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— Esto es una pesadilla — se quejo Martín el compañero de habitación de Roxane en su fraternidad de periodismo

— ¿Por qué lo dices? — preguntó la pelirroja

— Tu amigo Max se metió en problemas en el parque cerca de la avenida Washington. Me pidieron tomar la noticia pero te juro que me siento muerto con los últimos proyectos.

— ¡Yo voy! — dijo animada la chica levantándose de su cama, donde estaba sentada, y poniéndose un sacó.

— ¿Estás segura? — preguntó el chico

— Claro, tu descansas y a mí está noticia me servirá para mí artículo de la semana. Ya vuelvo

Muy alegre salió corriendo de la habitación camino a dónde ocurría el suceso.

Mientras tanto con Max, este había iniciado una rumba festiva contagiando a los oficiales de espíritu festivo comenzando a bailar y cantar con todos.

Todos se encontraban muy felices dando disparos al aire cuando el comandante Matías los interrumpe con gritos.

— ¡Basta todos! — exigió — ¡Se acabó la fiesta señores! ¡Siganlo! ¡Que no se vaya!

Max al ver qué la celebración había terminado salió huyendo de ahí. Varios policías lo siguieron pero el con su magia en forma de remolino logro ser más rápido haciendo que lo perdieran de vista.

Logrando esconderse en un callejón con gran pesar y dificultad se quitó la máscara y respiro agitado debido a la movida situación y la adrenalina de ser perseguido. Escuchando que los policías se acercaban cada vez más comenzó a huir mirando como un auto desconocido se acercó a él siendo llamado por gritos más conocidos.

— ¡Max! ¡Sube! — grito Roxane abriéndole la puerta de su auto.

El chico sintiéndose salvado subió al auto y este arrancó recibiendo unos pocos disparos de los oficiales.

— ¿Desdé cuando tienes un auto? — preguntó Max sorprendido

— ¿Tú desde cuándo tienes esa cosa? — preguntó la pelirroja señalando el pedazo de madera causante de tantos desastres

Los oficiales detuvieron sus pasos cuando miraron que ya estaba lo suficientemente lejos como para alcanzarlos.

— Rayos... Fallé — dijo desanimado el compañero del comandante

— Vámonos, todos fallamos esta noche — se quejo el comandante y todos se retiraron

Roxane conducío por casi una hora hasta otro callejón del otro lado de la ciudad para asegurarse de que nadie los siguiera o los encontrara.

Ambos bajaron del auto y se recargaron en el mismo para comenzar a hablar un poco más calmados.

— No lo entiendo... ¿Por qué lo haces? ¿Qué ganas con todos esos desastres? — preguntó la chica mirando a Max con curiosidad y teniendo los brazos cruzados

Max suspiro con pesadez y explicó.

— Yo... No lo sé con certeza, solo se que cuando me pongo está cosa — señalando la máscara de madera — Soy una persona, completamente diferente.

— Eso me queda claro, el Max que yo conozco jamás haría locuras como estás.

— Porque no se atrevería, cuando uso esto nada me da miedo. Puedo ser yo mismo en varios aspectos.

— ¿Eres tú mismo cuando lastimas a un hombre, robas un banco y armas un alboroto en plena calle a la mitad de la noche?

— Esas son locuras que se me salen de las manos — se excuso — pero en otros sentidos hago cosas que siempre había querido hacer pero no tenía el valor. Cómo bailar con quién amo, tener una actitud más atrevida, ser más valiente, más auténtico. Es maravilloso... Pero admito que también es algo peligroso.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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MASCARA - • 10 citas para enamorar • - Maxley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora