No lo podía creer, lo había logrado. Había rogado durante semanas y al fin le había aceptado la cita.
No confundamos, no es que México sea una persona que le suele rogar a la gente, en realidad lo considera como algo de mal gusto.
"¿Rogar?¡Jamás! Yo no soy fan de nadie"
Pero el nunca hace las cosas sin motivo, y el ya sabia que sus sentimientos eran correspondidos, lo sabía desde hace mucho, así que había decidido esperar a que el otro tomara el primer paso, cosa que nunca ocurrió, por lo que harto de la situación, decidió tomar cartas en el asunto.
Lastimosamente, como he mencionado anteriormente, rogar es algo que le parece sumamente denigrante, así que tras haberlo intentado la primera vez y haber sido rechazado, asumió qué era momento de volver a intentar, ahora si sería rogar, pero lo haría de una forma discreta, no quería que todo mundo se enterara de que México, el macho de machos, estaba rogando por una cita.
Y eso nos lleva a este momento, el intento número 32: Una cita en un pequeño parque en Washington D. C, lugar donde se había llevado a cabo la última reunión de la ONU.
México llegó con una playera negra, una chamarra blanca, y unos pantalones de mezclilla. Lo suficientemente cómodo y semiformal para una cita, sobretodo considerando al objetivo.
Y hablando de el, al fin hacia acto de presencia, Austria. Elegante y altanero, como siempre.
Se paró en frente de México y con una sonrisa le entregó un ramo de flores, dalias y girasoles, sus flores favoritas.
-Guten tag, haz llegado más temprano que yo, eso me sorprende, Carlos.
México sostuvo el ramo en sus manos, desconcertado, esto era raro...
¿No se supone que tan solo hace una semana y media le había rechazado la cita?
-Gracias Roderich, es muy lindo de tu parte.
Dijo con un leve sonrisa, estaba feliz por el gesto, pero seguía confundido, y eso parecía haberlo notado el austriaco.
-¿Esta todo bien, cariño?
"Cariño... ¿Que?"
Esto era aun más confuso, porque esa es una forma de hablar de una pareja ¿no?
Pero ellos no eran pareja, esta era una cita para poder serlo, ¿qué estaba pasando?, ¿era acaso una brecha cultural?
No, definitivamente no, estaba bastante seguro de que la última vez que reviso, en Austria no se llamaban por apodos tan íntimos en la primera cita.
Era increíble, estaba empezando a sentir la cabeza caliente de tanto pensar, todo era muy confuso. Y para el pobre Austriaco las cosas no iban mejor.
Veía al mexicano preocupado y confundido, ¿que había hecho mal? Con pesar intento acercarse al mexicano, tomarle la mano, pero al momento de rozar las yemas de sus dedos sintió como el mexicano se exalto, por lo que decidió alejarse.
-Perdón, solo continuemos. ¿Esta bien?
Austria solo asintio ante la petición. Tal vez el seguir con la cita arreglaría la tensión en el aire.
[...]
Definitivamente eso no sucedió, es más, empeoró. Ya ni siquiera se volteaban a ver.
Exacto, los muy babosos decidieron que era mejor intentar resolver el rompecabezas mental en silencio y con solo miradas esporádicas al otro, en vez de directamente preguntar.
Juan Carlos, estaba apuntó de pedirle perdón a Roderich por hacerlo perder su tiempo y dar por concluida la cita cuando, interrumpiendo de manera inmediata su tren de pensamiento, chocó contra un hombre.
El impacto lo mando directo al piso, Austria fue rápidamente a tratar de ayudarlo.
-Idiot!
El estadounidense le grito a México, que se encontraba intentando pararse, y a la vez interponiendose en el paso del austriaco.
-Perdón seño-sir, I mean, I'm sorry sir. I didn't want-
-What? Oh please, speak english, you are not in tacoland.
OK, eso si lo había hecho enojar, rápidamente se levantó y a pesar de la diferencia de estatura se plantó firme frente al hombre y lo miró de manera desafiante a los ojos.
-I know it sir, but that doesn't mean you can talk me that way.
-I can talk to you, in any way, beaner.
Todo el mundo tiene un límite, y el de México definitivamente era ese insulto, pero antes de responder, alguien se le adelantó.
-Don't say that word in front of him, he can beat you, in any moment.
El hombre volteo solo para ver al austriaco de pie, temblando ligeramente pero con una mirada arrogante y decidida en sus ojos.
-Oh really? , and how do you know that?
-Because, I'm his boyfriend.
Perfecto, la cereza del pastel, antes de que el hombre pudiera responder, México sujeto a Roderich de la muñeca y se lo llevo corriendo lo más lejos posible de ese lugar.
Al final llegaron a una pequeña fuente, ambos intentaban recobrar el aire, sobre todo Austria. Pero una vez logrado, intento acercarse a México con un abrazo, solo para ser recibido por un manotazo.
-¡¿Qué rayos fue eso?!
Roderich parecía aun más confundido, y le pido a Juan que se explicara.
-Lo de ser... Novios
-Pero... tu me lo pediste, lo somos desde hace una semana y media.
El silencio se hizo presente una vez más.
-No, yo lo recuerdo bien, te pedí que fuéramos novios y tu me rechazaste
-¿Te rechacé?
-Pues si -México se sentó en la banca de piedra de la fuente-Te invite a salir y tu solo te volteaste, te sentaste en tu piano, y empezaste a tocar, y siempre haces eso cuando estas molesto...
Algo pareció hacer clic en la mente de Austria, porque con los ojos muy abiertos se acercó a México, le tomo de la manos y con una voz calmada le aclaro:
-Para nada te rechacé, toque el piano porque es mi mejor manera de comunicarme, pero cuando estoy molesto toco a Beethoven, ese día yo estaba contento, asi qué toque a Mozart.
Juan Carlos, sostuvo la respiración unos segundos, para después soltar el aire y mirar con una cara sorprendida al chico frente a él, lo vio a sus ojos amatista y...
Zas
Un pequeño golpe se hizo presente en la cabeza del austriaco, seguido de un "Auch"
-Eso fue por no saberte explicar, a la próxima al menos dime si o no
El austriaco llevo sus manos a la cabeza sobando el área golpeada. Solo para sentir como era abrazado por el chico frente a él.
-Y esto, es por ser mi novio. Aunque esta es una situación completamente diferente a como imaginaba nuestro primer día como novios.
Roderich abrazo a su -ahora si- novio.
-Pues aun puede ser un día lindo- Menciono mientras agarraba el ramo de flores y empezaba a confeccionar una corona como las que regalaba a menudo Feliciano.
Juan Carlos lo vio, así que decidió agarrar un puñado de dalias para hacer su propia corona, tan concentrado estába en su tarea que no sintió la presencia del otro acercarse y plantar le un dulce beso en la coronilla de la cabeza.
-Te amo
La cara del mexicano se puso roja, pero decidió voltear la mirada para ocultarlo, y solo pudo atinar a decir:
-Yo también te amo... Cariño
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Flufftober 2024 "Ausmex"
FanfictionUn reto de 31 dias de escritura fluff alrededor de mi OTP el Ausmex