|3°| Abrumador[Alex.A & George.R]

Trece

George

George se sintió aliviado y decepcionado al quitarse la ropa de Alexander y reemplazarla por la de Max. Los pantalones deportivos blancos y la sudadera con capucha negra de Chanel le quedaban perfectamente y eran mucho más lujosos que cualquier cosa que George tuviera actualmente en su armario. Pero no olían como Alexander y George descubrió que realmente le gustaba oler como el hombre mayor, incluso si olía a pinturas al óleo todo el tiempo. Su visita con sus amigos no había durado mucho porque Max tenía terapia y Kelly tenía una audición, pero aún así era agradable que pareciera que no lo estaban abandonando a pesar de que probablemente les parecía de alta manutención su amistad en este momento.

George puso la bolsa de lona llena de ropa prestada en el suelo del dormitorio de Alexander y deambuló por la casa sin rumbo fijo antes de sentarse en el sofá y encender la enorme televisión de Alexander y navegar por los canales, incapaz de concentrarse en nada durante más de unos minutos. Su cabeza daba vueltas con pensamientos de cadáveres y paparazzi reuniéndose alrededor de su antiguo hogar esperando para interrogarlo y hacerle preguntas invasivas que no tenía forma de responder.

Alexander salió de su dormitorio y se tumbó en el extremo opuesto del sofá, levantando las piernas y enredándolas con las de George sin reconocerlo de ninguna otra manera. Alexander no miró hacia arriba, concentrado intensamente en lo que fuera que estaba en la pantalla de la computadora portátil en equilibrio sobre su vientre plano. George dudó antes de deslizarse más abajo en el sofá, apoyando su cabeza en el brazo y colocando sus piernas a ambos lados de las de Alexander. El pie del hombre mayor comenzó a frotar ociosamente contra la parte interna del muslo de George, no de una manera abiertamente coqueta, sino de una manera familiar, como si fuera un novio, como si solo necesitara tocarlo. Eso calentó algo en el interior de George.

George estaba navegando por los canales cuando una foto de su atacante apareció a la vista en la esquina superior derecha sobre el hombro de una mujer con una chaqueta roja con la cabeza llena de cabello rubio y una expresión seria. Se congeló, subiendo el volumen hasta que la voz mesurada llenó la habitación.

—Una invasión a una propiedad se volvió mortal hace sólo cuarenta y ocho horas cuando el ocupante de la residencia, la estrella del Canal de Niños, George Russell, supuestamente matara a un asaltante que se abrió paso a la fuerza en su casa. Si bien no ha habido confirmación, las fuentes dicen que se creía que el arma era un cuchillo de queso y que este hombre podría haber sido enviado nada menos que por el propio padre de Russell, el notorio líder de la iglesia Magnus Dei, Jeb Russell. Los detectives no pudieron confirmar ni negar estas acusaciones, pero dijeron que, si alguien puede ayudar a identificar a este hombre, deben comunicarse con la división de homicidios del condado de Los Ángeles y que, por ahora, la investigación permanece abierta.

—Gracias, Sharon —dijo el otro presentador cuando la imagen desapareció y otra apareció detrás de la cabeza del hombre —. En noticias relacionadas, el líder de Magnus Dei, Jeb Russell, ha emitido un comunicado sobre el incidente. Esto fue lo que tuvo que decir.

El estómago de George se agitó cuando su padre apareció a la vista con un traje que probablemente costaba más que un Kia. —Amigos, es un día triste cuando un hombre tiene que defenderse de acusaciones calumniosas de su propia sangre, pero me temo que ahí es donde estamos. Nunca he sido nada más que solidario con la carrera de mi hijo e incluso lo llevé yo mismo a Los Ángeles para que pudiera cumplir su sueño de ser actor. Escuchar ahora que él cree que de alguna manera soy capaz de enviar a un hombre a agredirlo no sólo es insultante sino indignante. No puedo evitar sentir que esto es una especie de represalia contra mí por no tolerar su estilo de vida desviado de sodomía, drogas y alcohol. Si hubiera sabido que estaba enviando a mi hijo a Sodoma y Gomorra, simplemente lo habría mantenido cerca. Solo puedo esperar a que mi hijo se aleje del diablo y este estilo de vida perverso y regrese a la luz de Jesús. No deseo involucrar a abogados, pero si sigue trayendo estas mentiras contra mí y la iglesia que he construido desde los cimientos, no tendré otra opción. Por favor, Obidiah, llámame. Tu madre y yo estamos aquí para ti. Tus hermanos y hermanas están aquí para ti. No es demasiado tarde.