Flufftober 2024 (Hetalia Autumn)

Día 3. cumpleaños

México & Canadá (Hetalia nyo!)

No estaba segura de cuando comenzó su existencia como nación, sólo recordaba estar muy asustada en medio de dos territorios más grandes peleando por su custodia. Canadá no quería vivir un año más entre disputas, estaba cansada de la misma situación, luego supo que había más tierras pequeñas como ella, entonces no estaba sóla en esa situación que parecía interminable.

Después de muchos años Margot Williams aprendió a disfrutar su cumpleaños, ella lo celebraba el día de su independencia, el primero de julio. Se sabía querida por sus personas más cercanas como Andrew que siempre le compraba un pastel y la llevaba a Disneyland o también estaba Francis quien la invitaba a pasar días en París.

Luego estaba Arthur que a veces le hacía una llamada telefónica, de ahí en fuera los demás (las demás naciones) no sabían de su existencia. Hasta que empezó a trabajar de cerca con México, se sorprendió cuando ella le mencionó que siempre la veía, que sabía perfectamente quién era:

"Cómo podría olvidar alguien tan chula como usted, y que ningún mamón me venga a decir que la confunde con su hermana si son bien diferentes"

Desde entonces Ángela también celebraba sus cumpleaños, era detallista a su manera y eso hacía feliz a Margot.

Pero ese año fue diferente porque todos estaban saturados por cuestiones del trabajo, la misma Margot salía muy tarde de la oficina, entonces comprendía que no pudieran estar con ella ni celebrarla.

Aunque se sintió egoísta porque en verdad deseaba que Ángela estuviera con ella, extrañó verla, extraño verla hablar de todo y de nada a la vez. Quería sus abrazos y sus palabras halagadoras, sentir sus besos suaves y escuchar su risa estridente.

Ese día estaba desanimada porque sería un día cualquiera sin Ángela, sin Andrew, sin Francis.

Margot trabajó desde casa, en su tiempo de descanso quiso prepararse su propio pastel, lo haría de miel de maple  con betún de queso crema, cuando estuviera listo le mandaría una foto a Ángela.

Y como si la hubiera llamado con sus pensamientos recibió una llamada suya, la tercera del día:

—¿Cómo va tu día flaquita?

—Hola de nuevo Angie, —sonrió para sí misma —, acabó de mandar unos correos y ahora mismo estoy en la cocina, me voy a preparar un pastel.

—¿Andrew no te lo compró?

—En la mañana te comenté que no pudo venir, igual tiene mucho trabajo.

—Se me olvidó por completo, pinche Andrew según me dijo que estaría contigo.

—Está bien, también tú estás tan ocupada que se te olvida lo que te digo.

—No es eso chaparra, tengo mil cosas en la cabeza...

—Tanto que mi cumpleaños no es importante ¿cierto? —puso el altavoz, y comenzó a sacar los productos que ocuparía para hornear.

—No seas injusta, es tan importante que todo el día te he llamado y sabes que si pudiera estaría ahí contigo.

—Pero no estás aquí —suspiró con un dejó de frustración.

Se hizo un silencio que se tornó incómodo.

—Y ahora estás enojada ¿estás en tu periodo?

—No y eso nada tiene que ver en cómo me siento —tomó un frasco con harina que se resbaló de sus manos cayendo al piso.

El sonido de cristales se escuchó con claridad del otro lado de la llamada,

—¿Qué fue eso? —preguntó Ángela

—Se cayó un frasco.

—¿Estás bien? No te vayas a cortar, ve lo que pasa cuando haces berrinches.

—Hablamos después, debo recoger y no quiero que me regañes, no soy una niña.

—Entonces déjese de comportar como una, yo la llamo en una hora.

—No quiero hablar más contigo, en serio —terminó la llamada sintiéndose terrible.

Mientras recogía, Canadá estuvo pensando más de una vez que su comportamiento fue inaceptable, entre lágrimas comenzó a preparar la mezcla para la base del pastel, en tanto se horneaba continúo leyendo unos documentos y redactando algunos asuntos que debía tratar con su ministro.

Finalmente el pastel estuvo listo a las once de la noche y hasta ese momento no había ni un mensaje ni una llamada de México.

Lucia tan bien su pastel pero no tenía ánimos de probarlo, lo dejó ahí y tardó tres horas más para llamar a Ángela, no quería estar enojada con ella, por una discusión que ahora que lo pensaba fue absurda y también infantil.

¿Sus sentimientos eran infantiles? No sabía si existía algo como eso.

Llamó a las dos de la mañana pero no respondió Ángela, pasaron diez minutos para que le devolviera la llamada.

—Angie...

—Me dejaste muy claro que no querías hablar conmigo.

—Angie en verdad lo siento mucho, salió mi lado más egoísta, lo único que deseaba era estar contigo, hoy no quería estar sola.

—No estás sola flaca, aunque esté lejos siempre voy a estar contigo, quiero que nunca lo olvides.

—Gracias cariño.

—¿Cómo quedó tu pastel?

—Se ve bonito, no quise probarlo.

—Comete dos rebanadas, una para ti y otra en mi nombre ¿Si?

—Eso haré...

—De nuevo ¡Feliz cumpleaños hermosa! Te amo.

—También te amo.

Después de la llamada Margot pudo dormir tranquila.