Capitulo 21

45 5 0
                                    

"Amor: Seguro que cuando leas esto no esté con vos, este a más de 10.000 km de vos, pero va a valer la pena. No quería decírtelo en persona (y se que eso te molesta mucho) pero sabía que si te veía llorando se me iba hacer muy difícil irme. Papá consiguió lo que desde los 5 años soñé, que alguien me ayudara a poder llegar a la Fórmula 1. Puede que esté siendo un poco egoísta en estos momentos y que prefiera mi sueño antes que nosotros, pero créeme que esto va a ser mejor, para mí, para vos, para los dos. Lo único que te pido es que me esperes, voy a volver y nos vamos a ir juntos.
Entiendo que ahora estés confundida o enojada (conociéndote seguro estás más enojada que confundida) pero aquella idea que teníamos de estar juntos para siempre puede hacerse realidad y eso es lo que me mantiene firme ahora mismo.
Son sólo dos meses, pero pasan volando y cuando vuelva nos vamos a ir juntos para tener lo que siempre quisimos como pareja.
Te amo y espérame.

No lo espere, ni hice el intento. Sentada en la cama de mis papás leyendo la carta y mis lágrimas mojando el papel que tenía en mis manos. Me encontraba angustiada, dolida y confundida. Esta carta estuvo en casa por más de cuatro años y ni siquiera la busqué. Todas las veces que Lorenzo me había insistido en que esa carta existía yo se lo negaba rotundamente.
Me levante de la cama y deje las cosas como estaban cuando las encontré, no me importo acomodarlas, salí de mi casa y le mandé un mensaje a Vanesa.

Vane ¿Sabes si Lorenzo sigue en Madrid?
Yo

No. Esta acá en la ciudad Al
Vanesa

¿En tu casa?
Yo

En lo de Tomi, en el gimnasio.
Vanesa

El gimnasio al que iba cuando estaba en la ciudad era el de su mejor amigo, quien lo ayudó a que tenga su propio gimnasio y la verdad era increíble, en cualquier momento del día se encontraba repleto de gente. En las vacaciones suelo ir para despejarme un poco del estudio, con Tomi seguimos teniendo una buena relación. Siempre fue un chico de buenos consejos.
Apresuró mi paso por las calles, era de tarde, el sol estaba despejado y mi respiración estaba un poco agitada ya podía sentir el calor del sol sobre mi cara.
Llego a la puerta del gimnasio y veo por los vidrios que había bastante gente, entró al gimnasio y como siempre Tomi estaba dando indicaciones a la gente. Lo espere en la recepción y cuando se da vuelta camina hacia mí.

- Almendra- dice con su alegría matutina- ¿Ya terminaron las clases? -

- Todavía no- le respondo apoyándome sobre el mostrador- Viene por otra cosa-

- ¿Que paso? - se cruza de brazos.

- ¿Está Lorenzo? - le preguntó y siento como mi corazón vuelve a latir rápidamente.

- En el banco plano. Esta sólo, podes ir-

- Gracias- le digo y me enderezo para irme a donde Tomi me dijo, tenía la carta en mi mano, no la había soltado desde que había salido de casa. Me dirigí hacia el fondo del gimnasio y ahí estaba, acostado sobre el banco levantando la barra con pesa, se notaba que estaba entrenando duro, tenía toda la remera transpirara y sus brazos brillosos del agua. Me puse en frente de él, esperando que termine y fue lo peor que pude haber hecho, para mi conciencia claro. Podía ver como su pecho se inflaba cada vez que bajaba la barra hacia él y como sus brazos y piernas se tonificaban cuando estiraba los brazos con la barra hacia arriba, acomoda la barra en el soporte y se endereza, pude ver muy claro cuando se asombró al verme.

- Hola- le digo, se saca los auriculares y se corre a un costado del banco.

- Hola- se saca la gorra que tenía puesta, se desprolija el pelo con sus dedos y vuelve a ponérsela- ¿Como sabias que estaba en la ciudad? -

Parada De Besos (sportslover #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora