Kia
Me levanté y fui directamente al baño a prepararme para bajar a entrenar. Una vez lista me dirigí hacia la entrada, pero frené en seco al ver un trozo de papel justo enfrente de la puerta, en el suelo. Era una carta:
"Esta noche a las 2 de la madrugada en la plaza principal, ve sola."
Me quedé parada en el sitio observando la carta, no tenía destinatario. Tenía que ir, porque si no lo hacía, mi curiosidad iba a dispararse y no me iba a dejar dormir. No me sería difícil salir del castillo por la madrugada, los guardias no estaban muy pendientes de lo que hacíamos, por no decir nada.
Guardé la carta en un cajón en mi mesita de noche y bajé a entrenar. En cuanto atravesé la puerta que daba acceso al patio noté como las miradas de los presentes se posaban sobre mí, intentando hacerme pequeña. No lo conseguían, yo nunca he sido una persona violenta pero lo que le había hecho a Miah había sido algo merecido, nadie se mete con mis amigos, además, conociéndola, le habría rajado el cuello a Linnda sin dudar.
Seguí caminando hasta llegar con mis amigos, con los cuales no había hablado desde todo lo de ayer.
-Aquí está nuestra salvadora favorita- canturreó Joss.
No me dio tiempo a contestar cuando Linnda se abalanzó sobre mí y me envolvió en un fuerte abrazo.
-Gracias Kia de verdad, me salvaste, esa loca iba a matarme- dijo mirándome con una sonrisa agradecida.
-Linnda, no me des las gracias, lo haría por cualquiera de vosotros- contesté mirándola despreocupada.
-Ya vienen los amiguitos de Kia a ayudarte a entrenar Luke, bueno por lo menos el príncipe, porque el otro está más concentrado en yo que sé qué- dijo Tess, girandose y yendo a la zona de tiro con arco.
Todos la siguieron y quedamos Luke, Rod, Axel y yo.
-Buenos días Kia- dijo Rod, dándome un beso en la mejilla, que me produjo un estado extraño de incomodidad.
-Buenos días chicos- contesté, buscando en especial la mirada de Axel, el cuál ni siquiera se dignó a mirarme.
Por alguna razón yo seguía buscando a Axel, sé que yo misma le dije que no me hablara, el anterior día se había comportado como un imbécil. Pero me gustaba como estábamos antes de aquello, decíamos que éramos enemigos pero en el fondo nos preocupábamos por el otro. No entendía el motivo de mi anhelo si fui yo la que quiso que fuésemos rivales desde el principio. Quizás mi opinión sobre él había cambiado a mejor, y me preocupaba que la suya sobre mí lo hubiera hecho, pero a peor.
-Lo del otro día fue increíble, esa chica merecía que alguien le parara los pies- dijo Rod, sacándome de mis pensamientos.
Contesté con un breve asentimiento de cabeza, seguía demasiado ocupada mirando a Axel, pero sus ojos seguían perdidos mirando quién sabe donde.
-Si, mi hermana es una crack. Vamos tú y yo entrenar Rod, ahora que venga Kia- dijo, mi hermano entendiendo la situación.
Se llevó a Rod del brazo, dejándonos a mi y a Axel solos.
-Oye Axel...- quise hablar, pero él se giró dejándome con la palabra en la boca.
Me quedé de pie como una idiota esperando a que se girara, a que nuestros ojos se conectaran una sola vez, a que esos malditos ojos grises buscaran los míos, pero no lo hicieron.
Él se dirigió hacia donde se encontraban mi hermano y Gael, y yo lo seguí.
Luke notó que habíamos ido prácticamente detrás de ellos y supuso que no habíamos hablado, así que dijo:
-Oye Rod, vamos a practicar con las dagas, no lo tengo muy dominado- y se llevó al príncipe a rastras.
De nuevo a solas con Axel. No esperaba que me mirara, pero lo hizo. Sus ojos grises parecían cansados y su expresión era seria.
-¿Tú hermano quiere que hable contigo?- dijo él, sin separar sus ojos de los míos, buscando una respuesta. Estaba nerviosa, sentía como si esa pregunta fuera crucial para continuar aquella conversación.
-Yo quiero que hables conmigo Axel. Lo siento por lo de la otra ve...- intenté explicar, pero él me interrumpió.
-Mira Kia, no me caes bien pero no tengo ganas de joderte la estancia en el palacio, así que déjame en paz y yo también lo haré- se alejó, dejándome helada.
¿A qué venía aquel cambio de actitud? ¿Tanto le había afectado lo de los entrenamientos con Rod? No entendía nada, mi cabeza estaba hecha un lío.
Sin despedirme de nadie subí a mi habitación.
...
Pasé el resto del día vagando por mi habitación, no me apetecía entrenar ni conversar con nadie.
Cuando llegaron las 1 de la madrugada yo ya estaba preparada para salir del castillo, llevé mi daga conmigo y la carta que me habían entregado. Los guardias, que deberían de haber estado vigilando, estaban jugando póker en una sala al final del pasillo. Salí fácilmente de mi habitación y me asomé a la puerta principal desde las escaleras, allí había varios guardias, así que tuve que buscar otra salida.
Encontré una puerta trasera en la cocina y, con ayuda de una horquilla, la abrí fácilmente, abandonando el castillo.
Las calles estaban oscuras, alumbradas por la tenue y amarillenta luz de las farolas, el ambiente era húmedo y el viento amenazaba con mandar volando a cualquiera que recorriera aquellas solitarias calles. Tras diez minutos llegué a la plaza principal, 15 minutos antes de la hora acordada. Me senté en uno de los bancos, justo debajo de un arce, y esperé.
Al poco tiempo vi una silueta acercarse hacia mí, iba completamente de negro, con una máscara que cubría su rostro. Por instinto, acerqué mi mano a la daga que llevaba conmigo cuando la silueta quedó justo enfrente de mí.
- Tranquila Kia, no te voy a hacer nada- dijo una voz femenina conocida
La mujer se quitó la máscara y la capucha, dejándome ver dos ojos verdes y un brillante pelo lila.
-¿Karla?
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Nadie nos quitará la gloria
Teen FictionKia es una chica de 18 años que vive en un mundo que se divide según la fuerza y el dinero, perdió a sus padres muy joven y vive con sus tíos, sus dos hermanos y su prima.Deberá enfrentarse a una serie de pruebas para determinar su fuerza y su clase...