12: Hasta nunca

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Emma:

-Familiares de Sam Roberts -todos nosotros nos acercamos.

Mis manos empezaron a temblar, mis lágrimas no se detenían, pensaba lo peor, bueno, todos pensamos lo peor, Regina seguía llorando en los brazos de su madre que había llegado, Erick no se había ido, se había quedado para estar conmigo, CONMIGO.

-Buenos días, el joven Sam tuvo un accidente de tráfico, donde recibió muchos golpes y heridas tanto graves como leves -hizo una pausa y continuo hablando- tuvo dos costillas rotas, una dislocación en la rodilla izquierda y algunos hematomas, pero eso no es lo peor, lo peor es que su cabeza chocó fuerte con el auto lo que provocó una grave lesión en el cerebro, estuvimos investigando y le realizamos pruebas neurológicas y encontramos un coágulo en el cerebro -sentí un dolor muy fuerte- junto a una hemorragia interna, y no la pudimos detener señores Roberts, lo siento mucho.

‐Doctor, como esta Sam ahora -mi madre pregunto un poco nerviosa
-Señora Roberts, creo que no me entendió, cuando la hemorragia interna específicamente en el cerebro no se controla esto causa o una parálisis, una muerte cerebral o simplemente una muerte -sentí que el mundo me caía encima.
‐Esta muerto -esta vez que el hablo fue Artemis.
‐Si, lo siento mucho, con su permiso -se marcho dejándonos a todos boquiabiertos.

Sam, mi hermano había muerto, por un descuido, por un simple descuido. Un chico que tenía toda una vida por delante, que dentro de cuatro meses se iba a casar, un chico que añoraba formar su propia familia ¡La vida es injusta! Joder. Enseguida sentí que aumentaron más mis lágrimas, mi pulso estaba agitado, me di cuenta que estaba pegada contra una pared y enseguida me dejé caer sentada, enrolle mis manos alrededor de mis rodillas e intenté calmarme, algo que no pude porque se escuchaban tan fuertes los sollozos de todos y mucho más los gritos de mamá, que será para una madre perder un hijo.......de repente sentí unos brazos que me intentaron levantarme y no, no eran los de Erick, al abrir los ojos noté a mi padre junto a mí con los ojos rojos de tanto llorar.

-Por qué él, papá, por qué él -le decía mientras lloraba en su pecho.
-La vida es injusta pequeña, muy injusta -me ayudo a levantarme.

Miré a mi alrededor y vi a mi madre con Eda llorando, Regina estaba casi gritando al igual que Artemis, en fin, todos estamos mal, estábamos destruidos......

No veía a Erick por ningún lado, se habría ido?.....

De repente a lo lejos lo ví, venia corriendo por el pasillo con su cabello totalmente alborotado, supongo que ya sabia lo que había ocurrido porque lo primero que hizo al verme fue rodearme con sus brazos mientras me acariciaba el cabello, y ahí fue donde supe que verdaderamente era él lo que necesitaba.....

Erick me transmitía paz, seguridad y estabilidad, Erick es el chico perfecto.

-Como estás -me pregunto mientras me soltaba lentamente.
-Te digo la verdad o te miento.
-Dime la verdad Emma, siempre la verdad, en este caso la verdad es muy notable, estás mal, estás destrozada, solo quieres llorar pero te niegas, Emma, por qué lo haces, por que finges estar bien -y si, él tenía razón
-No se Erick, no se, solo sé que si suelto todo lo que llevo dentro me voy a romper, me voy a destrozar -susurre

El seguía acariciándome el cabello lentamente.

-Sam ya se me fue, y ahora quien va a aguantar mis berrinches, con quien me voy a desahogar eh -el me miraba atentamente
-Yo, yo estoy aquí chiquita y no me voy a ir, no por ahora -asentí y me volví a acurrucar en su pecho, su olor a café me encantaba.

Pero fuimos interrumpidos por alguien que tocó mi brazo, era Regina, tenía los ojos rojos y estaban hinchados de tanto llorar.

‐Lo siento tanto mi niña -su voz se noto rota- pero tengo que hablar contigo.

A Oscuras Bajo La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora