Capítulo 7

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Kia

Los tres nos dirigíamos hacia el patio de entrenamiento, notaba los ojos de Axel buscando los míos, pero no podía mirarlo, yo acababa de decir que Rod me iba a ayudar a entrenar, rebajando la figura de chica dura que había intentado mantener desde que llegué, lo que me había mantenido con la cabeza alta. Pero no me importaba, prefería tragarme mi orgullo.

Obviamente que yo no necesitaba que nadie me entrenara, mi hermano sí, pero aún así ese no era el motivo por el que me había rebajado. Yo sabía las intenciones que Rod tenía conmigo y me decidí aprovecharme de eso para acercarme a él y así acercarme a su padre. Se sabía que su padre no adoraba las pruebas, así que quizás yo lo lograba convencer de que revertiera la modificación. 

No era el mejor plan, pero era el único que se me había ocurrido, hoy era mi tercer día allí, por lo que tan solo contaba con once días para acercarme al rey, cosa que no sería fácil.

Cuando llegamos al patio todos se giraron a mirarnos, primero a los chicos y luego a mi, claramente con caras no exactamente de agrado. Todas estaban coladas por ambos y que yo apareciera con ellos no era de agrado para las chicas que vivían lamiéndoles el culo.

Nos acercamos hacía donde estaban mis amigos, los cuales me miraban con intriga, menos Gael, el cual tenía cara de querer clavarles un cuchillo a ambos.

-Necesito hablar un segundo contigo Luke- le dije a mi hermano, apartándolo unos metros de los demás para hablar con él.

-Necesito que me expliques que es eso- dijo poniendo una sonrisa pícara.

-Rod te va a ayudar a entrenar, y a mí también.

-Ni de coña me va a ayudar el hijo del rey, y... ¿cómo que a ti también?

-Mira Luke, ya te lo explicaré con detalle, esto es necesario para un plan y si tengo que hacer un poco el ridículo lo haré.

-¿El plan es para ayudarme?- preguntó.

-Sí- afrimé.

-No voy a permitir que te rebajes a eso por mí Kia, además, no es tu culpa.

-Si es mi culpa Luke, el jefe de las pruebas se cabreó porque toqué su orgullo ganándole a su hijito aquel combate cuerpo a cuerpo. Es mi culpa y lo solucionaré yo Luke.

-Vale, pero como te toque un pelo le corto los dedos.

-Tranquilo, se los corto yo, se me da mejor el cuchillo- le guiñé el ojo, provocando que me diera un codazo.

Volvimos con todos y Luke se llevó a Rod para que le enseñara a tirar con el arco, alejándolo de mi.

Pensé que Axel se movería pero no lo hizo, se quedó plantado a mi lado impasible y de repente soltó:

-Nueva pareja del año Kia Perton y Rod Afer, ¿Qué os parece chicos?- dijo, mirando a mis amigos.

Rápidamente me lo llevé del brazo, apartándolo de los demás.

-¿Eres gilipollas?- susurré, para que todos los participantes que nos observaban con curiosidad no lo oyeran.

-No, solo quería llamar tu atención. Porque ni siquiera me has mirado, después de lo de anoche no tienes los cojones a mirarme. Y eso de que te va a ayudar a entrenar, ¿a entrenar o a otras cosas? Has caído muy bajo Kia Perton, no sabía que te vendías al primer tío que te tiraba los tejos- dijo con desprecio.

-Eres un cabrón, ni se te ocurra acercarte a mí Axel- le dije.

Me dirigió una mirada irrelevante y se marchó.

Por alguna razón me sentí mal, necesité correr y decirle la verdad, pero no lo hice, no lo conocía y no sabía si podía confiar en él. Además, después de todo, él era mi enemigo, y acababa de demostrarlo.

Volví con mis amigos, dispuesta a contarle a Tess lo que acababa de pasar, pero lo que vi hizo que me hirviera la sangre. Era Linnda, la hermana de Gael. Miah la estaba amenazando con un puñal en el cuello delante de todos.

-La niña de clase baja no sabe defenderse, pobrecita- dijo con tono irónico, apretando más el puñal al cuello de Linnda.

No me lo pensé dos veces, cogí un arco y le apunté a Miah.

-Como no la sueltes te quedas sin ojo cabrona- dije, haciendo que todos los presentes me miraran con expectación.

-Niña, no le haces daño ni a una mosca- dijo, acabando con mi paciencia.

Un grito de horror se extendió por todo el patio,  Miah se tapaba el ojo con la mano mientras que la sangre salía a borbotones. 

-Miah guárdate el aliento para los médicos, tendrás que explicarles que una chica de clase baja te ha hecho eso- me giré y me adentré en el palacio, dirigiéndome a mi habitación.

...

Axel

Acabé de comer en mi habitación pero no bajé a entrenar, no me apetecía. Me metí en la bañera y dejé que el agua tibia me calara y reconfortara. 

Por alguna razón mi cuerpo estaba sin fuerzas, devastado, un reflejo de mi caos mental supuse.

Después de lo que había pasado en el patio la gente de clase alta no paraba de inventar rumores sobre Kia, algunos decían que estaba loca, otros que no tenía excrúpulos y otros tan solo la temían en silencio.

Lo que había pasado en el patio no tendría ninguna repercusión para Kia, pues, la única regla en los entrenamientos es no matarnos entre nosotros. 

Kia es todo lo que nunca creí que necesitara, rebeldía y sutileza formando una perfecta sintonía.

Después de un buen rato en la bañera salí y me vestí con una camiseta de licra de manga corta y unos pantalones negro anchos. Dejé mi pelo negro, todavía mojado, algo revuelto y abandoné la habitación. Eran alrededor de las 7 de la tarde, así que me limité a dar un paseo por el castillo, y cuando encontré un rincón en un pasillo por el que el servicio no pasaba me senté en el suelo.

Necesitaba aclarar mi mente, aclarar que hacer, que hacer con los sentimientos que me inundaban amenazando con desbordarse. Tenía que pensar sobre Kia.

Intenté ser su enemigo, pero que me odiara me dolía demasiado.Era la decisión que había tomado, pero quizás no era la correcta.

Me quedé sentado allí un rato, hasta que anocheció y luego supuse que la gente ya habría dejado de entrenar, así que me dirigí al patio y me senté bajo el mismo árbol en el que la noche anterior la había tenido en mis brazos, dejando que me inundara una sensación extraña para mi frio corazón, como una fogata en medio de una helada.

Nadie nos quitará la gloriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora