La única persona

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No entiendo por que se nombró al humano como el animal dominante, claro somos unos animales pensantes y todo eso pero no somos los mas fuertes, morimos tan fácil, somos frágiles como un pedazo de cristal.

Hoy no iré a la preparatoria, desperté con temperatura alta, según mamá es muy peligroso si no reposo, tengo 38° de temperatura pero no me siento tan mal, igual me ha prohibido salir de casa, ella están en el trabajo y estoy solo en casa a excepción del perro al cual aun no le asigno nombre, esta acostado plácidamente a un lado mio.

Suspiro.

Que aburrido, estoy preocupado, no me gusta faltar a clases ya que siempre me pierdo algo importante... No tengo libros que leer, pero si tengo papel para escribir, pero no inspiración.
El perro bosteza y abre los ojos, se sacude, me mira y ladra.

—Hola.—Lo saludo.

Necesito ponerle nombre a este animalito, no puedo ir por el mundo llamándolo perro.

¿Qué tal... Káiser?

Si, me gusta Káiser.

—Hola Káiser. —Sonrío acariciando su pelaje.

Káiser ladra y mueve su cola.

[...]

Sin darme cuenta ya eran las tres de la tarde. Me había dormido ya que me empecé a sentirme muy cansado.

Káiser seguía a mi lado tan fiel como se supone que son los perros. Me siento un poco mejor, dormir me ayudó mucho, doy un largo suspiro. El timbre de la casa suena.

¿Que carajos?

No tengo a nadie mas que a mi madre que quiera visitarme o que se preocupe por mi. ¡Oh! Armin... No puedo olvidarme de mi amigo.

Me levanto duras apenas de la cama, me tambaleo un poco pero logro tener equilibrio para avanzar, despacio y con mareos llego a la puerta principal, la abro.

La sonrisa se borra de mis labios.

—¿Qué quieres? —Digo de mala gana.

—¿Así recibes a tus amigos? —Pregunta haciéndose el ofendido.—Oh cierto, tu no tienes amigos.

—En primera, tu no eres mi amigo y en segunda ni necesito amigos.—Respondo enojado.

¡Como me hace enfadar tan solo su presencia!

Es tan odioso, hace me me irrite fácilmente, es un idiota.

—Si, si que bien.

Pasa a mi casa sin pedir permiso. No digo nada pues no tengo la fuerza y energía para pelear con un cabeza hueca como Ackerman.

Me siento en el sofá de la sala, me he comenzado a tener mareos y la temperatura ha subido... O al menos eso siento.

—Jäger vine para estudiar.—Dice mientras observa todo el lugar.—¿Qué te pasa? Estas pálido... ¿Te sientes bien?

Pregunta acercándose, asiento con la cabeza, le hago una seña con mi mano para que no se acerque a mi, Ackerman de detiene a un metro de mi y se queda ahí observándome.

—Estoy bien.—Contesto tocando mi sien.

La cabeza comienza a dolerme. Quiero que se vaya, necesito estar solo y en reposo.

—¿Entonces que esperas? —Pregunta Ackerman irritado.—Hay que estudiar.

—Hoy no Ackerman.—Contesto.

Tengo los ojos cerrados por el dolor en mi cabeza aparte de los terribles escalofríos que ocasiona la fiebre.

—Te pago para que me enseñes no para que estés de flojo.—Dice él acercándose a mi.

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