Un genio con cinco tontas(Go-tōbun no Hanayome)

Acto 4: Capitulo final Parte 1:(Fase 1)

Todo estará dividió por dos o 3 Fases este capitulo XD Fase 1 Arrepentimiento

La lluvia caía incesante, cada gota resonando en el vacío parque. Ayanokouji observaba desde la distancia, completamente ajeno a la conmoción interna que estaba devastando a Ichika. La chica, acurrucada junto a los baños, temblaba, empapada y aferrándose a lo poco que le quedaba de orgullo. Frente a ella, el vacío que había dejado Fuutaro al alejarse sin mirar atrás.

Ichika, destrozada, susurraba entre sollozos, sus palabras cargadas de desesperación y odio.

—Los hombres... los hombres son horribles...— susurraba, mientras su cuerpo se sacudía por el llanto incontrolable, y las lágrimas se mezclaban con la lluvia que mojaba su rostro.

Ayanokouji, sereno y paciente, decidió que era el momento adecuado. Lentamente, comenzó a caminar hacia ella. Cada paso resonaba en el parque desierto hasta que, al llegar junto a Ichika, inclinó el paraguas lo suficiente para cubrirla de la tormenta, dejando que él mismo se empapara completamente. No le importaba mojarse, no en ese instante. Se inclinó un poco, y con una voz suave pero firme, rompió el silencio.

—Ichika— dijo, en un tono audible pero controlado.

Ella levantó la mirada, sus ojos enrojecidos por el llanto y la desesperación. Al principio, apenas comprendía quién estaba frente a ella. Había esperado ver a Fuutaro, regresar hacia ella, pero en lugar de eso, se encontraba cara a cara con Ayanokouji, quien la miraba con esa serenidad desconcertante que siempre lo caracterizaba.

—¿Qué haces aquí...?— murmuró, con la voz rota, temblorosa, llena de desesperación y odio, pero sin la fuerza para rechazarlo por completo.

Ichika era una chica a la que no le gustaba que la compararan con sus hermanas. Ayanokouji lo sabía bien. Con su tono tranquilo, le respondió sin vacilar:

—Simplemente iba de compras. Pensé en tomar un atajo por el parque.

Ella asintió, como si aquella explicación tuviera sentido en medio del caos de su mente. Continuó llorando, ignorando su presencia por un instante, mientras Ayanokouji la observaba en silencio. Entonces, lanzó una pregunta, rompiendo el ritmo de sus sollozos.

—Parece que las cosas no salieron como esperabas, ¿verdad?

Esas palabras hicieron que Ichika levantara la mirada nuevamente. El odio mezclado con la confusión brillaba en sus ojos.

—Eso no te interesa —respondió con dureza.

—Podría no interesarme si fuera un simple compañero de clases con quien apenas hablas. Pero soy tu tutor, quieras o no, y como profesor, es mi deber interesarme por las cosas que afectan a mis estudiantes— contestó Ayanokouji con su habitual serenidad.

—Solo déjame en paz y vete de una vez —respondió Ichika, su voz rota, llena de frustración y rabia contenida.

Ayanokouji mantuvo su postura inalterable.

—No creo que pueda hacer eso... no si confío en ti.

—¡¿Qué?! —Ichika lo miró con furia, sorprendida por esas palabras.

—Confío en ti —repitió él, tranquilamente, sin inmutarse ante la reacción de ella.

—Genial, lo que me faltaba, que el rarito de la clase me dijera esas palabras. ¿Qué sigue? ¿Que me ayudes? —su sarcasmo trataba de protegerla de lo que estaba sintiendo, pero sus palabras carecían de fuerza.

—Podría hacerlo, si tú lo deseas.

—¡No me interesa! ¡Pierdete ya, que todo esto es tu culpa! —Ichika lo miró llena de ira, sus palabras teñidas de amargura.