Un poco de mi.

1K 97 66
                                    

No se bien que es lo que significa "ser social", pero si eso es tener que relacionarse con gente como Ackerman jamas seré social. ¡Es una molestia! Total molestia, no deja de quejarse de todo, dice que hace demasiado calor que ponga la calefacción fría pero yo no tengo aire acondicionado en mi sala, ni en mi cocina, con suerte tengo en mi habitación.

-¡Joder Jäger! Tu casa es muy caliente.-Dice por cuarta vez en la hora que hemos estado aquí.

Ruedo los ojos y decido ignorarle, sigo tecleando cosas por la computadora portátil para tratar de conseguir una idea de como hacer el proyecto. Solo ha pasado una hora y no lo soporto mas, parece una adolescente fresa que se queja de todo cuando no es lujoso. Idiota.

-No me ignores.-Vuelve a hablar.

Bufo.

-¿Que quieres? -Pregunto de mala gana.

El arquea una ceja, se sienta conmigo en el suelo. El estaba sentado en el sillón de la sala y yo en el piso usando al sofá como respaldo, la computadora esta en la pequeña mesa de la sala, mis piernas están flexionadas pegando con mi pecho, se me hace mas cómoda esta posición que cualquiera en el sillón.

-Con esa actitud no conseguirás amigos nunca.-Dice acercándose hasta rozar su hombro con el mio.

Me alejo un poco. Odio que la gente abarque mi espacio personal.

-No quiero amigos.-Digo simplemente.

He encontrado algo que nos podría servir para el proyecto. Guardo toda la información en Word, abro mis documentos de Word para asegurarme que esta guardado, solo se me olvido que ahí tengo alrededor de cinco historias que escribo.

-¿Esas son historias? -Dice algo emocionado.

De alguna manera logra arrebatarme la computadora y abre una de las historias que he escrito, una muy personal.

-¡Dame eso!-Grito nervioso.

-Espera.-El ríe un poco y se levanta para evitar que le quite el computador.

Me empiezo a desesperar, nadie ni mi mamá han leído algo de lo que escribo, es tan vergonzoso, ni siquiera esta terminada.

-Real.-Lee el titulo de la historia.-En este mundo hay millones de personas, pero solo soy una mente de todo ese montón de cabezas que hay. Siempre trato...-Logro arrebatarle el computador.

Estoy nervioso y probablemente sonrojado, mi corazón late muy fuerte, es un completo idiota por haber echo eso. No lo puedo creer, mis pensamientos estuvieron apunto de ser descubiertos por una de las personas que mas aborrezco en el mundo.

-Oye... eso empezó bien.-Dijo el serio.

-¡Idiota! No tienes permitido leer cosas ajenas.-Grito aun un poco alterado.

El suspira y vuelve a tomar asiento.

-Bien, pero hoy no me iré si no me dejas leer por lo menos una de tus historias.-Dice.

-No te dejare leer nada.-Digo frunciendo el ceño.

Cada vez que escribo algo pongo todo sentimiento en ello, cada historia tiene algo de mi.

-Vamos, dejame ver que tan bueno eres.-Insiste.

-No.-Digo tomando asiento y vuelvo a buscar información.

-Entonces no me iré.-Dice y antes de que yo pueda hablar.-Y estaré insistiendo cada día hasta que me dejes leer...te.

Me pongo nervioso. No quiero tenerlo encima en el instituto, seria desagradable, no quiero que lea nada mio, no quiero nada de el.

RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora