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Tierra del Fuego contó una semana encerrado y castigado en su habitación

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Tierra del Fuego contó una semana encerrado y castigado en su habitación. Únicamente salía para ir al baño, hacer sus necesidades y ser bañado por Argentina. Todo el tiempo lo vigilaba, y también lo vigilaba el señor España. Al principio le gustó la idea de que estuviera aquí, ahora cambió de opinión. No podía hacer nada, ni siquiera ver a su oveja. Lo tenía estrictamente prohibido.

Todo le prohibían, ver a su oveja y ver a su abuelo. Si no fuera por mamá, no se hubieran visto y no sabría de él.

Hablar con el señor Argentina se fue al carajo. No hablaría con él, no importaba para nada. No iba a escucharlo, no le importaría lo que sentía.

Todos estos días se comportó e hizo caso en todo a los dos países. Descartó meterse en más problemas. Lo único que quería era dormir y despertar sobre el césped, con su castigo levantado. ¿Cuánto tiempo más estaría castigado? Juraba no escaparse más, en serio.

Martín y Antonio entraban a dejarle las tres comidas del día, y algunas veces una merienda. Cuando Martín le venía a dejar la comida, era más abundante. Le gustaba el desayuno, unas medialunas muy dulces para sacar una sonrisita.

Hoy, creyendo que sería un día más, escuchó ruidos diferentes a lo lejos, lo que le llamó la atención. Frunció el ceño, concentrándose, y reconoció una voz que identificaría a ojos cerrados o incluso con los oídos tapados.

Era su mamá, Chile.

—Saca a Tierra de esa pieza.

—No lo haré.

—Si no lo haci, lo haré yo.

—Atrevéte, boludo. No responderé si te rompo una pierna.

—No discutan, por favor, tienen que hablar civilizadamente para llegar a un acuerdo respecto a Carlo, ve. —Feliciano se interpuso entre los dos, apaciguando un poco las aguas del argentino y el chileno.

Feliciano fue por Manuel hasta Santiago contándole lo que pasó en la isla, y que fuera inmediatamente. Manuel no dejó pasar ni un minuto para iniciar su viaje en ferrocarril y carruaje abandonando el entrenamiento de Gilbert, llegando a Tierra del Fuego del lado argentino. Tuvo unos cuántos problemas, pero pasó de todos modos. No permitiría que su cabrochico fuera castigado de ese modo por Martín, ¡y mucho menos por Antonio! ¡Sabía que era una mala idea!

˚ʚ🐧 ࣪1881: Tuición Compartida. La crianza de Tierrita | Argchiweek 2O24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora