Dos semanas antes del nacimiento de Sesshomaru, Kagome y Hojo llegaron a la era feudal.
Inuyasha estaba descansando con Sesshomaru cuando percibió el olor de la futura miko y de un hombre que le resultaba vagamente familiar. Se volvió hacia su pareja y sonrió. -Es hora de levantarse. Huelo compañía.
-Muy bien -respondió Sesshomaru-, pero tendrás que levantarme.
-Te llevaré con mucho gusto si lo deseas, mi amor -inclinó Inuyasha.
-Supongo que el olor es amigo, no enemigo -preguntó Sesshomaru levantando una ceja.
-Kagome ha vuelto. Una amiga suya está con ella. -Inuyasha parecía complacido.
-Tal vez la joven mujer le quite estas cuentas del cuello a mi compañero. Me gustaría acariciarlo sin recibir una descarga eléctrica -Sesshomaru miró a su compañero-. ¿Debería sentir celos?
Inuyasha negó con la cabeza. -No. Ella sabe lo que siento por ti. Eres mi todo.
Sesshomaru se sonrojó, algo avergonzado por sus celos innecesarios y definitivamente excitado por el sentimiento romántico.
Rin llamó justo en ese momento.
"Papá, padre. La miko y su novio están en el pueblo".
Inuyasha le sonrió a su pareja. -Ven. Saludemos a nuestros invitados.
El primer acto de Kagome al ver a Inuyasha fue quitarle el rosario. Cuando lo hizo, Inuyasha se irguió. Las cuentas habían ralentizado el crecimiento del demonio.
Luego se hicieron las presentaciones alrededor del grupo.
Hojo estaba emocionado de ver a todas las personas de las que Kagome habló. En su mochila había traído regalos para todos ellos. Para Miroku, trajo un libro de religiones del mundo. Para Sango, había encontrado pequeñas cuchillas hechas del material más duradero y liviano que pudo encontrar.
A Rin le regalaron una hermosa muñeca de porcelana que se parecía muchísimo a ella.
Shippo recibió un kit de mago con cartas y un folleto explicando cómo hacer los trucos.
Para Kaede, le regaló un libro de remedios naturales.
Hojo le ofreció la mano a Inuyasha. "Me gustaría pelear junto a ti cuando llegue el momento de enfrentarnos a Naraku. Me gustaría entrenar contigo para que puedas probar mi acero. Estas son espadas de kendo, hechas de bambú, perfectas para practicar. Kagome me dice que eres muy fuerte, así que tengo mi armadura conmigo. No queremos lastimarnos antes de luchar contra nuestro enemigo mutuo. Mi amor se ha perdido demasiado en nuestro tiempo y me gustaría ayudarla a terminar esto".
La sonrisa de Inuyasha mostró un colmillo. Extendió la mano para estrechar la de Hojo. "¡Hagámoslo! ¡Acabemos con esta amenaza!"
Por último, Hojo se acercó a Sesshomaru y se arrodilló: "Señor de las Tierras Occidentales, te ofrezco mi espada y mi fidelidad. Que nuestros enemigos sientan nuestro acero y perezcan".
Sesshomaru, complacido de ver que uno de estos humanos respetaba a la realeza, respondió: "Levántate, Hojo-San, guerrero de las tierras occidentales. Tu espada será apreciada. Estoy de acuerdo con mi hermano. Terminemos con esto. Cuanto antes, mejor".
Hojo miró al demonio. -Señor Sesshomaru, ¿cuándo nacerá?
-Dos semanas -respondió Sesshomaru.
"¿Qué opina tu obstetra sobre tu lucha?
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Papá Inuyasha
Fantasy¿Qué pasaría si...? --Sesshomaru se diera cuenta de que necesitaba pelear con Inuyasha para derrotar a Naraku. --Sesshomaru se disculpó con Inuyasha e Inuyasha lo aceptó . --Sesshomaru leyó un libro sobre tener un cachorro sin pareja, así que dejó d...