Acto 4: Capitulo Final Parte 2(Fase 2)

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En el aire flotaba una tensión palpable dentro del cuarto de hotel de Ayanokouji. La luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas, tiñendo la habitación con un tono cálido y anaranjado, mientras la brisa exterior apenas se colaba por una ventana entreabierta. A pesar de la aparente calma del entorno, había una tormenta invisible en los ojos de Yotsuba.

Ayanokouji, que en otras circunstancias hubiera mantenido su pose imperturbable, se encontraba ahora sometido contra la pared. Yotsuba lo tenía acorralado, su mano presionaba con fuerza contra su pecho, inmovilizándolo con una determinación que iba más allá de su habitual comportamiento despreocupado. Sus dedos se hundían en su camisa, dejando clara su frustración mientras su mirada intensa lo atravesaba con una mezcla de enojo y desconfianza.

Con los brazos cruzados y la mandíbula apretada, Yotsuba no era la chica animada y alegre que Ayanokouji solía ver. Había algo diferente en su postura; sus ojos, que normalmente brillaban con entusiasmo, ahora mostraban una mezcla de molestia y dolor, como si cada palabra que estaba a punto de decirle fuera un golpe contenido, un reproche acumulado.

El contraste entre la figura de Ayanokouji, aparentemente relajado pero con la espalda contra la pared, y la intensa expresión de Yotsuba era evidente. Él mantenía su habitual calma, como si estuviera en control incluso en esta situación, mientras que la furia silenciosa de Yotsuba hacía que el aire en la habitación se sintiera más denso, más cargado de emociones contenidas.

—¿Qué fue lo que le hiciste a Ichika? —preguntó directamente, sus palabras cargadas de una acusación clara—. Y no te me hagas el santo que no hizo nada. ¿Por qué está actuando tan... apagada contigo?

Ayanokouji, de pie frente a ella, mantuvo su expresión indiferente. Ni siquiera pestañeó ante el tono acusatorio de Yotsuba.

—Simplemente la ayudé y la escuché en su momento de dolor —respondió Ayanokouji con una calma desconcertante.

Yotsuba frunció el ceño. Sus ojos se entrecerraron ligeramente mientras inclinaba la cabeza hacia un lado, claramente sin creer ni una palabra de lo que acababa de escuchar.

—¿Crees que soy tonta? —su voz era más seria de lo habitual. Ya no era la chica despreocupada que Ayanokouji solía ver en los pasillos.

(50% a 50%) —pensó Ayanokouji, aunque su rostro seguía siendo tan impasible como siempre.

—Tú fuiste quien publicó todos esos videos en las noticias —continuó Yotsuba, disparando una nueva acusación sin rodeos, como una flecha directa al corazón de la situación.

Ayanokouji la miró por un segundo más, evaluando cuidadosamente cada una de sus palabras antes de responder con la misma tranquilidad de siempre.

—¿Por qué intentas afiliarme a un evento del que no tenía ni idea? —cuestionó con un tono que no denotaba ni molestia ni culpa, como si el comentario de Yotsuba fuera insignificante.

Los ojos de Yotsuba se endurecieron. Su mirada penetrante no dejaba espacio para juegos o excusas.

—Desde que dijiste que no le harías daño a Ichika, me calmé. Pero ver cómo su estatus está siendo destrozado y su vida personal aplastada... no puedes esperar que, como su hermana, no me preocupe. Sobre todo si hace unos meses un tipo como tú dijo que no le haría daño físico. —Las palabras de Yotsuba estaban llenas de veneno, como si le estuviera echando en cara cada promesa rota y cada palabra manipuladora de Ayanokouji.


Ayanokouji mantuvo su mirada fija en Yotsuba por un largo momento. La brisa continuaba moviendo las hojas a su alrededor, creando una danza de luces y sombras en el suelo. El peso de las palabras de Yotsuba colgaba en el aire, pero Ayanokouji no mostró ninguna reacción visible.

Un genio con cinco tontas(Go-tōbun no Hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora