dijo Kelly, raspando sus uñas a lo largo del cuero cabelludo de George antes de tomar otro sorbo de vino.

La cabeza de George flotaba por el demasiado merlot. No sabía qué era más perturbador, lo cómodo que se sentía con Kelly y Max o el hecho de que Kelly no estaba hablando con George cuando ella dijo "Te lo dije". Ese comentario se lo dirigió a Max, que estaba sentado frente a ella, al otro extremo del sofá de George.

Max resopló. —¿Qué quieres decir? Funcionó totalmente.

—¿Cómo? — Kelly casi chilló —. Todo lo que nuestro dulce bebé gay consiguió fue una paja y angustia.

—No diría que tengo el corazón roto... —George comenzó solo para ser interrumpido una vez más por Max.

—Prueba A— gritó Max, agitando la toalla de papel que Alexander había dejado —. Puso su número de teléfono personal, no el de su trabajo.

Kelly agitó su copa de vino precariamente sobre la cabeza de George, arrastrando las palabras. —Está bien, eso es endeble en el mejor de los casos.

—No he terminado. También tenemos esto. — Max apuñaló el papel donde Alexander había escrito XO.

El corazón de George se disparó en su pecho. Había doblado y vuelto a doblar la toalla de papel lo suficiente como para que pareciera estropeada a pesar de que solo tenía tres días. Fue el XO lo que también había desconcertado a George. ¿Qué significaba? ¿Significaba algo? Era difícil saberlo.

Kelly dejó escapar un suspiro por la nariz. —Está bien, eso es... extraño. Por lo menos eso. Pero aún así, algo lo asustó — Dirigió una mirada acusadora hacia George —. ¿Te comportaste de manera necesitada? ¿Lloraste o dijiste 'te amo'?

George se sentó y el mundo se inclinó sobre su eje. —¿Qué? No. No hice nada ... quiero decir, no creo que lo haya hecho. Hicimos... lo que hicimos, y luego él simplemente nos secó, me arropó y me dijo que durmiera un poco. Luego se acostó a mi lado. Me quedé dormido. Cuando me desperté, él se había ido y esto —cogió la

nota de los dedos de Max y la volvió a doblar con cuidado —, estaba en la mesita de noche— Él suspiró —. Incluso alimentó a Cas antes de irse.

Max y Kelly intercambiaron miradas.

—¿Podrían dejar de hacer eso? — George espetó —. Es espeluznante. ¿Qué está pasando?

Kelly volvió a llenar la copa de vino de George y se la entregó. —Bebe. —ordenó.

Hizo lo que ella le dijo, molesto consigo mismo por ceder ante ella tan fácilmente. Cuando hubo vaciado la mitad de su vaso, ella lució satisfecha. —Bueno, pensamos que Alexander necesita asentarse. Su actitud de perro en celo está jodiendo el negocio de Sergio, lo que pone a Sergio de mal humor, lo cual jode las oportunidades de Max de follar con regularidad.

George parpadeó hacia Kelly. —¿Qué?

Ella puso los ojos en blanco como si George fuera tonto. —Alexander necesita asentarse con alguien, y la única persona que puede domesticar a un mujeriego es un virgen y los vírgenes mayores de edad son como unicornios.

—El virgen siendo tú. —afirmó Max.

George se sintió enfurruñado. —¿Qué les hace pensar a ustedes dos que soy virgen?

Kelly lo miró con lástima. —Oh, cariño. Si fuéramos aldeanos, serías el primero al que arrojariamos al volcán para apaciguar a los dioses.

—Guau. ¿Soy tan obvio?

|3°| Abrumador[Alex.A & George.R]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora