"ella no es una chica cualquiera, ella no es como las demás, su mirada es diferente, su sonrisa es única, ella es como ninguna otra, pero ella es difícil, es salvaje con cualquiera pero antes de que se de cuenta ella estará de rodillas."
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Mi cabeza estaba apunto de un colapso, ni siquiera podía concentrarme en las clases, mi estómago estaba revuelto y la temperatura subía cada vez más, le suplique al profesor que necesitaba urgentemente ir al baño pero él respondió con un rotundo no
Ni siquiera comprendo por qué él me trata de esa forma, desde que rompió mi trabajo que hice con mucho esfuerzo se ha empeñado en hacerme la vida un completo caos, me queje con el director algunas veces pero él solo me dijo que era problemática y que si no quería que me expulsara que estuviera en silencio
Ahora ni siquiera tengo permitido expresarme, no me parece gracioso ni mucho menos justo, no puedo confiar en nadie en esta universidad.
— oye emily — susurraba aron
— m
— distraeré al profesor, aprovecha para tomarte tus pastillas
— si
Aron se puso de pie, él comenzó a conversar con el profesor así que aproveché, tomé el frasco de mi mochila y tomé una pastilla, era algo fuerte y amarga pero comenzaba a hacer efecto. Cuando fue hora de la siguiente clase aron y yo nos separamos, él estaría en repostería mientras que yo en física, solo nos sonreímos de lejos, está sería mi primera vez en esta clase así que estaba nerviosa
Al entrar al aula todos me miraron con odio incluso reían, traté de no tomarle importancia solo seguí mi caminó, en el fondo noté un asiento vacío pero al intentar llegar una chica hizo que tropezara, caí de rodillas y eso no sonó nada bien, ellas comenzaron a reír mientras que yo las maldecía en mi mente.
Cuando llegué al asiento di suaves masajes a mis pobres rodillas, dolía un poco pero no fue algo grave.
Al llegar el profesor supe que está clase sería mi nueva tortura, el profesor era el mismo que me odia con todo su ser
El profesor Zack, mi nueva pesadilla pero no venía solo, detrás de él se apresuraban las porristas y los jugadores de fútbol americano
Y si él también estaba ahí, Damián.
Al notarme él no dudo en sentarse a mi lado, colocó su balón en la mesa junto con caramelos y cereales, sus compañeros estaban delante, atrás y al lado de nosotros, estaba rodeada de jugadores apestosos y chicas que olían delicioso..
— hola, emily
— m, hola damián
— puedes tomar los caramelos que quieras, tengo estos cereales también, aquí hay leche y, espera — esculcaba en su gran mochila — ¡Cucharas! Toma
— ¿todo eso entra en tu mochila?
— ¡Si!, también tengo los platos, vasos y un pollo frito, es que siempre me da hambre — reía
— bueno pierdes calorías cuando haces deporte
— sabes antes cuando era pequeño pesaba casi 100kg
