Nuestro Matrimonio Concertado

≬ CAPITULO 1 ≬

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CÉLINE DELACROIX

Burdeos / Francia

Me asomo detrás del equipo de sonido, lo que me permite una gran vista del estadio cerrado. El escenario tiene una forma distintiva de estrella, con pasarelas que se extienden hacia el público. La iluminación es dramática y está enfocada principalmente en el centro del escenario, con luces que también se extienden a lo largo de las pasarelas.

Hay multitudes de personas llenando los asientos del estadio y alrededor del escenario, pero lo que más me llama la atención es el techo de este; adornado con luces que simulan un cielo estrellado, añadiendo a la atmósfera espectacular del lugar.

- ¡Céline! –me llama Kamari, sosteniendo como siempre un IPad

Me giro rápidamente mostrándole mi mejor sonrisa.

- ¿Qué haces ahí parada? – me regaña, tomándome de la muñeca –Aun te tienen que peinar.

-Quería dar un vistazo –me excuso

Noto levemente como mi manager rueda los ojos.

-Como siempre.

Podría decir que es un tipo de ritual para mí, siempre me ha gustado ver a lo que me enfrento y me siento más tranquila cuando diviso el escenario, a las personas, la decoración, las luces, simplemente todo.

Tomo asiento en la silla frente al gran espejo, los estilistas se lanzan a mi como unas gaviotas, listas para picar cada hebra de mi cabello.

Kamari me pasa la libre con todas las canciones que hacen parte del concierto de hoy, también me gusta darle un repaso a la letra, nunca se sabe cuándo los nervios se adueñaran de ti y aunque lleve años haciendo esto, me siento cómoda con mis sesiones de revisión.

-No, está muy alta –escucho a mi manager

Levanto por un segundo mis ojos para encontrarme con mi reflejo y de todas las personas a mi alrededor, no me concentro mucho en mi apariencia ya que, en toda mi carrera, Kamari ha tenido un gusto exquisito y siempre terminan gustándome sus decisiones de imagen.

Tarareo mentalmente una de mis canciones favoritas, aquella que hizo parte de mi primer álbum.

De reojo veo a Kamari tantear en la pantalla del IPad, somos muy buenas amigas, nos conocemos desde los catorce o quince y cuando inicie mi carrera de artista, en la primera persona en la que pensé para que fuera parte de mi equipo fue en ella.

Fue la estudiante más destacada en su estudio de marketing, lo que fue una parte fundamental para que la escogiera y no a todas aquellas personas que me habían ofrecido para que me asesoraran. Kamari y yo coincidíamos en muchas cosas, incluso a veces pensaba que éramos como dos gotas de agua, solo una persona podría entenderme como ella y no me iba a arriesgar con alguien desconocido para mí.

- ¿Tienes sed verdad? –hablo la castaña

Sonreí de medio lado.

Definitivamente esta mujer leía mi mente.

-Si –conteste

Mi amiga llamo a alguien y pronto tenía en mis manos una Coca-Cola, era algo adicta a esta bebida.

Los estilistas jugaban con mi cabello, algunas veces sentía ligeros jalones en mi cabeza, pero nada que me incomodara o doliera.

-Después de esto debemos ir a Paris –comento Kamari -Tu gira terminara allí.

Gracias a dios.

Yo amaba mi profesión, pero era muy agotante.

-La disquera solicita que grabes un nuevo sencillo.