Capitulo 11- Disculpas vergonzosas

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- ¿Que mierda estás haciendo?

Dijo Aegon entredientes mientras terminaba de caer en mis brazos.

Me sobresalte ante su repentina aparición en la oscuridad, no pude con su peso y terminamos cayendo los dos al suelo.

Empecé a ponerme nerviosa ya que no lo había visto desde que le dije todas esas cosas hirientes.

No cargaba nada encima más que unos pantaloncillos para dormir, y apestaba a alcohol.

- Dios mio Aegon- Le reproche mientras hacia una cara de asco- Apestas horrible.

Se me quedó viendo con confusión, podia ver su seño fruncido y sus pupilas dilatadas bajo la tenue luz de luna que entraba por la ventana.

Guapo en pocas palabras.

- ¿Que haces aquí visenya?- Dijo balbuceando- Acabas de mandarme a la mierda hace un momento¿Y ahora estás aquí, buscándome?

Di un suspiro de ironía y me levanté del suelo como pude.

Ni yo me entendía.

Pues venía a hablar con el ¿Con que otra razón vendría?

- Necesitamos encontrarte una camisa- Busque alrededor de sus cosas pero no pude ver nada por la falta de luz- Si alguien entra y nos ve aquí solos en la oscuridad podría malinterpretarse.

Y vaya que podía mal interpretarse, más por su falta de ropa. Podían hasta obligarnos a casarnos.

El siendo ya un hombre y yo ya una mujer capaz de tener hijos.

Y no es que me negara tanto a la idea, pero pues no era nada verdad.

Al percatarme de que no recibí ninguna respuesta, voltee hacia Aegon para encontrarme con que ya estaba dormido en el suelo.

Me acerque y lo jale de los brazos para levantarlo.

Pareció reaccionar y colaboró para sentarlo en una silla.

Camine por su cuarto a tientas tratando de encontrar algo de utilidad.

Vi una algo destellar bajo la luz y me acerque.

Era agua.

Podría ayudarme a que entrara un poco en razón, solo necesitaba que escuchará mis disculpas.

La tomé y me acerque a Aegon para enseguida lanzarsela en la cara.

Dio un brinco y se empezó a quejar.

- Despierta y ayudame a encontrar un camisón para ti.

- ¿Cómo para que quieres eso?

Pregunto mientras terminaba de tallarse la cara con reproche.

- Quiero hablar contigo.

- Pues dilo, aquí estoy.

Este terco.

Di un suspiro y mire a mi alrededor.

- No puedo hablar claramente contigo si ni siquiera puedes ver mi cara.

Se levantó ya más sobrio y me condujo hasta la ventana.

- ¿Mucho mejor?

La luz de la luna ya iluminaba nuestras caras.

Era algo

- Sigo pensado que es inapropiado que estés casi desnudo.

- ¿Vas a hablar o no Visenya?- Dijo ya en tono de burla- No nos a de quedar mucho tiempo en lo que descubran que faltas.

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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