Capítulo 5

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Después de mi leve ataque de ansiedad, decidí salir a caminar alrededor del campus, necesitaba sacar esos pensamientos malignos de mi mente. Así que, me coloco mis pantuflas y agarro las llaves del dormitorio. Cierro la puerta de este, haciendo el mínimo ruido para no levantar a Kolet, y me dirijo a la salida del edificio. Siento la brisa del frío aíre.


Esta muy helado


Pienso y volteo a ver mi pijama, nomas consistía en una blusa de botones color rosa y unos pantalones un poco calientitos por dentro del mismo color. Me abrazo a misma, empiezo a caminar.


¿Por qué es tan difícil olvidar el pasado?


¿Por qué no puedo superarlo?


Olvidarlo


Intenté de todo, no entiendo porqué regresa ahora ese recuerdo. Hablé con un profesional, fui a terapia, me alejé de aquellas personas, intenté cosas nuevas, me cambié de ciudad, de país. Me ha ido tan mal estos últimos años, siento a veces que estoy pagando algo que hice en una vida pasada, nadie podría soportar mi situación. Tampoco tengo que tomarlo muy a pecho, nadie me conoce en esta ciudad, conocí a gente nueva. Me permití confiar una vez más en las personas y gracias a eso encontré a:


Kolet


Tan poco tiempo que la he conocido, la tengo muy presente, la quiero mucho. Yo sé que es muy rápido en confiar en alguien, pero me siento segura, me siento libre, es un sentimiento difícil de explicar, me siento como si con ella encontrará la sensación y la emoción de tener una familia. Como ese sentimiento cuando sales con tu mejor amiga, y nomas son ustedes dos contra al mundo, que se pueden contar un sin fin de cosas, se puede confiar, sabiendo que ninguna va a criticar a la otra, en cambio la apoyaría, la aconsejaría, haría lo posible para que ella este feliz en cualquier situación.

Salgo de mis pensamientos y volteo hacia los lados.





Ya no estoy en el campus





No supe en que momento tome otra calle, soy tan tonta. Más tonta no podré ser, no traigo mi teléfono. Gracias universo, sigues saliendo saliendo con la tuya. Alzo mi mano hacia el cielo y le levanto el dedo del medio. ¿Ahora que hago? No puede ser, sigo avanzando pero las calles están vacías, sin ningún alma, solo cambian los semáforos. Como las películas de miedo, cuando el asesino te persigue y tu sigues corriendo.

Por Dios, ¡Olivia deja de meterte ideas!

Camino abrazándome, sigo caminando y no encuentro el campus de la universidad, no debí seguir mis pensamiento. Veo a lo lejos un reloj dentro de una tienda de conveniencia, mínimo sé que hora son, me acerco ya que tengo mala vista.


2:45am


¿Tanto tiempo caminé? Tengo que empezar a calmarme.


—Cálmate Olivia— digo mientras agarro mi cabeza y tallo mi cabello, me sirve de relajación. Volteo a ver el reloj otra vez, ya casi es la hora maldita. Nadie vendrá a buscarte Via, tienes que encontrar el campus por tu propia cuenta. Seguí caminando asustada y de la nada escucho unos pasos pesados haciendo ruido con la grava de la calle.

No voltees Olivia

Hago caso omiso, y veo una sombra negra, muy alta con silueta de hombre. Se percata de mi presencia y camina directamente hacia mi, ¿es mi asesino? corro lo más rápido que puedo, volteo y ya no esta. Miro a todos lados. De seguro fue mi imaginación.

Giro para seguir por mi camino y de la nada aparece la sombra, me sorprendo, corro por donde venia y el seguía persiguiendo de lo más tranquilo caminando con sus manos escondidas ¿Por qué me persigue? ¡Diosito no me dejes morir aquí! Me tropiezo con mis pantuflas y caigo al helado piso de la calle, veo que se aproxima corriendo.


—¡Ayuda!— grito apunto de llorar, me levanto como puedo y empiezo a correr con un dolor en mi pierna.

—¡Ayuda por favor!— digo gritando ahora si llorando, después de un rato corriendo, lo pierdo de vista y me escondo en un callejón lleno de piedritas, me siento y levanto el pantalón de mi pierna, veo que traigo un raspón de la rodilla a mitad de la pierna, veo como empiezo a sangrar, me arde mucho. Escondo mi rostro en mi otra rodilla tapando mi cara con mis brazos y empiezo a llorar más, este es mi fin.

Casi tres semanas aquí y ya es mi fin, que suerte tengo. Gracias Australia eres un hermoso país.

Nos vemos en otra vida.


—¿Olivia?— escucho mi nombre, levanto mi rostro y veo a ese chico que conocí hace días.


Darel...

For you, DarelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora