1881: "La Tierra del Fuego, dividida de esta manera, será chilena en la parte occidental y argentina en la parte oriental..."
Manuel y Martín, son demasiados jóvenes para criar a un niño tan chiquito, más si los dos son unos adolescentes recientemen...
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Ushuaia, Tierra del Fuego.
—Martín, estás perdiendo el juicio.
—Me imagino que también se lo decís a Arthur, ¿no? —la ceja rubia del argentino se arqueó mostrando sarcasmo, de pie en su estudio en Ushuaia, el lado argentino de la isla. Manuel había sido invitado antes de que llegaran sus superiores y otros involucrados en la reunión.
—Arthur me está presionando, quiere más hectáreas —explicó complicado, por un lado, la idea del inglés de aumentar la producción ovina era razonable para generar más riqueza, pero por otro lado, Manuel quería evitar conflictos con el abuelo de Carlitos. Cada día que pasaba, la tensión aumentaba—. Estoy tratando que no genere más problemas. Estoy teniendo bastante con Arthur y con Carlitos.
—Te dije que no se llevan bien —le recordó. Manuel lo sabía, no era tonto—. Si no me equivoco, a Arthur le han robado ovejas, bueno, a mí también. Él me está provocando.
—¿Qué fue lo que le dijiste ese día?
—Sólo le dije que no se acercara a Tierra, que es mi hijo —frunció el ceño mirando directamente a un tenso chileno—. Seguro se molestó conmigo y me está jodiendo.
—Buscaremos otra solución, y no quiero que Carlitos se entere. —le apuntó con el dedo. Martín se sorprendió, ¿quería ocultarle lo que está pasado al niño?
—No esperé eso de vos.
—Lo hago por su bien —dijo presionando los labios frente al argentino—. No quiero que me odie. —era su mayor miedo hasta ahora en relación al pequeño rubio, ser odiado por su hijo por tomar decisiones que no estaban en su total dominio y libertad.
Carlitos le había regalado una bonita flor, una campanita, que ahora Manuel conservaba en un vaso con agua, esperando que echara raíces para plantarla. Era un regalo sencillo, pero para él significaba mucho. Ser importante para Carlitos lo llenaba de orgullo, pero también de un temor profundo.
