Capitulo 27

21 4 0
                                    

—No necesitamos hacer esto —Lorenzo intentaba calmarme, pero con cada prenda que arrojaba a la maleta, mi enojo se multiplicaba—. Por favor, no te vayas.

—¡NO! —le grité, dejando escapar todo lo que había reprimido—. Ni se te ocurra intentar eso conmigo —lo señalé con el dedo, amenazante—. Hicimos un trato, Lorenzo —presioné con fuerza para que las últimas prendas entraran en la maleta. Quería desaparecer de su vida cuanto antes—, y no lo cumpliste.

—Lo sé... —sus manos, que antes intentaban detenerme, cayeron rendidas a los lados de su cuerpo—, pero necesito que entiendas por qué lo hice.

—¡Basta, Lorenzo! —mi voz se quebraba de la furia contenida, cada palabra me acercaba más al borde—. Basta de excusas, basta de mentiras, ¡basta! Acordamos que si volvíamos a intentarlo, no habría más mentiras, ¡y me mentiste, otra vez!

—Necesito explicarte... —su voz se desvanecía, como si no supiera por dónde empezar.

—No tengo tiempo —mi atención estaba en la cerradura de la maleta, que se negaba a cerrarse—. El vuelo está por salir.

—No necesitas irte... Quédate.

—No puedo —le sostuve la mirada, buscando fuerzas en medio de mi dolor—. Y tampoco quiero. —Finalmente dejé la maleta en el suelo, la batalla perdida entre lo que sentía y lo que debía hacer—. Siempre viví con miedo... miedo de que algo volviera a rompernos, algo entre nosotros que nos separara otra vez. Y volvió a pasar.

Las lágrimas, tan temidas, comenzaron a rodar por mis mejillas.

—No quiero que esto termine así —dije en un susurro ahogado.

—No tiene por qué terminar así... —se acercó y tomó mi mano, llevándola a su pecho. Sentí el latido frenético de su corazón—. Por favor, quédate.

Levanté la mirada y vi sus ojos. Estaban cargados de dolor, brillaban con una angustia silenciosa, él no iba a llorar, pero quería hacerlo. En sus ojos podía ver una súplica muda, desesperada, como si cada latido en su pecho implorara lo que sus palabras ya no podían expresar.

- Para que pase eso tienen que cambiar algunas cosas, Lorenzo- sacó mi mano de su pecho- Uno tiene que elegir por su propio bien-

- No quiero elegir entre él y vos- su voz sonaba tan desesperante que tenía ganas de abrazarlo- Porque no voy a poder-

- No quiero que elijas entre él y yo- lo miro con un poco de desilusión y a la vez con un poco de amor- Quiero que decidas entre voy y él. Es por tu propio bien- tomo la maleta y me acerco hacia la puerta- En serio deseo que puedas lograr todo lo que quieras para tu vida- abro la puerta de la habitación y la cierro atrás de mi espalda evitando verlo.

El fin de semana ya había pasado, la anteúltima carrera ya había pasado y yo seguía tirada en el sillón de mi casa mirando capitulo tras capítulo de mi serie favorita, solo a eso me levantaba. A veces mi mama me obligaba a que le vaya a comprar al almacén con la excusa de que salga de mi casa. Estaba sola, en pijama como hace varios días, mi celular con mensajes de Lorenzo con llamadas perdidas tanto como de Luka y de Tati.

Algo se había roto y sentía que ya no tenía arreglo, algo que de lo poco que se había podido rescatar ahora está roto completamente. Cada cosa insignificante que me pasaba, lo pensaba a él, como si Lorenzo fuera lo que me faltaba para poder vivir plenamente. Mi mirada estaba fija en la televisión, pero no prestaba atención, resulto que Mona no era la única A en PLL y apago el televisor porque esa serie ya me estaba mareando. Tiro mi cabeza hacia atrás y miro fijamente al techo y mis lagrimas no tardan en salir, tapo mi cara con ambas manos como si no quisiera hacer ruido por si alguien me escuchaba, pero estaba sola, sola en casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Parada De Besos (sportslover #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora