Cap. 5

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Pasaron cinco largos años desde que nuestro joven ex príncipe, Xiaotian, estuvo viviendo en su nuevo hogar de forma tranquila, siempre mostraba una sonrisa y era algo torpe pero siempre intentaba apoyar cuando más lo necesiten. Dentro del reino conoció a varios amigos: Sandy, Mei, Pigsy, Tang, Bai He y Red Son. 

A pesar se tener la edad de 23 años a veces se comportaba como un niño junto a su mejor amiga Mei, aunque más le llamaban la atención a Mei porque era la futura reina y tenía que comportarse como tal.

Después de conocer a Pigsy empezó a ayudarlo junto a los ayudantes, como cortar verduras u otras cosas. Ahora se encontraba con su trabajo que empezó hace 4 años y era muy hábil a la hora de preparar algo gracias a su gran maestro el demonio cerdo y unos cuantos ayudantes.

Estaba dentro agarrando una zanahoria para después cortarla en pedacitos y ponerlo en un tazón.

—¡Qué increíble!— Dijo emocionado mientras seguía cortando. 

—Sí, lo sé— Respondió el hombre de lentes sosteniendo un libro. —Bueno, ya que nada en esta vida es gratis, me gustaría un plato de fideos por una historia del grandioso Monkey King—

—Ouh. Pero Tang sabes que Pigsy me va matar si te entrego este plato. —señalando con sus ojos el plato de fideos a un lado.

—Oh vamos MK, no se dará cuenta. Ahora mismo está concentrado en los demás ordenando como preparan cada plato— Dice confiado.

—Mmm, bueno— Deja el cuchillo y le pasa el tazón hasta que un cucharon aparece de la nada casi golpeando su mano.

Ambos voltearon sintiendo la mirada asesina del demonio cerdo para después ser dirigirla más al hombre mayor.

—¡Te dije bien claro que no quería ver tus manos gelatina en mi cocina! ¡Y tú jovencito te he dicho que no le dieras nada!— Les grito asustando un poco a los ayudantes.

—Vamos Pigsy, yo lo pago con mi gran sabiduría—

—¡Pues la sabiduría cuesta! ¡No distraigas al niño que está haciendo un buen trabajo!— Termina diciendo eso para seguir guiando a los demás.

—Te lo dije—

—A veces siento que tiene un tercer ojo detrás de su cabeza—

—Sí, también creo eso. No te preocupes Tang, tal vez después de la bienvenida al príncipe Red Son te prepare un tazón de fideos— Dice sonriendo.

—Gracias, MK— Secando una lágrima falsa de sus ojos.

—Pero tengo una duda, ¿qué le pasó a Monkey King?

—Amm, bueno, de echo nadie sabe. Hace como veintidós años que nadie supo sobre él o de su paradero. Se dice que la última ves fue visto en un pueblo que-

Antes de seguir contando se da el aviso de que ya era hora de servir los platos que habían hecho. 

Otros sirvientes aparecieron llevándose en bandejas los alimentos listos para ser ingeridos.

Ahora era su turno de ellos comer así que se sentaron en la mesa y empezaron a ingerir sus alimentos, aunque claro antes Tang fue botado a patadas por el demonio cerdo.

Después de almorzar buscó al señor Tang para que le siguiera contando sobre Monkey King, pero no lo encontró lastimosamente. Pasaron horas y mejor decidió ir al salón de entrenamiento, dentro del lugar había variedad de armas como lanzas, espadas, entre ellos había uno que agarro y era un bastón con pinchos a las esquinas, le recordaba al arma de su padre. La sostuvo en sus manos y cerró los ojos recordando las palabras que le decía cuando entrenaban, inhalo y exhalo empezando a moverse como lo había echo hace 5 años, al empezar se sentía algo oxidado ya que hace años que no entrenaba, prefería fingir no saber mucho sobre cosas similares, sabía como era su mejor amiga, apenas poco tiempo la chica dejó que insistirlo de que recordara de su pasado para ayudarlo, era muy lindo de su parte pero no podía volver a ese lugar, aunque a veces le dan ganas de volver pero se arrepiente después volviendo a su habitación.

❦❍El príncipe del Eclipse❍❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora