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El primero y último aniversario.

El día había llegado, el esperado primer aniversario de Vaggie y Lute. Mientras el sol se filtraba por la ventana, iluminando su habitación, Vaggie observaba la caja envuelta con esmero que había preparado para Lute. El regalo estaba pensado con todo el cariño del mundo, un símbolo de los momentos que habían compartido en el último año y un detalle del cual estaba segura de que a Lute le encantaría, aunque en los últimos meses esos momentos se hubieran vuelto cada vez más raros. A pesar de todo, Vaggie aún tenía la esperanza de que ese día sería especial, de que podría devolver a su relación la magia que parecía haberse perdido.

Sin embargo, conforme pasaban las horas, una ansiedad punzante comenzó a formarse en su estómago. Revisaba su teléfono cada pocos minutos, esperando un mensaje de Lute, pero no llegaba nada. Cada segundo que pasaba sin una señal de su parte hacía que el nudo en su garganta creciera. Finalmente, a media mañana, su teléfono vibró.

"Lo siento, hoy no puedo verte. Tengo un compromiso importante."

Vaggie leyó el mensaje una y otra vez, como si cada lectura pudiera cambiar lo que decía. Sentía que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Era su aniversario, el día que tanto había esperado y que, en su corazón, esperaba que las acercara de nuevo. Pero en lugar de eso, Lute lo trataba como si fuera cualquier otro día, un compromiso más que podía posponer.

"Está bien," escribió Vaggie, con las manos temblorosas. "Tal vez otro día." Sabía que estaba mintiendo, que ese otro día nunca sería igual.

Se dejó caer sobre su cama, mirando el techo con los ojos llenos de lágrimas. Quería llorar, gritar, pero no podía. Algo dentro de ella se negaba a dejar salir todo el dolor, como si contuviera una tormenta que temía que, una vez liberada, jamás podría detener.

Más tarde, algunas de sus amigas le enviaron mensajes. Sabían que era un día importante para ella y, al enterarse de la cancelación de Lute, trataron de animarla.

"Vaggie, no le des importancia. Sabes cómo es Lute. No te mereces estar triste por eso."
"¿Por qué no sales con nosotras esta noche? Te hará bien distraerte."

Pero Vaggie no tenía ánimos para salir. Cada propuesta de sus amigas era un recordatorio de que el día no iba a ser lo que ella había soñado. Se quedó en casa, tumbada en su cama, mirando el techo mientras trataba de convencerse de que todo estaba bien, de que no debía prestarle tanta atención al comportamiento de Lute.

Sin embargo, al caer la tarde, su teléfono vibró de nuevo. Esta vez era Lute.

"Al final, parece que sí podríamos vernos un rato. ¿Te parece bien en nuestro lugar favorito?"

El corazón de Vaggie dio un vuelco. A pesar de todo, se sintió ilusionada. Quizás Lute había cambiado de opinión, tal vez se había dado cuenta de lo importante que era ese día para ambas. Se levantó de inmediato, se arregló con cuidado y tomó el regalo que había preparado. El nudo en su estómago no desaparecía, pero la esperanza de que tal vez ese día podría salvarse la empujó a salir de casa.

Cuando llegó a su lugar favorito, un pequeño café acogedor donde solían pasar horas hablando y riendo en los primeros meses de su relación, Vaggie vio a Lute sentada en una de las mesas del fondo. La saludó con una sonrisa tímida, tratando de ignorar la incomodidad que había sentido en sus últimos encuentros. Lute la recibió con una leve sonrisa y un abrazo rápido, como si fuera algo rutinario.

-Aquí tienes, feliz aniversario- dijo Vaggie, entregándole el regalo que había preparado con tanto cariño.

Lute lo tomó sin mucho entusiasmo y lo abrió con prisa, mostrando una sonrisa breve antes de decir: -Gracias, Vaggie, está bonito muy bonito.- Luego sacó un pequeño paquete de su bolso y se lo entregó a Vaggie. -Esto es para ti.-

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐘 𝐒𝐮𝐬𝐮𝐫𝐫𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora