TITTLE: Quiero ver
" 𖹭 "
-¡Paulinaaaaa! Dice mamá que ... ahhhhhh -
Me giré en el acto y vi a Daniela, parada en la puerta con la boca abierta y los ojos como platos. Estaba a punto de soltar lo que probablemente sería un grito aún más fuerte, cuando levanté una mano para hacerle un gesto de silencio, rogando con la mirada que no armara un escándalo.
- ¡Shhh! - le susurré con desesperación, llevándome un dedo a los labios.
- Aleeee... - comenzó a decir, pero su mirada pasó de mí a la figura acurrucada a mi lado, medio cubierta por las mantas. Su expresión cambió a una mezcla de confusión y algo que parecía ser... burla.
- ¡Ahhhh, con que por eso tu puerta tenía seguro!- canto, una sonrisita traviesa apareciendo en su rostro. - ¡Paulina estuvo ocupada!
Quise morirme en ese momento. El calor me subió desde el cuello hasta las mejillas, y sentí mi cara arder de la vergüenza.
- No es lo que parece, Dany- murmuré, lanzándole una mirada de advertencia.
- ¿Ah, no? - dijo, cruzándose de brazos y alzando las cejas con escepticismo. - Porque parece que tienes a alguien en tu cama con tu pijama.
<FLASHBACK>
Me dirigí al cajón donde guardaba mi ropa y saqué los primeros shorts y una playera vieja que encontré.
- Toma - murmuré, extendiéndole las prendas con una pequeña sonrisa. - Necesitas algo más cómodo.
Me voltee dándole un poco de privacidad mientras ella se cambiaba. No pude evitar mirar de reojo, observando cómo se quitaba la camiseta empapada de sudor y se ponía mi playera. Me sorprendió lo pequeña que se veía dentro de ella. La tela caía suelta de los hombros, y los shorts apenas se ajustaban a su cintura.
Ella me miró por un momento y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
- Me queda un poco pequeña - murmuró mientras alzaba sus brazos lo que hizo que la playera se levantará.
- Un poco - admití con una pequeña risa, aunque mi mirada se desvió de inmediato hacia el borde de la playera que se levantaba al alzar sus brazos. La tela, que apenas le llegaba a la cintura, reveló una franja de su piel desnuda. Me obligué a apartar la vista rápidamente, sintiendo un leve rubor calentar mis mejillas.
- Pero te ves bien - añadí apresuradamente, tratando de sonar casual, aunque por dentro me reprochaba por parecer tan torpe. - Me refiero a que... se te ve ... olvídalo.
Ella bajó los brazos con lentitud, y la tela volvió a caer sobre su cuerpo, pero la sonrisa no desapareció de su rostro. Se dejó caer sobre la cama, abrazando una de las almohadas. Su mirada seguía fija en mí, pero esta vez era tranquila.
Sus labios se curvaron un poco más, y luego cerró los ojos, acurrucándose contra la almohada.
- ¿Vas a dormir también? - murmuró sin abrir los ojos, su voz amortiguada por la almohada.
- Sí, en un momento - respondí, aunque no me moví de donde estaba, simplemente sentada en el borde de la cama, observándola.
- Bien... porque no quiero estar sola - susurró. Y aunque apenas era un murmullo, el tono vulnerable en su voz me atravesó el pecho.