Señor secuestrador

5. Mérope

- Las piedras preciosas no se pulen solas. Se forjan bajo presión, bajo golpes. Las hago brillar más. Las esculpo, las moldeo. No es crueldad, es una forma de arte. Lo que los demás llaman abuso, yo lo llamo perfección.

- Pero mi señor -interfirió Lucius, quien llevaba su monótono traje gris pálido y su bastón en la otra mano- sus padres están dudando, necesitan saber que están bien.

- Entonces organizaremos una fiesta, invita a los padres, deja que las vean, que ellas se sientan libres, que adornen la jaula "no está tan mal" -chillo, fingiendo la voz de una mujer- lo mejor de una cárcel no es el cautiverio, es que teniendo la posibilidad de escapar, no lo hagan, no tienen que saber mentalmente que están aquí. Todo es mental.

- Bien, lo haré.

. . .

- ¿Te gusta?

- Siempre lo han hecho.

- Se que eres una comedora de libros insufrible... Pero... -Malfoy vio de reojo a las chicas, quienes sentadas en unos escritorios leian, una vez que vio que no los observaban, siguio- porque te gustan tanto...?

- Bueno, todo partió antes de Hogwarts, cuando supe que era maga desee estar en el mismo nivel que los magos, los que fueron criados aquí, me sentía tan poco conocedora, eso me impulso, leí todo con referencia a su mundo. Cuando llegue lo sabía todo, participe en clases, creí que podría estar con ustedes, que equivocada. La inteligencia, mi conocimiento no fue valorado, me jugaron por mi calidad de muggles. Quizá fui demasiado sabelotodo.

- Un poco, es que fuimos criados para nuestro mundo, nos enseñaron... Son generaciones, no nos exculpa, pero es lo que creemos correcto, lo que tenemos que creer.

- Entiendo. ¿Alguna vez has visto un unicornio?

-  Primer año, cuando vimos a Voldemort succionando su pálida sangre del animal medio muerto. ¿Curioso, no?

- Nunca te gustaron las criaturas?

- Me encantan, yo jugaba con los pavos de niño. Pero con el hipogrifo fue diferente, yo quería montarlo así como Potter, fui demasiado tonto, no hice la inclinación ni espere su respuesta. Me lo merecía. Eso y el ataque del hurón me dejó temeroso, me sentí horrible cuando Barty me hizo eso, nos tiene rabia, porque no lo adoramos como el, somos temerosos y... ¿Te estás riendo?

- Solo un poco, me ha dado gracia... -se corrigió- no se tu desgracia, de que Barty Crouch lo adore, ¿Cómo pueden enaltecer tanto a alguien y llegar al punto de besar sus pies como Bellatrix? Es horrible.

- Dilo como quieras, son creencias arraigadas, pensar que hay un salvador... Que hay una persona que los llevará a la gloria, mi madre en un inicio me contó que Voldemort pensaba en hacer hogares para niños huérfanos o llevárselos de sus padres, permitirles tal vez que se vean, pero hasta cierto momento, la mayoría de muggles no entendían esto. Explicarles antes de que falte un año, quizá cuanto antes mejor, muchos eran abusados o temidos. Experiencia propia, supongo. Lo más importante es que hablaba de hacer clases, de enseñar, de cambiar el mundo, ahora está tan corrompido... No lo sé, no es lo que era antes, sí, es admirado por muchos por lo que ha logrado, si, es sabio y tiene razón en algunas cosas, pero está en rabiado, ahora entiendo cómo Potter lo veía.

- Malfoy -gruño una voz detrás de nosotros- te he dicho que solo pueden vigilarlas, no conversar con ellas, la próxima vez que te vea no seré tan amable -el chico se marchó cabizbajo, con los puños apretados y la mandíbula tensa, no entendía por qué su actitud; las otras chicas cuando notaron su presencia dejaron de reír, poniéndose una junta a la otra.

- Las personas siempre actúan por interés personal, jovencita, puedo ver porque quería estar cuidándolas en primer lugar. 

- Soy Hermione, no jovencita, no rubí, no muchacha, Hermione, aunque para ti, soy Granger. 

Un poco sorprendió por mi altanería boqueo como pez fuera del agua, luego se marchó sin decir nada al respecto, lo que me dejo incómoda.

. . .

Más tarde fue Bellatrix la que me llevo a ver las cosas diferentes, nunca había conversado con ella, ni mucho menos quería hacerlo, fue haberle ganado un duelo lo que me llevó a escucharla cuando se acercó a mí. Las chicas más allá estaban atentas ante cualquier movimiento de la mujer. Fingían calentar mientras prestaban oído.

"El mundo no te va a salvar, Hermione. El heroísmo es una mentira que te contaron de pequeña. Nadie se levanta de una guerra sin perder algo. Hay que ser suficientemente fuerte como para aceptarlo. Si vas a hacer algo, hazlo tú. Se que tú como ellas esperan que la rebelión venga por ustedes, aunque lo hicieran, lo cual es poco probable que hagan por la desventaja numérica, ni significara que el mundo cambie a mejor,  aquí es cuando se rebelan las verdaderas lealtades o personalidades de las personas, cuando estás apuntándolos con una varita o cuando no tienen nada que perder. Has sido decente para ser una sangre sucia, tienes mis respetos"

Le había dicho.

. . . 

En la noche, cuando se preparaban para dormir, todas habían ido a ducharse tras el largo día, una ducha caliente habían dicho, yo, que veía mi hermoso vestido para la ¨pequeña fiesta de mañana¨ lo levantándolo frente mío, examinándolo desde abajo hacia arriba, pose frente al espejo, pensando en como se me vería mañana.

- El color te queda bien. 

- ¿Ah?

En la puerta estaba él, nuestro secuestrador, con la misma camisa entre abierta y sus pantalones rectos, ¿siempre acostumbraba por la tarde a sacarse la corbata y a lucir tan juvenil?

El hombre sonrió, sabiendo lo que yo pensaba, lo note por la presión en mi cabeza del tipo cuando alguien te leía la mente, luego rechazo la idea de contemplarme con esos ojos pícaros, evitando los sentimientos humanos, se dio el tiempo de levitar algunas cajas pequeñas hacia las camas de cada una.

- Cada caja contiene joyas, sabrán cuál es la suya por la piedra que tiene... duerman temprano. Avísale a las otras.

- Sí, señor -antes de que él se fuera, decidió hablar, casi con torpeza- señor, ujm, ¿Podría traer libros de la biblioteca para leer?

- ¿De verdad? -asentí- bien, toda la biblioteca es tuya, asegúrate de limpiar algunos tomos...  Llevan tantas generaciones ahí que pueden tener algo que te enferme, no dudes en preguntarme si necesitas algo... -lo había logrado, podría leer libros, sin embargo, había notado algo más, Riddle era más humano de lo que él demostraba ser, si tan solo se ganara su confianza y lograse apuñalarlo por la espalda una vez mortal...

Lo intentaría.