1881: "La Tierra del Fuego, dividida de esta manera, será chilena en la parte occidental y argentina en la parte oriental..."
Manuel y Martín, son demasiados jóvenes para criar a un niño tan chiquito, más si los dos son unos adolescentes recientemen...
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Montevideo, Uruguay.
En su visita en Montevideo, pasando un lindo fin de semana y haciendo negocios con el tío Sebastián, este recordó que Daniel no conocía al bojita, ¡y este era el mejor momento!
Carlitos tuvo un flashback cuando papá Martín le presentó a muchos países que quisieron entablar una relación de paz con él. Todavía recordaba el desaire que le hizo al señor Francia. Bueno, tío. A veces señor Francia, otras veces tío Francia, depende su humor.
Lo último que supo del señor Francia cuando lo llamó "tío" en Cerro Castor, fue ir a molestar a Inglaterra para sacarle en cara que se ganó su cariño.
A Carlos no le molestó para nada esa actitud, de hecho, le agradó. Era una muestra de afecto que jamás se ganaría el viejo-tonto-cejudo-pirata-usurpador-de-islas.
Podía pasar el rato con el tío Francis sin problemas, además, Francis le ayudaba en casa en ambos lados de la isla, siempre y cuando no le cocinara esa copia de pizza de los tíos Italia.
Volviendo a su presente, Carlitos miró al uruguayo. ¿Quién chucha era Daniel?
—Es tu otro pariente, Paraguay. —dijo ya al teléfono mientras hablaba con el paraguayo sacando de onda al fueguino. ¿Tenía más tíos? Sí, era otro primo de Martín.
Unas horas más tarde, el país paraguayo tocó a la puerta, entrando a la casa, notándose la cara de confundido comenzando desde el llamado de Sebastián hasta ver con sus propios ojos al niño rubio que compartían Martín y Manuel.
Había escuchado de la isla Tierra del Fuego, y más escuchó de él por su primo Uruguay de lo tranquilo que era el niño a diferencia de Argentina y Chile. Según Argentina el niño era un caos..., exageraba.
El niño era re tranqui.
—¿Vos sos Tierra del Fuego? —se acercó a la isla, quien asintió confirmando su presencia sin esconderse detrás de nadie. Daniel sonrió. No creía que en verdad existiera una isla compartida con Manuel y Martín, sin agarrarse a patadas. Bueno, estuvieron a punto dé por otras islas y otros límites— Mucho gusto en conocerte, soy Daniel. Paraguay.
