VII

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El día había avanzado, y el grupo estaba ocupado en múltiples tareas. Rick, Glenn y Daryl estaban trabajando juntos para despejar los restos de caminantes atrapados en el alambrado de la prisión. El hedor era fuerte, pero se habían acostumbrado a la peste persistente que siempre acompañaba a los no-muertos. Daryl, con su ballesta en mano, vigilaba mientras Glenn y Rick trabajaban juntos para cortar y sacar los cuerpos que habían estado colgando de la cerca durante días, tal vez semanas.

Daryl, en su manera silenciosa pero protectora, vigilaba de vez en cuando hacia donde estaba el resto del grupo. Aunque confiaba en Alicia, siempre mantenía un ojo en ella, asegurándose de que estuviera bien.

Al otro lado, en el patio, Carol, T-dog, Maggie y Alicia estaban ocupadas acomodando los vehículos y organizando las cosas que habían recogido. Habían decidido mover los autos más cerca del edificio principal, para mantener la zona lo más despejada posible y tener una vía de escape rápida si era necesario. Alicia, concentrada, trabajaba con Maggie, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.

Carol observaba de reojo a Alicia, notando su eficiencia.

-Haces que todo parezca tan fácil -comentó mientras levantaba una caja de suministros y la colocaba en el maletero de un coche-. Gracias por tu ayuda.

Alicia asintió, respondiendo con una media sonrisa.

-Es todo cuestión de mantenerse ocupada.

T-dog, que estaba terminando de mover otro vehículo, se acercó a ellas.

-Con todo esto, parece que este lugar va a ser más nuestro que nunca.

Mientras tanto, dentro de la prisión, Hershel, con la ayuda de Carl y Beth, estaba probando sus nuevas muletas. Lori, preocupada, los acompañaba.

-¿Estás seguro de que quieres caminar tanto tan pronto? -preguntó Lori, con una preocupación evidente en su tono.

Hershel, con su calma característica, asintió.

-Debo acostumbrarme. No puedo quedarme sentado mientras todos trabajan. Me haré más fuerte con el tiempo.

Carl sonrió, apoyandose a su lado.

-Es genial verte de pie otra vez.

Beth caminaba junto a su padre, atenta a cualquier necesidad que pudiera tener.

-Te estás recuperando más rápido de lo que esperábamos, papá -dijo, animada-. Pronto estarás caminando como si nada.

Decidieron salir un rato para que Hershel se acostumbrara más a las muletas, así que, con calma, salieron al patio exterior. El aire era fresco y, aunque la prisión seguía siendo un lugar sombrío, se sentía un poco menos opresiva ahora que la estaban transformando en su hogar.

BLOODLINE ──Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora