Capítulo 5

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Cárcel




🛑 Advertencia 🛑
Este capítulo contiene depresión y pensamientos oscuros.
Leer bajo sus propios términos.

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La sala era fría, una frialdad que se extendía hasta mis huesos. La piedra del suelo, fría y húmeda, me recordaba a la tumba que algún día me tragaría. Mis manos estaban atadas, la sensación del metal frío me hacía sentir como un juguete roto, desechado por el juego. Las miradas me atravesaban, llenas de odio y una cruel satisfacción. Eran los mismos que me habían aplaudido en los tiempos oscuros, los mismos que me habían usado como herramienta, como un cuchillo afilado para sus propósitos.

Los guardias me condujeron por el pasillo, sus pasos resonando como un martillo golpeando mi corazón. Me sentí vacía, una cáscara de lo que había sido. Me había convertido en una víctima, un peón en un juego que nunca entendí del todo.

Las puertas de Azkaban se cerraron tras de mí, un golpe seco que resonó en la oscuridad. El frío se apoderó de mí, pero ya no era el frío de las mazmorras, sino el frío de la desesperación. No había esperanza, solo la certeza de que me había convertido en un fantasma, una sombra de lo que había sido. Me había entregado a una causa que me había tragado, y ahora me estaba tragando a mí.

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La oscuridad se apoderó de mí, un manto pesado que me envolvía y me ahogaba. El frío se extendía por mis huesos, penetrando hasta la médula. La humedad se pegaba a mi piel, una sensación asquerosa que me recordaba a la descomposición.

Los recuerdos, como espectros, me atormentaban. Imágenes fragmentadas de la guerra, de la batalla, de la muerte. La culpa me carcomía por dentro, una serpiente venenosa que se enroscaba en mi alma.

Los dementores, como sombras grotescas, se deslizaban por los pasillos, sus auras frías me recorrían la piel, extrayendo mis recuerdos más oscuros, mis miedos más profundos. Veía a los Longbottom, sus rostros llenos de terror, mientras los torturaban. Escuchaba sus gritos, sus súplicas, y sentía el dolor como si fuera mío.

La locura se acercaba, susurrando promesas de olvido, de paz. La oscuridad se hizo más profunda, el frío más intenso. Los recuerdos se convirtieron en un torbellino de dolor, de culpa, de desesperación. Me estaba perdiendo, disolviéndome en la oscuridad, consumiéndome en la nada.

El tiempo dejó de existir. Los días se fundían en una sola noche interminable, una oscuridad espesa y húmeda que se extendía por siempre. Ya no distinguía entre el día y la noche, entre el sueño y la vigilia. Mi mente se había convertido en un laberinto sin salida, un lugar donde los recuerdos se mezclaban con las pesadillas, donde la realidad se distorsionaba hasta volverse irreconocible.

Las paredes de mi celda se habían convertido en un espejo que reflejaba mi propia decadencia. La piel se me había vuelto gris y seca, los ojos hundidos y apagados. Mi cabello, antes negro y brillante, ahora era un nido de ratas, lleno de nudos y polvo.

Los dementores se habían convertido en mis compañeros constantes. Se deslizaban por mi celda, sus auras frías me envolvían como un sudario, extrayendo mis últimos vestigios de esperanza. Ya no sentía miedo, solo una profunda indiferencia. La vida se había convertido en un vacío, un abismo sin fondo donde la única sensación era la de una fría desesperación.

Los recuerdos, antes una fuente de fuerza y orgullo, ahora se habían convertido en mi torturador. Veía a mis padres, sus ojos llenos de miedo, y sentía un nudo en la garganta. Veía a Sirius, su cara llena de odio, y sentía una punzada de culpa.

La locura se había apoderado de mí, una enfermedad que se extendía como un cáncer por mi mente. Las voces se multiplicaban, susurrando en mi oído, acusándome, burlándose de mí. Ya no distinguía entre la realidad y la fantasía, entre la verdad y la mentira.

Me había convertido en un fantasma, una sombra de lo que había sido. Solo quedaba un cascarón vacío, una criatura atormentada por el pasado, consumida por la locura.

La prisión me había destrozado, los dementores me habían devorado, y la oscuridad me había tragado por completo.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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En el Cuerpo de Bellatrix LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora