🍙Recetas quemadas🍙

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Chifuyu quería tomar su moto y huir lo más lejos que le fuera posible.

Había seguido las instrucciones de Keisuke al pie de la letra o eso creía. Se distrajo solo algunos segundos, debido a un ruido extraño que provocó Peke-j.

Abandonó la cocina un momento para verificar que su gato se encontrara bien y cuando regresó vio el humo por toda la sala y se preocupó aún más cuando entró a la cocina y el humo era mucho más denso y gris.

El olor a quemado llegó a sus fosas nasales y sus pies se habían movido por sí solos porque corrió a apagar la estufa para después apresurarse a abrir toda ventana existente.

Suspiró frustrado sentado en uno de los sofás de su sala.

Vio a Peke-j acercarse a la puerta, maullando como siempre lo hacía cuando Keisuke o Chifuyu estaban a punto de llegar.

Al menos el humo había desaparecido casi en su totalidad su su hogar. Pero aún no sabía cómo le explicaría a Keisuke que había quemado la pasta que se esforzó tanto en hacer y que le había encargado cuidar mientras Baji iba a comprar el queso mozzarella que hacía falta para acompañar la deliciosa pasta.

La puerta se abrió de un momento a otro dejando ver a Keisuke con una bolsa que probablemente le dieron en la tienda de conveniencia. El pelinegro colgó su abrigo, se quitó los zapatos y acaricio brevemente a Peke-j para después cerrar la puerta.

–¿Alguien se murió o porqué esa cara? –preguntó Keisuke.

–Bueno, a decir verdad creo que la pasta que dejaste a mi cuidado se quemo un poquito –confesó Chifuyu jugando con sus dedos –entonces creo que si murió alguien.

–Oh, ¿de verdad? –Baji se asomó ligeramente a la cocina donde abundaba el olor a quemado y pudo ver a lo lejos el sarten donde estaba cocinando con la pasta hecha carbón.

Dejó escapar una carcajada sonora y se dirigió al sofá donde Chifuyu aún se mantenía sentado con la cabeza gacha, seguramente sintiéndose culpable.

–¿Y tú estás bien Fuyu? –preguntó nuevamente, tomando asiento a su lado.

Tomó la barbilla del rubio y lo obligó a mirarlo a los ojos.

–Lo siento –habló el rubio con voz temblorosa y con los ojos llenos de lagrimas.

Baji lo abrazo en seguida, le dolía ver a su pareja así de afectado.

–Todo esta bien Fuyu, no estoy molesto –le dijo mientras se separaba un poco solo para poder besar sus labios –que tu y Peke-j estén bien es más que suficiente, además compre una nueva marca de peyoung que vi el la tienda, ¿Te parece si lo cocino para ti?

Chifuyu asintió, recibiendo con alivio los besos que Keisuke le daba.

–Te ayudaría pero temo que el agua se me queme también –bromeó Chifuyu.

Baji sonrió divertido, dio un último beso a Chifuyu y se dispuso a preparar el mejor peyoung yakisoba exclusivamente para su desastroso novio.

























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