🫖Remedios caseros🫖

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Chifuyu se negaba rotundamente a tomar aquella mezcla de cosas que Baji le había preparado, supuestamente él, aquello le ayudaría a recuperarse más rápido de su horrible resfriado.

Por supuesto que Chifuyu solo estaba exagerando, el remedio casero que Keisuke preparó especialmente para él ni siquiera era tan malo. Sólo se trataba de miel con un poco de jugo de limón, pero para Chifuyu mezclar lo dulce con lo amargó era lo peor que le podía pasar.

–No –esquivó la cuchara que Baji dirigía hacia su boca –no voy a tomar esa abominación.

Cada día era un nuevo reto para la paciencia de Keisuke y mucho más si el rubio se encontraba enfermo.

–Anda Chifuyu, ¡ahí va el avión! –dijo Baji imitando a su madre, solía recordar que el método del avión siempre funcionaba.

Aún así Chifuyu volvió a negar.

–No hay manera en la que puedas convencerme de beber eso –lo reto Chifuyu.

Keisuke suspiró frustrado, el más que nadie quería que Chifuyu sanara completamente de aquel resfriado que lo había atacado desde hace una semana. No le gustaba verlo sufrir, es por eso que lo ayudaba con su medicamento; siempre le recordaba a que hora tenía que tomarlo y a pesar de haber sido muy cuidadosos con absolutamente todo, el resfriado de Chifuyu parecía no querer irse.

Fue por eso que en medio de la preocupación recordó que su madre solía preparar aquel remedio casero cuando era aún un niño. Creyó que sería buena idea intentar con eso pero no contaba con lo quisquilloso que era Chifuyu.

–Mi madre me lo recomendó, yo tomaba este remedio cuando era niño –dijo tratando por milésima vez de convencerlo.

El rubio lo pensó un poco, respetaba mucho a su suegra y Keisuke lo sabía por lo que podía ser una trampa para hacerlo ceder.

–Entonces llámala, si ella me dice que es verdad lo tomaré.

Baji corrió por su teléfono y busco entre sus contactos a su madre, le marcó en cuanto la encontró y puso el altavoz para que Chifuyu pudiera escuchar.

El teléfono sonó pero nadie contestó, la señora Baji seguramente se encontraba ocupada. Keisuke colgó ya sin esperanzas.

Cuando creyó que ya no había más que hacer una idea cruzó por su cabeza.

–Si lo tomas puedo preparar esa leche con bombones que tanto te gusta –ofreció como última oferta –¿Qué dices?

Chifuyu adoraba la leche con bombones, en especial la que Baji le preparaba y hacía ya mucho tiempo que no bebía esa delicia.

Ni siquiera lo pensó y asintió de inmediato, no podía dejar pasar esa oportunidad.

–Esta bien, pero esta será la única vez.

Keisuke sonrió satisfecho, tomó el vasito donde se encontraba el remedio y con una cuchara se lo volvió a ofrecer a Chifuyu.

–¡Aquí viene el tren!, ¡abre grande!

Chifuyu frunció el ceño pero aún así tomó la cucharada de miel con limón. Enseguida se arrepintió de haber aceptado, arrugó la nariz cuando el sabor amargo se instalo en su boca.

Baji se burlo de el con una risa baja, de no ser por qué Chifuyu se negaba a besarlo para no contagiarle el resfriado ya le hubiera robado un beso.

–Muy bien Fuyu, ahora lo prometido es deuda, prepararé mi especialidad, leche con bombones.

Y sin más Keisuke se dirigió a la cocina, no sin antes darle un beso en la rubia cabellera.

Chifuyu agradecía que Baji se preocupara tanto por el y que además le tuviera tanta paciencia.

Sabía mejor que nadie que se había sacado la lotería con Baji Keisuke.























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⏰ Última actualización: 19 hours ago ⏰

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