Rin saltó de A-Un y corrió hacia el ala de los curanderos.
-¡Rin! ¿Qué te dije sobre correr en el castillo? -la regañó la curandera más anciana.
-¡Pero mi Señor te necesita! -gritó Rin con pánico en la voz-. ¡Date prisa! ¡Ven rápido!
La vieja curandera agarró su bolso y siguió a la niña humana hasta A-Un.
En un instante estaban volando de regreso al bosque de Inuyasha.
Rin se inclinó hacia delante y acarició la cabeza de A-Un: "Te prometo que podrás descansar pronto, pero date prisa".
A-Un asintió y voló aún más rápido.
El viejo curandero se preguntó en qué se había metido su señor en el breve tiempo que había dejado el castillo. Le había dicho que iba a ver a Rin. Probablemente era mejor que estuviera fuera del castillo en ese momento, por más emocional que se estuviera volviendo. Pero era solo una aldea humana en un área casi libre de demonios. Los únicos demonios que estaban allí eran el pequeño niño zorro del que Rin no paraba de hablar, un nekomata de dos colas y... El curandero jadeó. El hermano hanyou de su señor estaba allí. ¿Se metieron en una competencia de entrenamiento? ¿El hanyou lastimó a su señor?
Nunca se le ocurrió que el hanyou era el paciente o, más importante aún, el padre del cachorro de su señor.
Cuando aterrizaron, Kaede se acercó para saludarlos.
-Soy la sacerdotisa Kaede. Le pedí a Rin que te consiguiera para ayudarlos. No hay mucho que pueda hacer. Calmé a Sesshomaru con un simple té.
-¿Está herido mi señor? -La curandera acercó su bolso y comenzó a caminar hacia el lugar donde el olor de su señor era más fuerte.
-No vi ninguna herida en Sesshomaru-sama -respondió Kaede, adelantándose para seguir el ritmo del sanador del castillo.
Los dos curanderos pasaron junto a Miroku y entraron en la cabaña de Kaede.
Allí, en el suelo, frente a la chimenea, yacía Sesshomaru, completamente vestido, sosteniendo a Inuyasha y acariciándolo.
El curandero del castillo se reclinó. "¿Qué está pasando aquí?"
Sesshomaru miró hacia arriba, sus ojos por una vez mostraban sus emociones.
"Salva al padre de mi cachorro".
Los ojos del viejo curandero se abrieron rápidamente y volvieron a la normalidad con la misma rapidez. "Mi señor, ¿el hanyou es el padre de su cachorro?"
Sesshomaru la miró fijamente como si la desafiara a hablar mal de su hermano.
Ella asintió y caminó hacia el lado de los hermanos Inu y se inclinó para examinar a Inuyasha.
Después de un examen minucioso, se sentó sobre sus talones.
"Aparte de algunos huesos rotos y una conmoción cerebral, el hanyou está bien".
-¿Por qué no se cura más rápido? -preguntó Sesshomaru-. Lo he visto curarse más rápido antes.
"¿Has utilizado tus sentidos de apareamiento? Puedes comunicarte a través de ellos". El sanador observó cómo Sesshomaru bajaba la cabeza.
-No nos apareamos -murmuró Sesshomaru.
-¡¿QUÉ?! -dijeron al mismo tiempo Kaede y el sanador del castillo.
-No tengo por qué darte explicaciones -gruñó Sesshomaru. Luego gimió y se inclinó sobre su abdomen.
-¡Sesshomaru! ¿Qué pasa? -Kaede se acercó a él.
"Me duele la barriga", se lamentó.
Kaede tocó su centro con su visión espiritual y miró al otro sanador.
"El cachorro está teniendo problemas".
"NOooo", lloró el señor demonio.
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Papá Inuyasha
Fantasy¿Qué pasaría si...? --Sesshomaru se diera cuenta de que necesitaba pelear con Inuyasha para derrotar a Naraku. --Sesshomaru se disculpó con Inuyasha e Inuyasha lo aceptó . --Sesshomaru leyó un libro sobre tener un cachorro sin pareja, así que dejó d...