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Un Cumpleaños Inolvidable

Los meses habían pasado volando, y tras seis meses de miradas furtivas, risas compartidas y momentos robados, Lamine había decidido que era el momento adecuado para dar el siguiente paso con Olivia. Había estado pensando en cómo hacerlo, queriendo que fuera especial. Así que, tras mucha deliberación, optó por hablar con Xavi, el padre de Olivia, para explicarle sus sentimientos y su deseo de comenzar una relación con su hija.

Un día, después de un entrenamiento, Lamine se acercó a Xavi en su oficina en el Joan Gamper. Con el corazón palpitando en su pecho, Lamine comenzó a hablar.

—Xavi, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó, sintiéndose un poco nervioso.

Xavi levantó la vista de sus papeles y asintió. —Claro, Lamine. ¿Qué sucede?

—Quería comentarte algo... sobre Olivia —dijo, buscando las palabras adecuadas—. He estado pensando en nosotros, en lo que tenemos. Y quiero dar un paso más. Me gustaría que Olivia y yo tuviéramos una relación.

Xavi lo miró fijamente, su expresión neutral, pero Lamine podía notar una chispa de sorpresa en sus ojos.

—Mira, entiendo que son jóvenes y que hay mucho en juego, tanto para ella como para ti. —Xavi hizo una pausa, considerando sus palabras—. Pero también sé que ustedes tienen una conexión genuina. Solo quiero asegurarme de que esto no interfiera con sus responsabilidades.

—Lo prometo, Xavi. Ambos estamos comprometidos con el fútbol y sabemos cómo manejarlo —respondió Lamine, sintiendo que la conversación iba en la dirección correcta.

Finalmente, después de unos momentos de reflexión, Xavi asintió lentamente. —Está bien, Lamine. Te doy mi bendición. Solo cuida de ella y de sus sueños.

Con esa aprobación, el plan de Lamine comenzó a tomar forma. Quería hacer de su cumpleaños, que se celebraría en unas semanas, un día inolvidable para Olivia. Se puso en contacto con su familia, pidiéndoles ayuda para organizar una sorpresa.

Así, con la complicidad de sus hermanos pequeños, Asia y Dan, y su madre, comenzaron a planear la celebración perfecta. Lamine tenía en mente una serie de gestos que la harían sentir especial: una sorpresa en la mañana, un almuerzo con el equipo y, por supuesto, la gran pregunta que había estado esperando hacer.

Llegó el día del cumpleaños de Olivia, y Lamine se sentía emocionado y nervioso a partes iguales. Era la mañana de su cumpleaños, y él quería asegurarse de que todo fuera perfecto. A las 8:00 AM, tocó el timbre de la casa de los Hernández. Xavi, que estaba en casa para ayudar con los preparativos, abrió la puerta con una gran sonrisa.

—¡Es para ti, Olivia! —gritó Xavi, llamando a su hija.

Olivia apareció en la puerta, con el cabello despeinado y en pijama, y a pesar de su apariencia casual, Lamine pensó que estaba hermosa. No había nada que pudiera disminuir la alegría en su rostro al verla.

—¡Feliz cumpleaños! —dijo Lamine, entregándole un hermoso ramo de rosas. La sonrisa de Olivia se iluminó aún más mientras olfateaba las flores.

—¡Gracias! —respondió, sintiéndose un poco sonrojada, pero también emocionada por la inesperada visita de Lamine.

Después de compartir un abrazo cálido, Lamine fue invitado a desayunar. En la mesa, los hermanos pequeños de Olivia, Asia y Dan, estaban emocionados por tener a un futbolista en su casa. No dejaban de hacer preguntas, fascinados por la fama de Lamine.

—¿Te gusta jugar a la play? —preguntó Dan, sus ojos brillando de curiosidad.

—Sí, me encanta —respondió Lamine, riendo—. Pero no soy tan bueno como estos chicos.

Las horas pasaron entre risas y bromas familiares, y Olivia no podía estar más feliz de compartir ese momento con Lamine y su familia. Sin embargo, sabía que la verdadera celebración aún estaba por llegar.

Más tarde, a la hora de comer, todos se trasladaron a las instalaciones del Joan Gamper, donde el equipo se reunía para compartir la comida. Olivia había estado esperando este momento, ya que era un lugar donde se sentía como en casa, rodeada de sus amigos y su familia del fútbol.

Cuando entraron, el bullicio del equipo llenaba el aire. Todos los jugadores estaban allí, pero había un aire especial en la sala, como si todos supieran que algo iba a suceder. A medida que Olivia se sentaba con Lamine y sus amigos, no podía dejar de sentir que algo diferente estaba en el aire.

Mientras comían, de repente, un grupo de jugadores apareció con una tarta de cumpleaños. Olivia no podía creerlo; el equipo había decidido celebrar su cumpleaños de una manera muy especial. Al ver la tarta decorada con velas, se sintió abrumada de felicidad.

—¡Sopla las velas! —gritaron sus amigos, llenos de emoción.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Olivia cerró los ojos y pidió un deseo, soplando las velas mientras todos aplaudían y vitoreaban. Fue un momento de pura alegría y celebración.

Sin embargo, lo que vino después dejó a todos con la boca abierta. En la segunda ronda de soplar las velas, una vez que la música y las risas llenaron la sala nuevamente, Lamine se levantó. El bullicio disminuyó mientras todos dirigían su atención hacia él.

Con un brillo especial en sus ojos, Lamine se acercó a Olivia. Cogió su mano con suavidad, haciendo que su corazón se acelerara.

—Olivia, —comenzó, un poco nervioso pero decidido—. Estos meses contigo han sido increíbles. Eres una persona maravillosa y me haces feliz.

El silencio llenó la sala, y todos los ojos estaban puestos en ellos. Olivia no podía creer lo que estaba sucediendo. Lamine se arrodilló, mirándola con intensidad.

—¿Quieres ser mi novia? —preguntó, su voz llena de sinceridad.

Olivia sintió que su corazón se detenía. La emoción la invadió, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro mientras asintió rápidamente. —¡Sí, claro que sí!

El lugar estalló en aplausos y vítores. Los jugadores comenzaron a gritar y a hacer ruido, celebrando el momento. Lamine se levantó, claramente feliz, y la abrazó con fuerza, sintiendo que todo su esfuerzo había valido la pena.

La alegría de Olivia era palpable mientras sus amigos la rodeaban, felicitándola y lanzando bromas a Lamine, quien no podía dejar de sonreír. Era un momento mágico que quedaría grabado en su memoria para siempre.

Mientras la música sonaba de fondo y la risa llenaba el aire, Olivia y Lamine se miraron a los ojos, sabiendo que este era solo el comienzo de una hermosa historia juntos. Ambos estaban emocionados por lo que el futuro les depararía, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Aquella celebración no solo era un cumpleaños; era el inicio de una nueva etapa en sus vidas, un paso hacia un futuro compartido que ambos anhelaban. La promesa de un amor que florecería entre el fútbol, la amistad y los sueños por cumplir.

Más allá del campo| Lamine YamalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora