TITTLE: Nightmare
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— Espera … no podemos — dije al sentir las manitas de Pau por debajo de mi playera.
— ¿Por qué no? — susurró Pau, mirándome con esos ojos grandes. Su voz era suave, casi como un murmullo, pero había algo en su tono que delataba su deseo.
— Yo quiero, ¿tú no? — insistió, su voz apenas era audible. Se mordió el labio inferior, mirándome fijamente, como si intentara leer mis pensamientos.
Cerré los ojos un instante, buscando la fuerza de voluntad para detenerme. Ella sabía que hacer para hacerme perder el control, beso mi cuello dejando pequeñas mordidas.
— Pau… — susurré su nombre, intentando mantener la compostura mientras sus labios se deslizaban por mi piel. Sentí un estremecimiento recorrerme, y supe que ella lo había notado. Sus manos, pequeñas y delicadas, se aferraron con más fuerza a mi cintura, atrayéndome hacia ella como si quisiera borrar el espacio que aún nos separaba.
— No deberíamos… — repetí en un susurro que sonó tan poco convincente incluso para mí misma.
— Entonces dímelo… — murmuró contra mi oído, su aliento cálido y provocador. — Dime que no quieres esto. Dímelo y me detengo.
Quería decirlo. De verdad quería. Pero en lugar de palabras, lo único que salió de mi boca fue un suspiro involuntario cuando sus dientes atraparon el lóbulo de mi oreja, enviando una corriente de placer por todo mi cuerpo.
— Pau… — la advertencia en mi voz se desvaneció, volviéndose anhelo. Ella se apartó solo lo suficiente para mirarme a los ojos, sus pupilas brillando.
— No me mientas… — susurró. Y entonces, antes de que pudiera detenerla, sus labios encontraron los míos en un beso lento y profundo.
Mis manos, que antes habían estado tratando de detenerla, ahora subían lentamente por su espalda, trazando su contorno como si quisieran memorizar cada curva, cada textura. Ella soltó un suspiro de satisfacción, y el sonido me hizo olvidar cualquier rastro de lógica.
— ¿Ves? — susurró, separándose solo lo justo para que nuestras respiraciones se mezclaran, para que pudiera sentir el latido frenético de mi corazón contra su pecho.
Sus labios volvieron a encontrar los míos, esta vez con una urgencia que me hizo perder cualquier intención de resistirme.
El beso se tornó más profundo, cargado de todas las emociones contenidas durante tanto tiempo. Mis dedos se deslizaron por su cabello, enredándose en sus mechones, mientras ella respondía con la misma intensidad.
— No te das cuenta de cuánto te necesito… — susurró entre besos, su voz entrecortada.
Antes de darme cuenta, la empujé con suavidad hasta que su espalda se encontró con la pared detrás de ella. Los suspiros y murmullos se mezclaban con el sonido acelerado de nuestras respiraciones mientras mis labios se movían con desesperación por su cuello, sus hombros, bajando lentamente, explorando cada centímetro de piel que encontraba.
— No quiero que te detengas… — dijo con voz entrecortada, sus dedos aferrándose a mi camiseta como si fuera su única ancla. — Por favor… no te detengas.
Su ruego, sus ojos cerrados, la manera en que su cuerpo se entregaba a mí … Todo parecía tan irreal…
—Voy a ayudarte a superar a la pelirroja — escuché el susurro de esa voz que tanto me aterraba.
Me separé de ella y entonces la vi .
— No,no,no,no… no eres real — comencé a dar pasos hacia atrás hasta que choque con la pared y me deje caer en el piso.
