Quince

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George

George miró horrorizado la televisión de Alexander. Era como un accidente automovilístico. No quería mirar, pero no podía apartar la mirada. ¿Por qué tenían que tener un video de esto? George no podía cantar. Sonaba como si alguien estuviera tratando de estrangular a un pato. Tan pronto como Kelly presionó el botón de reproducir y la música aumentó, el miedo de George a llevar una melodía se desvaneció y un nuevo terror se apoderó de él mientras la música de Rap God de Eminem se extendía. —Oh, por favor. No. —susurró.

—Oh, sí. —confirmó Kelly, alegre.

Durante los siguientes dos minutos, George solo pudo sentarse congelado, mirando mientras caminaba por el escenario, balanceando los brazos mientras intentaba escupir la letra de una de las canciones más rápidas que existen, animado por la multitud que gritaba por él como si fuera él en realidad Eminem y no un niño que planchó sus jeans. Tal vez simplemente no esperaban que un niño con pantalones caqui y una camisa abotonada supiera algo de rap, o tal vez estaban tan borrachos como claramente lo estaba él y no podían escucharlo machacar la canción. De cualquier manera, ahora existía en Internet para siempre.

—Creo que entendimos el punto. —murmuró George.

—Shh, esta es mi parte favorita. —dijo Kelly, agitando su mano hacia él.

La cara de George estaba en llamas mientras se veía a sí mismo levantar el micrófono en el aire y dejarlo caer antes de salir del escenario. La multitud se volvió loca. —Por favor, díme que eso fue lo más humillante que hice esa noche.

Max negó con la cabeza. —Lo siento, cariño, pero esto ni siquiera está entre los cinco primeros puestos.

George podía sentir que sus órganos se encogían dentro de él. —¿Podrían ver el resto de esto sin mí?

Kelly se rió entre dientes. —¿Qué tendría eso de divertido? Además, para un niño criado en una secta, lo hiciste excelente.

—Es cierto. Estuviste increíble, de verdad. —confirmó Max.

Alexander no dijo nada, su expresión extrañamente pétrea. George enterró su rostro detrás del hombro de Alexander mientras Kelly mostraba el siguiente video. Se obligó a levantar la cabeza y mirar la pantalla cuando sintió a Alexander tensarse debajo de él.

Max se rió de la imagen en la pantalla, pero las cejas de George se fruncieron. Un tipo con un disfraz realista de Spiderman colgaba de un letrero de la calle. George había desenrollado su máscara para que solo su cara inferior fuera visible y parecía que estaban a segundos de volver a representar el famoso beso de la película.

George miró a Alexander, que estaba sentado con la mandíbula apretada. ¿Estaría... estaría celoso? ¿Avergonzado? George no recordaba nada, pero rezó por no haber besado a otro extraño. No quería besar a nadie más, solo a Alexander. Excepto, tal vez ahora Alexander ya no quería besarlo más. Ese pensamiento lo cortó como un cuchillo a través de su caja torácica.

—¿Estoy en el Paseo de la Fama? —preguntó, aunque sólo fuera para distraerse de la idea de que Alexander estaba enojado con él.

—Síp. —confirmó Kelly.

—¿Qué diablos estoy haciendo allí? —se preguntó en voz alta.

—Haciendo amigos. —dijo Max, señalando la pantalla.

Hablaba con dos hombres tomados de la mano. Uno era enorme, fácilmente medía seis pies con seis y probablemente trescientas libras de músculo. El otro estaba construido de manera similar a George. George reconoció la camiseta del niño de inmediato. Era la sudadera corta con capucha de gato con la que lo habían arrestado. —¿Quiénes son?

|3°| Abrumador[Alex.A & George.R]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora