Gato infiel | Kuroo Tetsuro

5. Parche

Narra Mika

"— No me importa el weon de tu pololo"

Osea, que ahora le dio lo mismo ser patas negras. Igual me da lata, es buen cabro y no quiero que después se ande arrepintiendo o me agarre mala.

— Kuroo —lo despierto, está acostado al lado de mi— tenemos que levantarnos para ir al taller.

— Ya voy —habla ronco— ¿Me puedo bañar aquí cierto?

— Sipo tonto —respondo riendo mientras me levanto.

Anoche no hicimos nada aparte de darnos un par de besos, yo estaba muerta de sueño así que nos acostamos al ratito después.

— ¿Queri un café? lo hago mientras te bañas.

— Ya —se levanta y estira— tu cama es súper cómoda weon, creo que me quedaré más seguido a dormir contigo.

— Y te invitai solo más a encima —digo riendo— patuo.

Me acerco a abrazarlo y me agarra de la cintura para darme besos, son cortos y tiernos. Nos quedamos así un par de minutos hasta que sentimos que se abre la puerta de entrada.

— Conchetumare —susurra— ¿Tus papás?

— Sí —suspiro— quédate aquí nomas, nunca entran a mi pieza.

Bajo al primero piso para ver quien es. Mi papá figura leyendo en la entrada una carta que le llegó.

— Hola monita —saluda cuando me ve— vengo por unos documentos y me voy, se me quedaron —hace una mueca.

— Hola papá —lo abrazo— bueno, yo tengo que ir a ese taller que te dije.

— Tan deportista que saliste —sonríe— ah oyfundación invitó a la empresa a un evento pero ni yo ni el Carlos podemos ir, tendrán que ir tu y el Yuji.

— Me cargan esos eventos —me cruzo de brazos— ¿No puede ir solo el Teru? él es el hijo del mayor accionista.

— Sí, pero tú eres la polola —se encoge de hombros mientras busca unos papeles— no pretenderás que vaya solo po, además así me ayudas a mí mostrando que nuestra parte también está comprometida.

— Bien —ruedo los ojos— no me emociona pero iré.

— Gracias monita —me da un beso en la frente— nos vemos en la noche.

Se va y yo suspiro, que paja tener que ir a una de esas weas, encima que el Teru siempre termina medio curao y dice weas tontas. Veo la hora, pongo la cafetera y subo a mi pieza, el Kuroo está sentado en mi cama mirando su celular.

— Ya se fue —sonrío de lado— ¿Te paso toallas?

— Porfa, no quise revisar cajones, muy patuo.

— Tranqui —me acerco y le doy un piquito.

— ¿Te he dicho que eres muy bonita? —me abraza por la cintura— ¿Bañemonos juntos?

— Patuo —le pego suave en el hombro— aun que no es tan mala idea...

— Ahorramos agua y tiempo —se ríe— vamos oh.

Se pone de pie, se saca la polera y me agarra de la muñeca para caminar al baño juntos.

Podría acostumbrarme a esto.

[...]

Segunda semana de taller, con el Kuroo cada día nos llevamos mejor, tanto que ayer almorzamos juntos, nos importó un hoyo que alguien nos viera, igual le dije que prefiero no tener muestras de afecto en público porque por cualquier cosa alguien se puede ir de sapo con el Teru.