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Primavera 2024

Me subo al coche que me espera en la puerta de mi hotel. Por dentro es bastante lujoso y espacioso. Hay un botellero con hielo y una botella de vino blanco francés, al lado hay una nota escrita en español.

"No puedo ir a recogerte pero espero que este vino te haga compañía hasta que llegues a mi"

Sonrío guardando la nota en mi pequeño bolso. Después me sirvo una copa de vino y me acomodo en mi asiento. Saboreo la bebida afrutada, una cosa hay que reconocerle a los franceses, saben hacer vinos.

El coche aparca frente a un hotel. El chófer me abre la puerta y yo bajo. Observo la imponente fachada sin tener muy claro que hacer, no veo a Antoine por ningún sitio. Tras unos segundos avanzo con paso decidido hacia el interior, en la puerta hay un guardia de seguridad.

—¿Señorita Gutiérrez? —se le dificulta pronunciar mi apellido con su acento francés.

Asiento y el hombre me indica que lo siga. Me guía por la amplia recepción hasta un comedor también grande, reconozco a algunos de los jugadores franceses sentados por él. Y me gustaría no hacerlo, pero busco a Kylian, por suerte no lo veo. Algunos de los chicos me saludan con asentimientos de cabeza y con sonrisillas mientras atravesamos el comedor, el hombre abre una puerta que da a una estancia más pequeña. Las luces son tenues, en el centro hay una mesa decorada con velas y un ramo de rosas rojas en un jarrón. De pie, junto a ella está Antoine, lleva el pelo peinado hacia atrás con gomina, la luz de las velas le arranca tonos dorados y sus ojos azules brillan.

Voy hacia él con el corazón palpitando ilusionado. Oigo como la puerta se cierra a mis espaldas.

Antoine se acerca a mí y me roza la mejilla con sus labios.

—Estás preciosa, perdón por no haber ido a recogerte, no me dejaban salir.

—Tu también —digo tras devolverle el beso —. Te perdono porque el vino estaba buenísimo.

—Gracias, aunque espero que a partir de ahora disfrutes más mi compañía que la del vino.

Nos sentamos en la mesa. La comida ya está en ella, son algunos entrantes fríos pero con un aspecto delicioso.

—¿Cómo has hecho todo esto?

—Un poco de ingenio y carisma —Antoine se ríe —. Si alguien te felicita esta noche tú sonríe y agradécelo.

—¿Felicitarme?

—Puede que haya dicho que es tu cumpleaños para que me dejaran montar esto, lo de que quería tener una primera cita con una mujer increíble no les parecía suficiente a mis entrenadores.

Me río ante su ocurrencia. No voy a negar que es agradable que se haya tomado tantas molestias.

—Esto no te va a librar de celebrar mi verdadero cumpleaños.

—Por nada del mundo.

—Y además espero un regalo, las mentiras hay que hacerlas creíbles —lo pico.

—Y lo tendrás —Antoine me guiña un ojo —. Es el postre.

Respondo a su insinuación con una sonrisa pícara.

—El único postre que yo quiero lo tengo enfrente.

—Con un buen condimento todo sabe mejor, ya lo verás.

Sus palabras y la forma en que las dice despiertan mi curiosidad y mi deseo.

—Yo ya estoy llena —digo frotándome la barriga —. Lista para el postre.

La otra mitad | Kylian Mbappé |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora